Nuestra noche de estrellas.

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*Nota de escritor* Sí gustan, pueden leer este capítulo con el siguiente instrumental para un mejor ambiente:

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Sophie Hutchings -Time to forget





Narcosis.

Bendita sea esa narcosis adictiva para aquellos admiradores de la cadencia de las olas del mar. Era hermoso escuchar y ver la danza de las aguas. A veces pacífica, a veces feróz y en otras ocasiones con una mezcla de ambas. No importa la intensidad o serenidad de estas. El mar, eternamente sería merecedor de admiración.

Alabadas y enaltecidas las baladas que cantaba el oleaje; que a nuestros oídos viajaban como sutiles toques y masajes.

Y que mejor escenario que el estar presente frente al mar, con una excelente compañía y ricos bocadillos (brownies). Un pálido rubio de pecas encantadoras y un pálido pelinegro de ojos hipnotizantes que te colmaban de paz, con tan solo verles un microsegundo. Allí, frente a la sublimidad del mar, sentados en la arena, en un enorme mantel blanco.

¡Oh! y a esto añadiendo, que la puesta de sol casi se asomaba...

¿Podría ser la naturaleza más perfecta?

-¿No te parece hermoso? Amo la tranquilidad de este lugar. -suspira sintiéndose saciado con el escenario frente a sus ojos. -Además, el hecho de que no hayan personas lo hace mejor. -cierra sus ojos aspirando la fragancia de la naturaleza.

-En un lugar con escasez de personas y de algarabía es mucho más fácil relajarse. -sonríe admirando la comodidad que mostraba Lee Felix.

-Así es. -abre sus ojos. -Mi mamá solía traerme mucho aquí cuándo era pequeño. -comparte.

-¿De ahí tu amor a este lugar?

-Sí... siempre que veníamos traíamos golosinas y refrescantes bebidas para degustar de ellas. Pero antes de comer, corría al agua con briosa emoción. Sólo estaba concentrado en mojar mi pequeño cuerpo y nadar en la orilla. Mi mamá me sermoneaba porque no quería salir del agua para comer. -ríe recordando el pasado acogedor. -Lo juro, a veces podía estar horas y horas y no sentir nada de hambre.

Hyunjin continúa escuchándole con atención.

-Lo digo en serio. -prosigue el pecoso. -Dentro del mar sentía paz y libertad. Me sentía abrazado y protegido por la infinidad de agua... todo lo contrario a cómo me sentía cuándo estábamos en casa con mi padre.

-El mar es medicina en nuestro entorno emocional. Sabemos que muchos visitan las playas para derramar el estrés y sentirse algo renovados. Además, está científicamente comprobado.

-Es una terapia. -comparten al unísono.

Acción que hizo que ambos rieran, y que por parte de Felix sus mejillas se ruborizaran.

Entre versos de terciopelo. (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora