13. H o m e

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Conforme los días pasaban la desesperación de Vegas por la atención de Pete aumentaba y eso comenzaba a preocuparle, ¿Por qué le molestaba que tuviera un amigo nuevo? ¿Por qué se sentía ansioso cuando Pete no le contestaba un mensaje a tiempo? Cada día se repetía a si mismo que el pelinegro era simplemente un amigo que valoraba mucho, tratando de convencerse a sí mismo de que esos sentimientos no eran más que una amistad.

Según Vegas sabía disimular esa molestia, sin embargo, cuando su padre y hermano lo notaron un día durante el desayuno no perdieron la oportunidad en preguntar.

—Te ves inquieto —mencionó Macao mientras enterraba el tenedor en un trozo de melón —no te había visto de esta manera.

—¿Tiene que ver con Pete? —preguntó su padre sin preámbulos.

—¿Pete? —contestó Vegas de inmediato —¿Por qué lo dices?

—Hablé con Peng hace unos días y me comentó que Pete tiene un amigo nuevo —añadió Kan con una pizca de molestia en su tono de voz.

La sola mención del intruso hizo que Vegas se enderezara y dejara el tenedor a un lado.

—Sí, ya lo he visto.

—Dijo que hace semanas no le dirijes la palabra a Pete.

—Padre...

—¿Acaso eres un niño?

—No me digas que Tay te lo pidió —mencionó su hermano.

—Por supuesto que no —respondió de inmediato.

—Escucha, no sé qué sucedió pero más te vale que corrijas todo o la sociedad con los Phongsakorn se vendrá abajo por culpa tuya ¿entiendes? Además Pete es un joven tan educado y brillante, no dejes que alguien más te lo arrebate o...

—Suficiente —interrumpió Vegas —recuerdo haberles presentado a mi pareja y espero que puedan respetar ese hecho, agradecería que dejen de intentar emparejarme con Pete porque para mi es simplemente un amigo, no me gusta, no siento ningún tipo de atracción hacia él, Pete es un socio y amigo nada más.

El tono de voz de Vegas era firme mientras hablaba, aunque pareciera que estaba aclarando sus sentimientos con su familia la realidad era que se lo estaba diciendo a él mismo, tratando de autoconvencerse de que Pete no provocaba nada en él aunque en el fondo sabía que no era del todo cierto.

La mente de Vegas era un lío últimamente, se repetía constantemente que tenía novio y que lo amaba, y así era, no podría dejar de amar a Tay de la noche a la mañana porque sus sentimientos hacia él eran fuertes, es solo que últimamente su mente estaba invadida por un pelinegro con hoyuelos en las mejillas que lo desconcentraba de todo, incluso cuando miraba a Tay a los ojos inconscientemente buscaba la mirada brillante de Pete y se sentía un poco desilusionado cuando no lograba encontrarlo, sin embargo el hecho de que su familia hiciera de todo para juntarlo con Pete no le ayudaba mucho a dejar de pensar en él cuando sabía que estaba mal.

—No creíste que de verdad tenía mi aprobación ¿verdad? —dijo Kan con un tono burlón que incluso soltó una risita —sabes a la perfección que ese muchacho no es el correcto.

—No permitiré que hables así de Tay.

—No hay nada bueno que tenga para elogiarlo, ese muchacho sólo busca una fuente de ingresos y tú eres el ingenuo que cayó en su red.

—Padre...

—Vegas —interrumpió Macao con sutileza —Tay no pertenece a nuestro mundo.

—¡Y tampoco lo hará!

Vegas supo que de nada serviría seguir discutiendo con su padre cuando era muy claro que jamás aprobaría su relación con Tay, y aunque ya lo sabía era inevitable que no le doliera un poco no tener su apoyo así que sin decir ni una sola palabra más se puso de pie y caminó hacia la salida de la residencia.

Mientras conducía hacia su oficina sintió la necesidad de que alguien le diera cariño, que le dijera que lo apoyaba y sentirse acompañado, ni siquiera lo pensó más y cambió su destino hacia la cafetería en donde trabajaba su novio, al verlo le dió un abrazo y lo saludó con un beso en la mejilla.

Tristemente tuvo que aceptar que con Tay no sentía el apoyo que necesitaba así que solamente compró un café y regresó a su auto para dirigirse a su trabajo, condujo con la mente en modo automático y cuando llegó a su destino un par de ojos marrones lo recibieron con gusto.

—No sabía que te vería de nuevo hoy.

—Me gustaría disculparme de nuevo y esta vez en serio, Pete.

El pelinegro notó cansancio en su voz, algo en él estaba extraño y su corazón no pudo soportarlo más así que con una sonrisa lo invitó a sentarse en un sofá junto a la ventana. La oficina de Pete era realmente espaciosa y cálida, el ambiente en ella te hacía sentir cómodo con tan solo poner un pie dentro pero Vegas sabía perfectamente que quien creaba esa sensación era el mismo Pete. 

—Realmente no sé porque pensé que alejarme de ti no me afectaría, tan solo nos conocemos hace poco más de un mes, pero debo decirte que me acostumbré a tu compañía y estar sin ella ahora me resulta extraño, como un vacío. No puedo decirte exactamente el porqué de la distancia porque ni siquiera yo estoy seguro, pero puedo decirte que no fue la mejor de mis ideas y por eso vengo aquí a disculparme por esa estupidez —rió —por favor déjame ser tu amigo de nuevo.

La mirada de Pete estaba fija en la de él, lo miraba con atención y a la misma vez con cariño haciéndolo sentir tranquilo pero estaba inquieto por escuchar que lo perdonaba.

—Yo jamás dije que ya no lo éramos —dijo con sutileza.

Y Vegas sintió que pudo respirar de nuevo.

H e a t h e rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora