Me consumió tanto este amor, haciéndome ver ante mi Yahvé, como a un pecador. Te arrebataron de mi vida en una oscura noche sin luna. Y por ello la tristeza e impotencia, entre sus brazos me acunan. A mi me arrebataron de tu mente, mientras yo cuerd...
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Al pasar de un largo mes..
¿Somos conscientes de lo lindo pero lastimoso que puede ser el tiempo? los periodos de nuestras vidas corren a tanta presteza, que en un abrir y cerrar de ojos, cada momento con aquellos que amamos, se convierten en inquebrantables memorias donde en el mañana, muchos deseamos vivirlos otra vez.
Algo irrealizable... No podemos retroceder el tiempo, ni frenarlo, ni agilizarlo. Pues solo el tiempo es dueño de sí mismo.
Hyunjin y Felix, desde el día uno, escribieron su propio libro. La manera en la que se conocieron, en cómo sus energías conectaron, y cómo de a poco, se volvieron más íntimos, dando a luz de este vínculo, una nueva historia ahogada en el romanticismo y amor prohibido. Irónico, que entre ellos dos, solo Hyunjin estaba consciente del verdadero y consiguiente desalmado desarrollo de su historia, mientras que Felix, solo veía su mundo color de rosas, sin imaginarse que en cualquier momento, se tornaría a una tonalidad grisácea...
Aún así, Hyunjin se aferraba a usufructar el tiempo junto a su amado, pues las salidas continuaban, donde aquel altivo hacía todo lo que estuviera a su alcance para hacer que el rubio de tiernas pecas disfrutara cada segundo juntos. Las risas, suspiros, y emociones llenas de dicha y ventura, jamás se ausentaron. Al parecer, cuando estaban juntos, el entorno se transformaba en uno perfecto.
Allí, Lee Felix, se encontraba en el departamento de Hyunjin. Luego de ir a una de las librerías de la ciudad para comprar más libros de poesía y crear una pequeña y tierna guerra de ver quien de los dos sabía más acerca de sus respectivos autores, regresaron al hogar del pelinegro para un íntimo momento. Solo ellos dos, en su propio espacio.
El pecoso, estaba en la cocina, concentrado, preparando unos ricos postres para ambos. Para ser específicos, lo famosos "Mochis." ¡Oh, vaya delicia!
Es cuando siente unas manos rodear su cintura y como la parte trasera de su cuerpo es abrazada por un atractivo individuo...
-¿Has terminado? -cuestiona en susurros a su oído.
Felix cierra los ojos y ríe.
-Ya casi amor. -gira su rostro hacia el contrario, respondiéndole igual en susurros. Hyunjin, aprovecha para besar su pálida mejilla. -Quiero darles una buena presentación. -ríe. -Aunque solo sea para nosotros.
La risa de Hyunjin se une con la del pecoso, como a una suave armonía.
-Ya quiero degustar de ellos.
-Te encantarán, incluso más que mis brownies. Les he colocado dentro fresas y chocolate. -responde colocando los medianos postres en la bandeja.
-No creo que ningún otro postre pueda encantarme más que tus famosos brownies.
-Bueno, eso lo veremos en unos minutos. -comenta volteando su cuerpo, ahora quedando cara a cara con el pelinegro. -Estos... mi mamá también me enseñó a prepararlos... eran su especialidad... -informa con nostalgia girando su rostro a la bandeja.
