15. T r u e

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El motivo principal de su viaje a Francia era mostrarle a Vegas el lugar que había sido escogido para el nuevo hotel en el que trabajaban, lugar que a Vegas le encantó inmediatamente. Niza era una ciudad encantadora y ni hablar de sus playas, las cuales serían el atractivo principal del nuevo alojamiento.

Los primeros dos días se dedicaron a recorrer los lugares más atractivos de la ciudad y también los terrenos en donde se llevaría a cabo la construcción, luego de que todo quedó completamente en orden Pete le propuso a Vegas visitar París ya que tenía intención de realizar unas compras a lo que el Theerapanyakul no se negó para nada. Vegas ya había viajado a París varias veces y aunque la ciudad era tan popular realmente no le emocionaba tanto la idea de ir, aun así, estuvo detrás de Pete en cada compra que realizó.

—Sólo una cosa más y podemos irnos al hotel —dijo Pete mientras caminaban por una calle llena de tiendas y restaurantes.

—Has comprado casi todo en la ciudad, ¿Qué te falta? —bromeó.

Pete soltó una risa y continuó caminando mientras observaba su alrededor.

–Se acerca el cumpleaños de Arm —respondió con una pizca de timidez y Vegas sintió una incómoda sensación al escuchar el nombre del otro tipo.

—¿Ah si?

—Me he fijado que es amante de los macarons y me gustaría llevarle unos originalmente franceses, también le daré el abrigo que compramos hace unos momentos.

—¿El que me hiciste probarme?

—Tienen casi la misma complexión así que le quedará muy bien.

—Entonces te serví de maniquí.

—Podría decirse.

Vegas no respondió durante unos segundos, y es que se sintió algo irritado al pensar que Pete se imaginó a otra persona usando ese abrigo cuando él lo tenía puesto, no lo estaba viendo a él, estaba viendo a alguien más.

—Ustedes... ¿Están saliendo?

Pete no contestó de inmediato y eso lo irritó aún más.

—Bueno, hemos salido un par de veces, me ha llevado a recorrer la ciudad en unas ocasiones, la paso realmente bien con él —confesó.

—Pero, ¿Él te gusta?

Ni siquiera comprendió porqué hizo esa pregunta sabiendo que si la respuesta era afirmativa no se alegraría en absoluto aunque le dijera a Pete que estaba feliz por él, sin duda su comportamiento no era normal, Pete era su amigo.

¿Verdad?

—Yo... —habló Pete, sus mejillas se habían ruborizado un poco y Vegas tuvo un impulso de pellizcarlas, pero no lo hizo —Me agrada —continuó Pete.

—¿Te agrada?

—Simplemente me cae bien y quiero darle un regalo de  cumpleaños, además me gustaría agradecerle su apoyo durante estas semanas.

—¿Y yo no tendré un regalo? Después de todo he sido tu entrenador.

—Perdiste tu oportunidad al alejarte como si yo tuviera un virus.

—Todavía no me perdonas del todo ¿verdad?

—Sigo resentido.

—Ya veo.

Ambos soltaron una risa y continuaron su camino mientras cambiaban el tema de conversación pero para Vegas era difícil dejar de pensar en la incomodidad que sentía en esos momentos al saber que Pete estaba interesado romanticamente en otro hombre. Incluso cuando se encontraba acostado en su cama mirando el techo de la habitación, no podía sacar de su mente las imágenes de Pete buscando cuidadosamente el regalo perfecto para su nuevo amigo, y sin explicación alguna eso lo molestaba, no le gustaba para nada que su atención estuviera en otra persona, Vegas era quien estaba ahí con él ¿Por qué no le daba la misma atención?

H e a t h e rDonde viven las historias. Descúbrelo ahora