Por casualidades de la vida Jimin no pudo ir a la conferencia. Solo Min Yoongi lo hizo. Jungkook había recibido un mensaje de Jimin diciéndole que siguiera cuidando a Soobin aún cuando él estaba en casa. Y Jungkook aceptó gustoso, pero de eso ya había pasado tres días.
El primer día Soobin pidió ayuda de Jungkook para preparar un batido de platano para toda la familia, y con todos también era a las empleadas. Salió todo bien ya que se estaba vez Jungkook no olvidó poner la tapa de la licuadora. Y Soobin, de igual manera, se lo había hecho recordar.
—¿Qué están preparando? —preguntó Jimin bajando de las escaleras y yendo hacia la cocina.
—Batido de plátano, papi —respondió Soobin.
—Oh, qué se delicioso, ¿para mí hay?
Soobin rio.
—Para todos, papi.
Soobin agarraba los vasos (de plástico, para no causar algún accidente), Jungkook se encargaba de llenar los vasos de batido y el pequeño lo repartía con todas las personas del hogar.
Soobin al probar el batido le dejó un bigote blanco de la espuma. Jimin no dudó en sacar una foto de ese adorable momento.
Jungkook se situo detrás de Jimin observando también la foto. Sonrió ante esa imagen.
—¿Podrías pasármela? Soobin se ve tan adorable —dijo Jungkook. Jimin se sobresaltó, miró hacia atrás y se encontró con la mirada de Jungkook sobre la suya. El chico menor no apartó la mirada de su primer amor. Sus ojos eran tan hermosos al igual que sus mejillas y labios. Esos labios tan carnosos... Daban ganas de... De agarrar a pellizcos sus mejillas.
—Jungkook, me has asustado… —carraspeó—. No te acerques así de sigiloso, ¿por favor?
Jeon no hizo nada más que alejarse con sus mejillas rosadas. Quería golpear su cabeza contra la pared.
—Perdón, solo… —susurró.
—Y sí, te pasaré la imagen.
Jungkook asintió sonriente. Por dentro había dos sentimientos y emociones. Una de felicidad, por haber tenido contacto visual con Jimin, uno tan cerca. Y lo otro era vergüenza, por ser tan estúpido.
El segundo día Jimin y Soobin vieron una película. Jungkook se había negado a mirarla. No porque no quisiera sino porque no fue invitado. Pero supo lo que vieron, una tal llamada «Mi pobre angelito», o en inglés «home alone». Una comedia navideña. A Soobin le gustó tanto que quiso recrear las trampas de Kevin. Soobin le tuvo que poner ojitos de gatito tierno a su papá para que lo deje hacer. Jungkook por detrás de Soobin asentía a todo lo que el niño le decía a Jimin. Y él no tuvo más remedio que aceptar.
Los tres; Jungkook, Jimin y Soobin, pusieron un ventilador y adelante de una mesa pusieron plumas, papeles cortados de manera fina. Luego no supieron cómo atar el cordón para hacer que solo se encendiera. Se dieron por vencidos después de dos horas. Aun así eso no lo arruinó y lo hicieron manualmente. Jungkook prendió el ventilador y las plumas y el confeti encima de la mesa salió volando. Soobin corría de un lado a otro admirando como caían de apoco.
Jimin corría detrás de su hijo, riendo como dos niños. Hasta que Jimin tropezó de espaldas contra el suelo. Jungkook paró la ráfaga de viento del ventilador y se acercó corriendo hacia Jimin. Puso su cabeza sobre sus piernas y tocó su rostro.
—¿Jimin? —sus dedos recorrían las mejillas de Jimin. Tocó también su frente. Sacó su celular de su bolsillo y estando a punto de llamar a la línea de emergencia, cuando una mano sujetó su muñeca.
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Admirador secreto |Kookmin
FanfictionPark Jimin, un chico de tan solo veinte años cuando tuvo a su primer hijo, cansado del matrimonio que tenía con Min Yoongi decide que le dé el divorcio. En esos días Jimin decide contratar a Jeon Jungkook para que cuide de su hijo por unas semanas...