6. A d v i c e

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Vegas sólo observó cómo su novio se alejaba hecho una furia, ni siquiera pensó en ir tras él porque también se sentía molesto, este día era importante para él porque el resto de su familia lo conocería y entonces él daría el siguiente paso en su relación, pero nada salió como esperaba.

"Me duele decir que esta vez me has decepcionado." Fueron las palabras que le dijo su padre cuando regresó después de llevar a Tay a su casa.

Si bien no se opusieron a que lo llevara al hipódromo pudo ver en sus rostros la desaprobación que sentían, pero a él no le importó, Tay era su pareja y quieran o no tenían que soportarlo. Aunque tal vez no haya sido buena idea llevarlo después de todo, de haber sabido que Tay se pondría celoso y lo enfrentaría ahí mismo le hubiera hecho caso a su padre.

—¿Vegas? —dijo una suave voz detrás de él.

El mencionado se giró y se encontró a Pete parado frente a él, tenía que admitir que llevar el pelo despeinado le sentaba muy bien al chico.

—¿Está todo bien? Tu novio acaba de pasar junto a mi, parecía muy enojado —mencionó al no recibir respuesta de Vegas.

—Sí, no pasa nada.

—Bueno, tus primos están por beber un café ¿Por qué no vienes con nosotros?

Vegas lo observó por un segundo y finalmente asintió.

—Parece que te llevas muy bien con ellos —dijo mientras caminaban hacia el kiosco.

—Sí —sonrió —son tan divertidos y muy amables, especialmente Thankun.

—Lo siento mucho por ti, no podrás librarte de él nunca más —bromeó.

Pete soltó una risa y no contestó, pero a Vegas no le incomodó en absoluto. Durante esa semana en que estuvo ayudando a Pete con los asuntos de la empresa se dió cuenta de que el chico era alguien muy inteligente e interesante, por fuera parecía una persona arrogante y clasista pero la realidad era otra, habían tenido largas conversaciones y jamás se aburría de hacerlo. Podían hablar sobre las cosas que les gustaban y a comparación de Tay, Pete le seguía el ritmo porque vivían en el mismo mundo, no tenía qué explicarle antes, simplemente hablaban y hablaban como si fueran amigos de toda la vida también.

Eso le gustaba.

—¡Ahí están! —habló Thankun —el café está servido, vengan antes de que se enfríe.

Subieron los escalones para entrar al kiosco y tomaron asiento en los lugares libres, uno al lado del otro.

—¡Oh! ¿En dónde está Tay? —preguntó Kinn.

—Tuvo una emergencia y se fué —mintió.

—Por favor, Vegas. Somos tus primos, no hay por qué mentirnos —habló Thankun —lo ví salir corriendo de la casa, parecía muy enojado.

Su primo tenía razón, no podía mentirles cuando ellos siempre estaban pendientes y se daban cuenta de todo, pero no podía decirles que su novio se había ido porque se sentía celoso de su nuevo amigo y despreciado por ellos, al menos no enfrente de Pete.

—¿Discutieron? —preguntó Macao.

—Si.

—Eso no importa —habló Thankun de nuevo —tenemos mejor compañía. Pete nos estaba diciendo que has sido un excelente maestro estos días.

—No es mi especialidad pero con él me resulta fácil, es muy inteligente —respondió Vegas mirando al chico a su lado.

—Además es tan lindo ¿No crees, Vegas?

H e a t h e rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora