Capítulo 10

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Al día siguiente, se levantó temprano para ir a la casa de Jimin. Quizás se levantó demasiado temprano. No le había comentado nada a sus padres que estaba trabajando para Jimin, solo le había dicho que estaba buscando trabajo. Y todavía le faltaba decirles que el día de mañana no iba a poder dormir en casa… sino en otra.

Se dio una ducha rápida, cogió su ropa y se la puso en un tiempo récord. Estando listo salió de su cuarto. En la cocina no había nadie. Quizás sus padres ya se habían ido a trabajar.

Buscó algo de comer, cortó un poco de queso que había en el refrigerador y lo colocó en el medio de su pan. Le dio un mordisco cuando su hermano Jin entró a la cocina.

—Estás despertándote muy de mañana, ¿eh? ¿A qué se debe? ¿A llegar temprano a trabajar?, ¿o ver a Jimin?

Seokjin sonrió juguetón.

—A ninguna de las dos cos… ¡Obviamente a llegar temprano al trabajo! —dijo y sintió sus mejillas calientes.

—¿Solo a eso?

—Jin, no me estés molestando.

—Claro, claro, porque sino te enojas.

Jungkook frunció su ceño. Su hermano o bien amaneció de muy buen humor o amaneció con ganas de hacerlo enojar, porque si era eso último lo estaba logrando.

—Okey, lo siento, creo que amanecí con ganas de molestar a alguien.

Bueno, casi acierta a la segunda…

—Jin, ¿crees que podrías prestarme alguno de tus perfumes?

—¿De qué hablas? —preguntó cruzándose de brazos.

—Tus perfumes para… —se sonrojó—, ya sabes… ¿oler rico?

Su hermano dio una carcajada pero se recompuso al instante.

—Lo siento, pero me hiciste gracia. Jungkook, recién te bañaste ¡hueles genial! Así que no necesitas una colonia pero, si quieres echarte después de unas horas, puedo regalarte una…

—¿De verdad? —interrumpió sus palabras.

—…solo una.

—Claro —sino se conociera, casi daría un saltito de alegría.

—Entonces, ven, sígueme.

Jungkook avanzó hasta el cuarto de su hermano.

—Y deja tu pan de queso a la mesa. Sin comida a mi cuarto.

Jungkook retrocedió y dejó su pan encima de la mesa. Marchó hasta el cuarto de Jin. Seguía tan ordenado como el día de ayer. Corrió hasta la mesa donde estaban una infinidad de perfumes —ya no le impresionaba tanto como el día de ayer—.

Agarró cualquiera, se lo puso un poco en su muñeca y el olor salió por todas partes. Era un olor exquisito.

—Al menos no es tan malo como tus perfumes que tienes.

—Es que yo no tengo dinero o alguien que me pueda dar esas cosas.

—¿Qué insinuas?

—Nada —dijo enseguida. Tenía que salir lo más antes de esa habitación si no quería que Jin se lo quitara. Y eso hizo.

***

Jimin sujetaba una carpeta en sus manos. Nancy, Yeonwoo y Jane estaban cerca de él. Como esperando una indicación suya.

—Si puedes, Nancy, haces las compras, te he dejado la lista, como siempre.

—Sí, joven Park —Nancy asiente entrecruzando sus dedos.

Admirador secreto |KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora