Capítulo 18

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Al día siguiente Jungkook fue a casa de Jimin. Tenía pensado no ir, pero despedirse era algo que quería, en especial de Soobin.

Jimin le abrió la puerta y lo invitó a pasar. Dentro no vio señales de Soobin.

—Soobin no está. Su padre lo llevó a pasear, y luego lo iba a dejar en casa de un compañero de Soobin.

—Yo…

—No hace falta que digas nada. Tengo listo tu sobre de dinero listo.

Jungkook vio a Jimin caminar hacia la sala. Sobre una pequeña mesa había un sobre blanco señalado. Jungkook con sólo verlo supo que allí había mucho dinero. Jimin se acercó a Jungkook y le tendió el sobre.

—Sé que no trabajaste más de dos semanas pero te estoy pagando como si lo hubieras hecho, más las horas extras y el mantenimiento de tu ropa.

Jungkook chaqueó la lengua.

—Ayer hemos quedado en que ese dinero no me lo ibas a dar. Sabes muy bien que en las horas extras…

—No estuviste cuidando a Soobin, lo sé a la perfección. Jungkook, solo aceptalo.

Jungkook así lo hizo, muy a su pesar. Así que así iba a acabar todo eso. Solo con un pago de trabajo de por medio. Él lo hubiera imaginado más romántico. Con una declaración, pero eso es imposible. Jimin estaba casado, aquello estaba mal.

—¿Así que no voy a poder despedirme de Soobin?

—Lo harás… —mordió su labio inferior, indeciso—. Solo si Yoongi no está. Él no quiere verte cerca de aquí.

No lo pudo detener, Jungkook soltó una sonrisa sarcástica.

—Bueno, en ese caso, ya habrá un momento para despedirme de Soobin.

Jimin entreabrió sus labios, Jungkook solo miró sus labios pero luego fijó su vista en los ojos de Jimin.

—Gracias —se limitó a decir.

Jungkook sabía que eso no era lo que iba a decirle, pero no insistió más.

Abrió la puerta y, cuando iba a salir, vio el auto de Yoongi acercarse.

Oh, oh. Malas noticias.

Jungkook vio como Yoongi salía del carro y caminaba hasta su casa. Él mantenía la calma, ¿Yoongi no puede malinterpretar eso, o sí? Ni siquiera estaba haciendo algo con Jimin, solo estaban conversando.

Yoongi parecía distraído y un poco molesto. No los estaba mirando, su vista recorría el suelo, sus manos estaban empuñadas, una agarraba fuerte la llave de su auto.

Jungkook metió el sobre del dinero en su bolsillo, no cabía por el grosor, pero al menos lo había intentado. Casi le devuelve el sobre, otra vez, a Jimin, no lo hizo cuando Yoongi se encontraba enfrente de ambos.

—¿Qué hace él acá, Jimin? —preguntó con tono áspero y grave, Yoongi.

Por un segundo Jimin se mostró sumiso pero no duró mucho. Carraspeó sonoramente y recobró su postura.

—Eso no te incumbe —atacó Jimin.

Jungkook se mantuvo al margen aparte ¿qué podía decir?

—Claro que me incumbe —contraatacó—. Te dejé claro que no quería verlo. Ahora entra a la casa.

Jimin desafío con su mirada la orden de Yoongi. Jungkook supo lo que estaba pensando, Jimin no le haría caso a Yoongi.

—¿Por qué tú no vas adentro? ¿Y dónde está Soobin? —inquirió. Jimin miró detrás de Yoongi, mas no vio a su hijo por ningún lado. Empuñó sus manos—. ¿Dónde está Soobin?

—Está en casa de un amigo suyo, ¿acaso en eso no habíamos quedado?

—No, así que quiero que Soobin esté aquí.

—¿Tienes miedo de que me lo lleve? ¿Por tu estúpido divorcio?

—Esto no es de Soobin, es entre tú y yo.

—Haz caso y entra a la casa —dijo pronunciando lento cada palabra, apretando los dientes.

—No te haré caso.

—¡Dije que entres a la casa! —gritó y no solo eso, sino que, además, golpeó la mejilla de Jimin.

La cólera se apoderó de Jungkook. ¿Acaso Yoongi le había metido la mano? Pensaba que solo eran insultos o peleas, pero no algo físico. Allí no pudo evitarlo. Empujó el cuerpo fornido de Yoongi, este trastabilló a punto de caerse.

—No vuelvas a meter la mano a Jimin —advirtió.

—¿Quién te crees mocoso?

Jungkook no se mostró débil. No mostró ni un poco de debilidad.

—No me creo nada.

—Te vas a arrepentir.

Pero Jungkook se le adelantó; con un movimiento rápido tomó el brazo de ahoongi y lo puso en su espalda baja. Yoongi podía ser alto, musculoso, y un muy buen golpeador, pero no era ágil. Algo que Jungkook sí tenía a su favor.

Con sus pies hizo caer a Yoongi al piso. Se puso sobre él y empezó a darle puñetazos en la cara, le dolían más a él mismo que a Yoongi.

—Jungkook… —llamó Jimin— Jungkook…

Jungkook paró, volteó a ver a Jimin, algo que Yoongi aprovechó para darle un golpe a su cara, fue varios segundos de forcejeo, pero Jungkook volvió a dar puñetazos por doquiera.

Dejó de hacerlo cuando se dio cuenta de que varios vecinos y personas los estaban viendo. Jungkook se paró trastabillando. Jimin corrió hacia él. Acunó su rostro entre sus manos, revisando su cara.

—Tu cara…

Más y más cuchicheos. Jungkook miró a los demás, pensando que juzgarían a Yoongi. No era tonto, ¿por qué sino lo iba a golpear, en plena calle?

Pero la gente no parecía pensar lo mismo. Miraba, negando con la cabeza, a Jimin y Jungkook. Jimin se alejó de Jungkook. Yoongi se paró del piso.

—Si quieres quédate con él, y si quieres también te doy el divorcio —dijo Yoongi.

La gota final que hizo ver a las personas que supuestamente Jimin engañaba a Yoongi desde hacía tiempo. Y solo empezando a sacar sus conjeturas. Malas, por cierto, muy erróneas.

Desde allí, los malos comentarios iban a Jimin ya que nadie conocía al muchacho que era Jungkook.

Y días después… Jimin se había ido del pais. Jamás lo volvió a ver.

No hasta diez años después.

Admirador secreto |KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora