22.- Pelea al descubierto

13 3 0
                                    

Gerson

Mis ojos observaban los rayos del sol entrando por mi ventana, abrí las persianas para que entrara mejor la luz natural ya que al tenerlas cerradas me hacía sentir depresivo, agarré mi toalla para ducharme y acomodé mi ropa deportiva para el gym, el agua caliente que bajaba por mi cuerpo me hacía sentir relajado y me bajaba el estrés, sentí mis hombros más flojos al salir de la ducha.

En el camino al gym, como siempre escuchando la típica charla mañanera que a veces encuentras en ciertas estaciones de la radio y como siempre pensando en Alicia. ¡Diablos! ¿pero qué tiene esa muchachita para entrar así a mis pensamientos? Nadie, absolutamente nadie ha podido entrar con facilidad a mis pensamientos, ni siquiera Adrianna y eso que con ella decidí casarme y hacer mi vida aunque claro, no fue por mucho tiempo, ahora entiendo por qué dicen que en la vida vas a encontrar dos personas, una el amor de tu vida y la otra tu alma gemela.

Me dirigí entonces a la Universidad pues era Lunes 01 de Noviembre y teníamos que estar los docentes a primera hora para iniciar con el armado del altar de muertos que se colocaría en el patio de la planta baja de los edificios, antes de ello decidí ir por algo de comer, un snack para ir saboreando en el camino así que me estacioné en un Oxxo que estaba a solamente 10 minutos de la escuela.

Alicia

Mientras lavaba los trastes mi mente divagaba, él profe Gerson, Ángel, todo lo que había pasado con Uriel y todo lo que había pasado desde que entré a la escuela.
Al recordar aquella tarde del jueves me daban cosquilleos en el estómago de solo recordarlo, nunca pensé que me iba a pasar algo así con respecto al profe o más bien, con respecto a todo, eran tantas las emociones que me causaba el simple hecho de pensar en la Uni, aunque sonara muy absurdo o muy cliché.

*Llamada entrante: Uriel*

Genial, lo único que me faltaba, el mismísimo Uriel volviendo a molestar, opté por contestarle pues era la primera vez que marcaba desde el viernes así que le dí una oportunidad.

*En llamada*

—¿Bueno?

¿Alicia? Soy yo Uriel, por favor no me cuelgues.

—Si Uriel, ya sé que eres tú, te tengo registrado lamentablemente, ¿qué pasa?

Estoy cerca de tu casa, a solo 2 minutos de llegar, quiero que hablemos por favor, quiero que me escuches no te pido más, solo eso.

—Humm ok, entiendo.

Te llevo un pan de muerto relleno de zarzamora, entonces, ¿sales?

¡Maldita sea Uriel! Él verdaderamente sabía que el pan, así sea de muerto o de cualquier otro pan me encantaba, era mi droga completamente yo podía pasar un día entero comiendo pan dulce pero por razones de la salud y eso no podía ja ja.

—Pero que sea rápido que tengo cosas que hacer.

Gracias Alicia, voy para allá.

*Llamada terminada*

Dejé entonces lo que estaba haciendo, me sequé en el mandil que traía puesto y enseguida me lo quité para entonces deshacerme la coleta despeinada que me hice solamente en lo que lavaba y hacía mis labores, me despeine pues no me gustaba llevar el cabello amarrado o que me vieran así, así que rápidamente me acomodé el cabello para entonces salir a hablar con Edgar Uriel, sinceramente ya sabía a dónde quería ir así que yo también me preparé pues era el momento justo para poder decirle que ya, que ya dejáramos las cosas tranquilamente, era mejor pues así me ahorraría toda una semana para poder verlo en la escuela.

Y si en esta vida no fuiste para mí, espero y en la otra lo seas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora