10. D e s i r e

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La residencia de los Phongsakorn se ubicaba en las afueras de la ciudad: una casa de estilo minimalista y espaciosa, con un amplio jardín en el que estaban plantados varios rosales cuyas rosas eran todas de color blanco, por supuesto que su propiedad no se comparaba con la de los Theerapanyakul pero era lo suficientemente grande y cómoda para el padre de Pete ya que actualmente vivía solo en la casa.

Vegas desconocía totalmente el lugar por lo que no dejaba de contemplar cada detalle en la casa, como las fotografías enmarcadas que estaban sobre la chimenea y en cómo la decoración era de diferentes tonos de azul y gris haciéndola lucir tan sofisticada, pensó que definitivamente representaba a la perfección a sus dueños.

—¡Qué gusto tenerlos aquí! —dijo el Señor Phongsakorn muy animado mientras le daba un cariñoso abrazo a Vegas, después de todo lo había visto crecer y era como un tío para él.

—Tantos años de conocernos y jamás tuve el placer de conocer su casa —mencionó Vegas después de separarse del abrazo —es una casa muy bonita.

—¿Verdad que sí? Al principio no estaba convencido de los colores pero Pete quiso redecorar toda la casa en cuanto regresó, y debo admitir que hizo un excelente trabajo.

—¿Pete se encargó de la decoración?

—Por supuesto, tiene buen gusto ¿No crees?

—Si —dijo en voz baja —está muy bonito.

—Espero que a partir de hoy nos visites más a menudo.

—Por supuesto.

—¿En dónde está Pete? —preguntó el padre de Vegas.

—¡Ah! Estaba en el jardín hace un momento, subió a asearse y a ponerse presentable para la cena —respondió Peng con una sonrisa —¿Qué tal un trago antes de cenar? —ofreció y por supuesto que su amigo jamás se negaría.

—Necesito usar el baño ¿Puedo? —habló Vegas con clara educación.

—¡Por supuesto, hijo! Usa el de arriba, terminando las escaleras.

El padre de Pete lo guío hasta la escalinata que daba al segundo piso y le indicó qué puerta correspondía al baño y después regresó a la sala de estar a seguir conversando con su viejo amigo. Mientras tanto Vegas subió los escalones muy despacio, no podía dejar de ver los alrededores y es que todo se veía impecable y no había nada más que le gustara que un lugar limpio y fresco. Por estar absorto en su mente cuando llegó al final de la escalera no podía recordar cuál era la puerta correcta, <<Mierda>> se dijo a si mismo antes de caminar hacia la puerta que estaba a la derecha la cual estaba seguro de que sería la correcta ya que estaba un poquito abierta y de su interior salía un aroma a cítricos que resultó delicioso a su olfato, atraído por el olor caminó hasta la puerta, agarró el pomo y estuvo a punto de abrirla por completo de no ser por la vista que tenía desde el pequeño espacio.

Su cuerpo se paralizó al posar sus ojos en el cuerpo desnudo del pelinegro que iba saliendo de la ducha y estaba comenzando a enrollarse la toalla alrededor de su cadera, su piel blanca se veía tan apetitosa decorada con esas gotitas de agua que tenía sobre él, su cabello mojado caía sobre su frente y entonces vió cómo una gota de agua resbaló de un mechón y cayó sobre su labio inferior, y ante el contacto Pete se lamió los labios.

Tenía que moverse, irse de ahí antes de que él se diera cuenta de que lo estaba observando como un acosador o peor aún, antes de que sus instintos lo dominaran y empujara la puerta para tomarlo entre sus brazos y hacerlo suyo ahí mismo sin importarle que sus padres los estaban esperando en el piso de abajo. Estaba consciente de la belleza de Pete, no había manera de negar lo lindo que era sin embargo jamás sintió un tipo de deseo hacia él, hasta ese momento.

¡Por el amor de Dios, lo necesitaba! Su pecho desnudo no hacía más que invitarlo a dejarle marcas de besos y mordidas en todas partes y su cuello estaba tan vacío que se imaginó a él llenándolo de besos y lamiendolo.

Estaba perdido.













Pete sintió una extraña sensación mientras se ponía la toalla alrededor de sus caderas después de salir de la ducha, y aunque no sabía porqué, se sintió superior.

Después de cubrirse la parte inferior de su cuerpo levantó la vista hacia la puerta y se llevó la sorpresa de verla entreabierta e inmediatamente sintió pánico, pero recordó que su padre dijo que se quedaría abajo para recibir a los Theerapanyakul mientras él se limpiaba después de haber limpiado el jardín, si ya hubieran llegado una de las empleadas habría ido a avisarle así que no le tomó demasiada importancia y salió del baño directo a su habitación, la cual estaba justo al frente.

Cuando iba bajando las escaleras escuchó las voces de ambos señores y supo que los invitados ya estaban ahí así que fué a saludarlos muy contento, pero había algo extraño en Vegas, cada vez que sus miradas se cruzaban las mejillas del chico se ¿Ruborizaban? Además de que cuando lo saludó notó un extraño nerviosismo en él, sin duda muy inusual de su parte.

—Has estado un poco callado, Vegas —mencionó el padre de Pete durante la cena.

—¿Te sientes bien? —preguntó Pete con preocupación, quien estaba sentado junto a él.

—Estoy bien —respondió, y aunque sus padres aceptaron su respuesta, Pete sabía que algo le pasaba.

—¿Es por lo de tu novio? —le susurró, y notó como la postura de Vegas cambiaba de inmediato haciendolo pensar que no debió mencionar el tema.

Pero de lo que no tenía idea es que su comentario le había recordado a Vegas que tenía un novio.

¡Por Dios!

Había invadido la intimidad de Pete, lo había visto desnudo y sintió deseo ¡Deseó a Pete! Y es que en el momento en que sus ojos se posaron en él, fué como si todo se detuvo y en el mundo existían únicamente ellos dos. Desde ese momento Tay no se cruzó en sus pensamientos ni un sólo segundo y de no ser por Pete ni siquiera hubiera pensado en él durante el resto de la noche.

Ahora se sentía culpable.

Tenía que admitir que Tay jamás causó una reacción así en su cuerpo como lo hizo el pelinegro junto a él, pero aún así no lo traicionaría por un impulso, podrían estar en un mal momento pero no le fallaría a su novio por nada en el mundo, ni siquiera teniendo a la persona más linda y seductora a su lado. <<Esto no puede seguir así>> pensó.

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