Chispitas de amor

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Narró yo*

Había pasado una semana desde que Pato y Yago se habían confesado. Yago se disculpó con Roña por el malentendido. Roña y Sofía se habían unido más. En fin los cuatro se la pasaban juntos. Bromeaban, jugaban, y hablaban. Entre los cuatro había una conexión inigualable. Los cuatro habían sufrido demasiado. Justo en este momento estaban hablando de sus momentos difíciles. Estaban en la plaza y estaban acostados es un cuadrado mirando hacia un árbol.

Pato- Al menos ahora estamos juntos, y juntos somos más fuertes- dijo suspirando

Sofía- Tenes razón, los quiero mucho chicos

Roña- Igual pero les parece si nos vamos no queremos que Belén nos vuelva a retar? No?- dijo a lo que los tres comenzaron a caminar. Sofía se había quedado a amarrarse su zapatilla.

Yago- Sofi, venís?

Sofia- Si ya voy solo me amarro esto.

Yago- Bueno como quieras- dijo para seguir caminando.


Los chicos seguían caminando suavemente pero se alejaron un poco de Sofía como para pensar que estaba sola. A eso se acercaron tres chicos. Tenían pinta de vivir en la calle y parecían quererle a hacer daño a Sofi. La  comenzaron a rodear y los chicos no la vieron.

X- Hola divina, estás solita?- dijo a lo que Sofía comenzó a desesperarse peor que se cercaron demasiado a ella.

X- Ahora tenes compañía,¿eh?

Sofía- Ay quienes son ustedes?- uno de los chicos comenzó a agarrarla fuertemente del brazo,  a lo que Sofía empezó a gritar-soltame, nene, tarado soltame.

A esto los chicos la escucharon y Roña con Yago corrieron hacia ella. Pato se quedó atrás porque Yago le había prohibido que se moviera. Además tenía miedo, por lo cual le hizo caso a Yago.

Roña llegó donde Sofía, y agarro a el chico empujándolo lejos de Sofía.

Roña- Váyanse de aca, dejenos en paz. No quiero pelearme- dijo un poco enojado mientras protegía a Sofía.

X- Qué pasa? El francito no se quiere pelear?- dijo en tono burlón- Claro si ya te veo, te tiemblan hasta las piernas- dijo provocando a Roña.

Roña- No me está temblando nada, ya déjennos en paz- dijo alzando la voz

X- Si queres paz anda al cementerio. Estás en la calle Gil de cuarta. No te avivaste todavía?

Roña- Yo también soy de la calle y me se pelear. No me obliguen- dijo amenazador.

X- Uy que miedo francito sabe pelear. Que vamos a hacer?

X- Ay mira como tiemblo

Sofía- Roña tengo miedo, ya vámonos.

Roña- Te juro que no va a pasar nada Sofía- dijo acercándose a ella hablando en voz baja- Si se quieren pelear, váyanse a pelear a otra parte.- dijo alzando la voz de nuevo dirigiéndose a esos chicos.

X- Si a esa parte vas vos pero sin ella- dijo el chico agarrandole el brazo a Sofía.

Sofía- Soltame!!!- grito a lo que Roña le dio una piña a ese chico.

Le dio tan fuerte que se cayó al piso. Roña se había formado en la calle por lo que sabía muy bien como dar golpes.

Roña- Tengo para dar y repartir- dijo levantando la cabeza para ver si uno de ellos se atrevía a meterse otra vez con el.

Yago había vuelto con Pato al ver que Roña controlo la situación.

X- Para flaco, solo nos estábamos divirtiendo- dijo uno escudándose.

Roña- No me importa nada, el primero que se acerca, le reviento la cara de una trompada

Los dos chicos ayudaron a él que Roña había golpeado.

Roña- Sofía podes correr?- comenzaron a hablar en susurros

Sofía- Si.

Roña- Bueno dale, ahora corre- los dos salieron corriendo de ahí.

Corrieron lo más rápido que pudieron y Yago con Pato los seguían. Corrieron hasta perder a los tres chicos que los iban persiguiendo. Por suerte estaban al frente del hogar. Entraron y empezaron a hablar de lo ocurrido. Por suerte no habían llegado tarde.

Narra Sofia*

Los chicos seguían hablando y nos reíamos. Pero lo único en lo que podía pensar era en que lentamente me estaba enamorando e Roña. Tenía miedo de que el no me correspondiera o simplemente me rechazara. Me había dicho que yo le gustaba y nos habíamos besado muchas veces pero igualmente tenía miedo de que no me quisiera como yo lo empeze a querer.

Lo miraba. Su hermosa sonrisa. Sus hermosos labios curvados mostrando alegria. Su risa que era uno de los sonidos más hermosos en mi vida. Sus ojos que sería capaz de hundirme en ellos cuando me miraba. Ese pelo que en todo momento quisiera tocar. Los abrazos que deseaba darle siempre. Lo quería como a nadie. Rogaba porque me mirara como yo lo miro a él.

Sus abrazos que eran tan especiales. El me hacía sentir especial. Querida, amada, significante. Lo cual apreciaba con todo mi ser.

Narra Roña*

Note que me estaba mirando. Ojalá me mirara siempre como yo la miraba a ella. Esa chica perfecta. Mi fresita. No sabía lo que pasaba por su cabeza pero deseaba que fuera algo especial por mi. Después de tanto tiempo descubrí que empeze a sentir cosas por ella. Pero tengo miedo, mucho miedo. Miedo a terminar como antes. Sofia es diferente pero las personas cambian y es a lo que más le tengo terror.

Disfrutaba que me mirara. La volteé a ver también. No dejamos de vernos fijamente. Era como una competencia en la que fuertemente los dos estábamos dándolo todo. No me quito la mirada, mucho menos yo. Pude disfrutar de su belleza.

Todo en Ella era perfecto. Era tan angelical y al mismo tiempo podía parecer un demonio. Su hermoso rostro. Su piel blanca, sus ojos cafeses que al choque del sol se iluminaban como diamantes. Sus labios tan rojizos, seductivos, apetecibles. Sus pecas, que la resaltaban. Era tan linda. Su pelo que brillaba. Quedaba linda con cualquier cosa. Su delicioso olor a fresas, por lo cual la llamo fresita.

Estar con ella me hace tan feliz. Tenerla a mi lado, o abrazarla me ayudan a olvidarme de todo. Su calor, que su cara esté junto a la mía. Que me mire solo a mi. Esos abrazos en los cuales nunca la quería soltar. La quería mucho, creo que me estoy enamorando. No se que hacer. Tengo miedo.

-Nunca digas nunca-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora