Capítulo 08

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Jungkook ya se estaba cambiando con la ropa de Yoongi, se demoró un poco más en salir del baño. Si por él fuera hubiera vivido el resto de sus días allí, pero eso no era posible. Reunió todo el valor que tenía —que era muy poco— y salió. A primera vista no había nadie allí. Un movimiento captó por el rabillo del ojo. Jimin estaba acomodando unas ropas en el armario.

Pudo oir como Jimin carraspeó casi inaudible.

—Oh, ya saliste —dijo Jimin sonriendo, aunque sus mejillas estaban un poco sonrojada y, conforme hablaba, cada vez se iban teñiendo de un color rosado fuerte—. Pensé que… ejem…

Se acercó a su cama, tomó su casaca y empezó a doblarla. Eso le pareció ilógico a Jungkook. Esa casaca de terno no se doblaba, ocasionaría marcas; lo más lógico era colgarlo en el armario y parece que eso mismo pensó Jimin porque desdobló su casa y lo puso al armario.

Jungkook pasó su mano por sus brazos, ¿Jimin estaría tan nervioso, como él, por eso no lo miraba? Cuando planeaba hablar la puerta del dormitorio se abrió. Nancy entró al cuarto con la mirada cabizbaja.

—¿Me mandó a llamar, joven Park? —preguntó Nancy.

Jimin se apresuró a responder.

—Sí…, eh…, olvidaste planchar los ternos de Yoongi.

Sacó del armario prendas perfectamente dobladas y que Jungkook supo que no estaban sucias, al contrario, estaban más limpias que cualquier otra ropa que haya visto.

—Joven Park, pero eso ya lo…

Pudo ver que las mejillas de Jimin estaban color escarlata, sus labios levemente temblaban, era una magnífica vista.

—No es así, Nancy. No lo hiciste.

Nancy no replicó más. Jimin caminó rápido, pero, dio un mal movimiento y toda la ropa que traía en sus brazos se cayó frente de él.

Nancy se apresuró a recogerlo, hincó sus rodillas al suelo y acomodó la ropa en un solo lado. Jimin no tardó en ayudarla. Y Jungkook no supo que hacer, se quedó allí congelado. Quería ayudar, pero eso significaba estar al lado de Jimin, arrodillados; y no era estúpido, sabía que Jimin actuaba así porque estaba nervioso con su presencia y no quería ocasionarle más molestia.

Nancy estaba a punto de salir del dormitorio, pero Jimin la detuvo.

—¿Cómo está Soobin? —preguntó de manera automática, como si la pregunta ya lo hubiera pensado con anterioridad.

—¿Soobin? Está abajo, ¿quiere que lo llame?

—No —negó con la cabeza.

Nancy asintió, hizo una pequeña reverencia, y salió.

Jungkook miró a Jimin y este recién le devolvió la mirada, de una manera que esquivaba su rostro; solo le miraba el pecho.

—Te queda bien esa ropa —dijo Jimin sonriendo con los labios cerrados.

—Gracias a ti… por darmela.

Él silencio incomodó se hizo presente. Jungkook no sabía qué más decir o qué más comentar. ¿Debería disculparse por haberlo llamado hace minutos cuando estaba en la ducha? ¿Debería sacar el tema? ¿Solo disculparse? ¿No hacer nada?

—Sé que Soobin hizo que el batido saliera salpicando por todas partes. Y, agradezco mucho el hecho de que lo hayas defendido —y esa vez sí lo miró a los ojos—. Espero que debido a eso no vayas a dejar el trabajo de cuidarlo.

—No —respondió rápidamente, eso hizo reír a Jimin. Al menos había cortado el incomodó momento de antes—. Quiero decir, Soobin no hizo nada fuera de una travesura.

Admirador secreto |KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora