Vio que Jimin abría la boca casi por completo, tal vez exagerando un poco. Jungkook seguía tratando de limpiar su ropa, aunque sabía que no se le quitaría solo con sus manos.
—¿Batido de qué?
—De plátano, papi —dijo Soobin—. El señor Jungkook estaba preparando un batido de platano pero olvidó ponerle la tapa.
Jungkook frunció el ceño. ¿No que la licuadora no necesitaba una tapa? ¿Soobin le había mentido?
—¡Soobin! —exclamó Jimin—. ¿Tú hiciste eso?
—¿Qué? —preguntó Soobin, extrañado—. Papi, yo no hice nada. Fue el señor Jungkook —cruzó sus bracitos sobre su pecho, claramente enojado.
—No te creo Soobin —suspiró exageradamente—. Sube a tu habitación.
—¿Por qué?
—Soobin no me contradigas.
—Jimin, no te está contradiciendo —decidió intervenir Jungkook—. Fui yo el que olvidó tapar la licuadora. Lo siento por el desastre, pero lo limpiaré enseguida.
Sintió la mirada de Jimin sobre él, se sonrojó al instante. Estaba hecho un asco frente al chico que le gustaba. Quería que lo tragara la tierra y lo escupiera en la luna, por Dios, por Dios Santísimo. Casi podía adivinar el color de sus mofletes: escarlata.
—Jungkook no hace falta que te eches la culpa, si…
—No no no, Jimin, solo fue un olvido de mi parte. A la próxima vez prometo no olvidar la tapa al momento de licuar.
—Está bien. Fingiré creerte y, Soobin —se dirigió a su hijo—, espero que no hayas hecho una travesura más, ¿o sí?
—No, papi —dijo, Jungkook no lo estaba viendo, pero casi pudo imaginárselo bajando y elevando las pestañas de manera inocente.
—Ve a tu cuarto, Soobin. Te llamaré a la hora de almorzar… Y, hablando de comidas, ¿desayunaste?
—No, papi —respondió Soobin.
Jungkook abrió sus ojos como platos y, de estar mirando el piso, pasó a mirar incrédulo al niño.
—¿Cómo que no desayunaste? —reaccionó de la misma manera que Jungkook: incredulidad.
—Sí, papi. Me desperté hace poco así que por eso pedí al señor Jungkook que me preparara un batido de platano y él me lo hizo y hizo un desastre en la cocina.
Jungkook cerró sus ojos implorando clemencia. ¿Nancy le había dicho que Soobin había desayunado, no es así?
—¿Cómo que te despertaste hace poco? ¿Sabes la hora que es, Soobin?
Esas preguntas iban dirigidas al menor, pero parecía que esperaba respuestas de Jungkook. Y eso no hizo, precisamente, hacerle sentir de buen humor.
—No, papi, no lo sé.
Jungkook miró a Nancy —que estaba parada junto con sus dos compañeras de trabajo— en busca de ayuda. Ella había visto las travesuras de Soobin, ella había limpiado las huellas del delito, ella le había preparado el desayuno, ella sabía a qué hora se había despertado Soobin. Nancy negó con la cabeza como sabiendo lo que trataba de decirle.
Claro, era solo la sirvienta del hogar, y seguro temía perder su empleo si hablaba de más. Jungkook trató de no pensar. Era solo un niño y esas travesuras no era más que travesuras. No le había sacado un ojo, no había salido lastimado, ni nada de eso. Podía manejar el problema; mantener una relación con el niño y, si todo iba bien, hacerle ver que lo que estaba haciendo era algo que no debía hacerlo.
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Admirador secreto |Kookmin
FanfictionPark Jimin, un chico de tan solo veinte años cuando tuvo a su primer hijo, cansado del matrimonio que tenía con Min Yoongi decide que le dé el divorcio. En esos días Jimin decide contratar a Jeon Jungkook para que cuide de su hijo por unas semanas...