No sabia qué hacer. En ese momento estaba en la sala de su casa, mirando la nada. Sus nervios estaban presentes, en todo el tiempo.
Jimin no lo había vuelto a llamar desde ayer cuando conversaron; él tuvo que reprimir sus ganas de escuchar la voz de Jimin, y así lo hizo. Apagó por completo su celular y lo dejó en uno de los cajones de su cómoda.
Y, es que todo parecía tan irreal. ¿Por qué las personas siempre volvían al lugar donde fueron maltratadas? No lo entendía. Y sabía —o quería que fuere verdad— que Jimin tuviera más opciones para estar con su hijo. ¡No precisamente la que había escogido!
Pasó sus manos por su cabello. Quería ir y decirle a Jimin que lo volviera a pensar.
Se paró del sillón y fue hacia la cocina, allí tenían una ventana que daba a la calle de Jimin. Podía ver parcialmente la casa de Jimin.
—¿Estás bien, hermanito? —escuchó la voz de alguien detrás suyo. No se volteó, siguió mirando tras la ventana—. ¿No me vas a responder?
Jungkook dio un resoplido.
—Sí, estoy bien, ¿puedes dejarme ahora en paz? —dijo Jungkook con el tono más áspero que pudo, lo hizo de manera inconsciente, y al instante se arrepentido de ello—. Lo siento, no quería responderte así.
—Está claro que no querías responderme así —respondió Jin, pudo sentir su voz entrecortada y sabía que estaba llorando. ¿Es que acaso había sonado tan borde?
Jungkook dejó caer la cortina de la ventana, y se dio la vuelta quedando frente a su hermano mayor. Y sí, tal como lo suponía: Jin estaba llorando. Trataba de secar sus lágrimas con la manga de su casaca, dejándola toda llena de mocos.
—¿Por qué estás llorando? —le preguntó Jungkook. Su hermano podía ser un pesado, pero era de carácter fuerte, jamás lloraba por algo así por así. ¿Entonces, por qué lloraba?
—¡Y a ti qué te importa! —gritó—. Y hace rato me echaste.
—Yo no te...
—¡Sí lo hiciste! —volvió a alzar la voz.
—Jin, ¿por qué estás así?
Y a Jin sus ojos volvieron a cristalizarse debido a las lágrimas, otra vez.
—No lo sé, Jungkook. Desde hace una semana que estoy así —formó un puchero en sus labios, todavía llorando.
—¿Una semana? No. Me habría dado cuenta.
—Es porque solo hablé contigo unos cuantos minutos —Jungkook iba a refutar, pero Jin se le adelantó—. Y la vez que salimos para tu cita con Jimin no cuenta ya que ese día estaba feliz que pidieras mi ayuda para tu ropa.
—Jin...
—Jungkook, no sé qué me pasa, la verdad. Tengo miedo.
—¿Miedo, por qué? ¿Por tus cambios hormonales? —preguntó tratando de sonar gracioso y que Jin riera, pero no fue así. Jin seguía lloriqueando a moco tendido.
Jungkook fue hasta la mesa de la cocina y agarró un poco de papel higiénico alcanzándole a Jin.
—Limpiate con eso.
—Gracias, hermanito —pasó el papel por su nariz—. Jungkook, yo... —sonó su nariz—. Yo... —botó el papel sucio a la basura—. Yo, creo que... —pasó su mano por su estómago— creo que estoy embarazado.
***
Jungkook esperaba paciente a su hermano que estaba en el baño haciéndose una prueba rápida de embarazo. Seguía estando en la cocina mirando por la ventana. Nada nuevo pasaba. Hasta que un carro negro se estacionó frente a la casa de Jimin, y puso más atencion a la persona que acababa de salir del auto. Era Yoongi.
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Admirador secreto |Kookmin
FanfictionPark Jimin, un chico de tan solo veinte años cuando tuvo a su primer hijo, cansado del matrimonio que tenía con Min Yoongi decide que le dé el divorcio. En esos días Jimin decide contratar a Jeon Jungkook para que cuide de su hijo por unas semanas...