El viento susurraba suavemente entre los árboles, acariciando mi rostro mientras caminaba hacia el lugar acordado para nuestra segunda cita. El sol se filtraba a través de las ramas, creando una danza de luces y sombras sobre el sendero empedrado que recorría. Omar me había invitado, y mi corazón latía con una mezcla de emoción y nerviosismo.
El lugar elegido era un encantador café al aire libre, rodeado de exuberantes jardines. Las flores de colores vibrantes adornaban cada rincón, llenando el ambiente con su dulce fragancia. Las mesas estaban cubiertas con manteles blancos impecables, y pequeñas velas parpadeantes añadían un toque romántico a la escena.
Cuando llegué, Omar ya estaba allí, esperándome con una sonrisa cálida y sincera. Su mirada se encontró con la mía, y en ese instante sentí cómo el tiempo se detenía. Me acerqué a él, sintiendo mi corazón latir con fuerza en mi pecho.-Jinan — dijo Omar con voz suave y llena de ternura — me alegra que hayas venido. Desde la primera vez que te vi, supe que había algo especial entre nosotros
Sonreí tímidamente, sintiendo cómo mis mejillas se coloreaban con un rubor suave.
-Yo también siento algo especial contigo, Omar — respondí, tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresar lo que mi corazón sentía.
Tomamos asiento en una de las mesas, rodeados por el ambiente romántico que nos rodeaba. Pedimos nuestras bebidas y, mientras esperábamos, nuestras manos se encontraron sobre la mesa. Sentí un cosquilleo eléctrico recorrer mi cuerpo, una conexión palpable entre nosotros.
Pero a medida que avanzaba la conversación, comencé a sentir una inquietud en mi interior. Mis palabras salieron con cautela, tratando de encontrar una forma delicada de expresar mis sentimientos.
-Omar, hay algo que necesito decirte — comencé, desviando la mirada hacia la taza de café entre mis manos.
Él me miró con preocupación en sus ojos oscuros.
-¿Qué pasa, Jinan? Puedes decirme cualquier cosa
Respiré profundamente, buscando el coraje para continuar.
-No creo que esté enamorada de ti, Omar. Siento una conexión contigo, pero algo dentro de mí me dice que no es amor
El silencio se apoderó de la mesa, y pude sentir la tristeza en el aire. Omar bajó la mirada, procesando mis palabras.
-Entiendo — dijo finalmente en un susurro, pero sus ojos reflejaban la decepción.
Me sentí culpable por herir sus sentimientos, pero sabía que era mejor ser sincera desde el principio.
-Omar, eres una una de las mejores personas que he conocido— continué, buscando la forma de consolarlo. — Creo que mereces a alguien que pueda amarte de verdad, y yo no puedo darte eso en este momento
Él asintió lentamente, aceptando mis palabras. -Gracias por ser honesta. Aprecio tu sinceridad, aunque duela.
El resto de la cita transcurrió en un silencio incómodo, con palabras que se quedaron atrapadas en nuestras gargantas. Nos despedimos con abrazos corteses y miradas tristes, sabiendo que nuestro camino se separaba en ese momento.
Mientras caminaba de regreso a casa, sentí una mezcla de alivio y tristeza. Había sido valiente al expresar mis sentimientos, pero también había perdido la oportunidad de explorar lo que podría haber sido una hermosa historia de amor.El sol se ocultaba lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados. En ese momento, comprendí que el amor no siempre sigue un camino predecible, y que a veces, es necesario tomar decisiones difíciles para encontrar nuestro propio camino hacia la felicidad.
Mientras caminaba por las calles empedradas, mi mente estaba en un torbellino de emociones. Había sido una tarde difícil, una en la que tuve que enfrentar la realidad y luchar contra mis propios sentimientos. Había rechazado a Omar, mi compañero de clase, en nuestra segunda cita, y la razón era simple pero devastadora: no estaba enamorada de él.
A medida que avanzaba, recordaba la conversación con Omar una y otra vez en mi cabeza. Sus ojos llenos de esperanza al hablarme, su voz llena de ternura al expresar sus sentimientos. Era una persona maravillosa, y eso solo hacía más difícil lo que tenía que hacer. Pero la verdad era que, a pesar de la conexión que sentía con él, mi corazón aún pertenecía a alguien más, a Reda, el chico que me rompió el corazón en la adolescencia.
Recordé aquellos días de juventud, cuando Reda y yo éramos inseparables. Él era mi mejor amigo, mi confidente, mi primer amor. Pero un día, sin previo aviso, todo cambió. Reda se mudó a otra ciudad y dejó un vacío inmenso en mi vida. Durante años, traté de olvidarlo, de seguir adelante, pero mi corazón siempre anhelaba su presencia, su risa contagiosa y su mirada profunda.
El tiempo pasó y, aunque tuve relaciones y conocí a otras personas, nadie pudo llenar el espacio que Reda dejó en mi corazón. Y ahora, al enfrentarme a Omar, me di cuenta de que aún seguía enamorada de aquel chico que se llevó una parte de mí consigo.
Mis pasos se volvieron más lentos y pesados mientras continuaba caminando. Sentía un nudo en la garganta y un dolor agudo en el pecho. ¿Cómo podía explicarle a Omar que mi corazón pertenecía a otro? ¿Cómo podía decirle que, a pesar de su amabilidad y cariño, no podía corresponder a sus sentimientos?
La verdad era que me sentía culpable por lastimar a Omar. Él no merecía ser arrastrado a mis propios conflictos emocionales. Pero también sabía que era importante ser honesta, tanto con él como conmigo misma. No podía fingir un amor que no existía, no podía negar mis propios sentimientos por el bien de alguien más.
Y así, mientras el sol se ponía en el horizonte, sentí una mezcla de tristeza y liberación. Tristeza por haber lastimado a alguien que se preocupaba por mí, pero también liberación por haberme enfrentado a la verdad y ser fiel a mis propios sentimientos. Sabía que el camino hacia la curación y la felicidad no sería fácil, pero el primer paso era reconocer mi verdadero corazón.
Mientras el viento soplaba suavemente a mi alrededor, me prometí a mí misma que seguiría adelante, que sanaría las heridas del pasado y que encontraría la fuerza para abrir mi corazón nuevamente. Aunque Reda seguía siendo una presencia constante en mi mente y en mi corazón, sabía que merecía encontrar un amor que fuera correspondido, un amor que me hiciera sentir completo.
Y así, con cada paso que daba, me acerqué un poco más a la aceptación y a la posibilidad de un nuevo comienzo. Sabía que había tomado la decisión correcta al ser honesta con Omar, aunque fuera doloroso. Porque solo al ser sincera conmigo misma y con los demás, podría encontrar el amor verdadero, aquel que me hiciera sentir la maravillosa y abrumadora sensación de estar enamorada una vez más.
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In sha allah
RomanceEn el pintoresco pueblo de Jinan, un encuentro casual con el enigmático Reda desata una historia de amor apasionada. Pero cuando la familia de Reda desaparece sin dejar rastro, el destino se tuerce. Dos años después, Jinan intenta sanar en Bélgica...