Había pasado días desde su salida con Hoseok. Y no había tenido señales de nada con respecto a Jimin. Había pensado en varias ocasiones llamarlo pero no se atrevía. Hasta pensó en emborracharse para tener el valor de llamarlo, pero no quería comportarse como un niño.
—¿Estás bien? —preguntó Jin, quien ojeaba otra revista de modas.
—¿Por qué lo dices? —ni siquiera lo miró.
—Estás caminando de un lado a otro, si tanto quieres verlo, ¡llámalo! Y deja de moverte me estás desconcentrando.
—¿Te desconcentro por mirar fotos de modelos?
—Últimamente estás muy pesado. Y creo que se debe a cierto rubio oji-no-sé-qué-color.
—Es que no sé, Jin. No me llama…
—¡Pues llámalo tú, ya te dije! —lo interrumpió.
—Pero no puedo.
—Entonces te aguantas —Jungkook no lo estaba escuchando, continuó caminando de un lado para el otro, hasta que escuchó a Jin quejarse—: y deja de caminar o yo mismo pego tu trasero en la silla y no será con cinta.
El sonido de un celular fue lo único que escuchó Jungkook. Su celular y el de su hermano estaban en la mesa. Iba a correr para ver de quien era la llamada, pero Jin se le adelantó.
—Alto ahí, romeo, es para mí.
Vio como Jin alcanzaba su celular y contestaba la llamada. Y su mente le recriminó al pensar que lo estaba llamando Jimin.
—Hola, Namjoonie.
Jungkook le sacó la lengua a su hermano mostrando lo asqueroso que hubiera llamado a su novio Namjoonie.
Jin siguió sonriendo —como si pensara que Namjoon estaba a su lado—, sacó su dedo del medio y luego hizo un puño con su mano.
Jungkook no quería escuchar más cursileria de su hermano mayor. Agarró su celular y entró a su cuarto.
Cerró la puerta, seguía oyendo las risas coquetas que Jin lanzaba seguro cada vez que Namjoon le decía algo. Estaba buscando sus cascos para escuchar música, cuando su celular vibró en la cama. Nadie solía llamarlo, a menos que…
Se lanzó sobre su cama y agarró su celular. Era él. Era Jimin. Estaba a punto de responder la llamada, cuando esta se cortó. Se maldijo mentalmente. Había sido muy lento al responder; o al no-responder, mejor dicho.
Aún se escuchaba las risas de su hermano y no le ayudaba mucho a sentirse bien. Puso su cabeza en el colchón, estaba boca abajo. Y su celular volvió a vibrar, a comparación con la primera vez, esa vez fue en un corto lapso de tiempo. Supo que era un mensaje. Y su corazón dio un brinco de alegría. Era Jimin.
Jimin: Supongo que estás ocupado… De igual manera espero que puedas venir para conversar. Atte: Jimin.
Jungkook se quedó pasmado. ¿Tenía que confirmar su asistencia? ¿Responderle sí o no? ¿Dejarlo así? Pff, para qué liarse. En primer lugar tiene que hablar con Jin.
Salió de su cuarto hacia la sala. Jin estaba sentado en el sofá con las piernas cruzadas, pasaba su dedo por uno de los botones de su camisa. Entreabría sus labios, sonriendo; y, al instante, sacó su lengua y la posó sobre su labio superior empujándolo suavemente en forma ¿sexy?
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Jungkook.
Su hermano casi deja caer su celular al piso, lo miró totalmente sonrojado, no solo de mejillas, sus orejas, nariz, e incluso su frente estaba roja, ¿acaso tenía una enfermedad?
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Admirador secreto |Kookmin
FanfictionPark Jimin, un chico de tan solo veinte años cuando tuvo a su primer hijo, cansado del matrimonio que tenía con Min Yoongi decide que le dé el divorcio. En esos días Jimin decide contratar a Jeon Jungkook para que cuide de su hijo por unas semanas...