21. C o n f u s e d

513 56 24
                                    

Un par de semanas atrás Pete se hubiera sentido la persona más feliz de saber que Vegas sentía algo por él, le hubiese gustado escuchar esas palabras como respuesta a su declaración de amor en el hotel, pero en estos momentos no le provocan ni un hormigueo y eso le dolia un poco.

Continuó mirándolo a los ojos con la esperanza de que teniéndolo a pocos centímetros de él sus sentimientos revivieran, pero no pudo lograrlo.

—Recurres a mi porque te has quedado solo —dijo con rudeza en su voz —¿Cómo podrías amar a alguien nuevo en un día?

El contrario se había quedado sin palabras, no era la reacción que esperaba de Pete, creyó que se darían la oportunidad de estar juntos.

—Yo... —intentó hablar.

—¿O no lo amabas?

Vegas tenía miedo de responder a esa pregunta, en realidad no sabía cómo hacerlo y se quedó pensando: ¿De verdad amó a Tay? Por supuesto que si o de lo contrario no hubiesen estado en una relación por más de un año, la verdadera pregunta era ¿cuándo dejó de amarlo? Porque a decir verdad, cuando lo miraba ya no sentía nada en su corazón.

—Ya veo —dijo el pelinegro al no obtener una respuesta, interpretando el silencio de Vegas como una respuesta negativa —¿cómo estaré seguro de si vas a hacerlo conmigo?

Si bien en un principio el objetivo de Pete era conseguir a Vegas por el simple hecho de que se sintió retado por Tay, durante el proceso no pudo evitar sentirse completamente atraído por él hasta que esa atracción terminó en enamoramiento, y aunque disfrutaba de molestar a Tay jamás se le cruzó por la mente interferir en esa relación y convertirse en su amante, eso sí jamás había pensado hacerlo. Estaba consciente de que al confesarse esperaba que Vegas lo eligiera porque también sentía lo mismo, saber que para él también fue inevitable no enamorarse, pero en cambio, Vegas lo buscaba porque se quedó solo.

—Te quiero —confesó —pero no seré la segunda opción.

—No lo eres. Te escogería a ti sobre todos los demás.

—No lo hiciste antes.

—Estaba confundido, estaba convencido de que era a Tay quien amaba pero...

—Es suficiente, Vegas.

Pete se puso de pie y comenzó a ordenar los papeles que estaban sobre su escritorio, acomodándolos dentro de una carpeta para después ponerla dentro de un cajón mientras Vegas simplemente observaba.

—Tenemos negocios en común así que espero que nuestra relación de ahora en adelante sea cordial.

—Pete.

—Nos vemos, Vegas.

—Aún tengo mucho que decir.

—Y yo no quiero escucharlo.

El mayor solo pudo observar cómo el pelinegro salía de la oficina sin dirigirle una mirada siquiera y no comprendía porqué se había negado a darle una oportunidad si sentía algo por él, se lo dijo unas semanas antes, sus sentimientos no pudieron desaparecer tan fácilmente. 

Estaba confundido. Confundido de la actitud de Pete, no de sus sentimientos.

Estaba completamente seguro de que lo que comenzaba a sentir por él era algo fuerte y sincero, la sola idea lo hacía sentirse feliz. Tal vez Pete tenía un conflicto en su cabeza y en su corazón ahora pero se aseguraría de borrar cualquier duda.

Durante el fin de semana, Vegas no dejó de pensar ni un momento en Pete. La idea era visitarlo de nuevo el lunes por la mañana pero una de sus reuniones se lo impidieron por lo que hizo acto de presencia en la oficina de Pete hasta el mediodía.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 14 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

H e a t h e rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora