Vegas se sentía terriblemente mal al estar evitando a Pete pero no era capaz de mirarlo a los ojos luego de haber visto accidentalmente su cuerpo, cuyo recuerdo lo visitaba cada noche antes de ir a dormir. Ni siquiera recuerda con exactitud cómo se solucionaron sus problemas con Tay y a decir verdad no le estaba dando la suficiente atención al asunto porque su mente era visitada por un pelinegro cada vez con más frecuencia.
Con el paso de los días el sentimiento de culpa se hizo mucho más presente, cuando mientras compartía un momento de intimidad con Tay lo único que pensaba era en aquella piel blanca y brillante, cabello negro y labios esponjosos, y aunque dejó a su novio muy satisfecho el único sentimiento que él tenía era el de culpa. Mientras observaba a Tay dormir profundamente junto a él sentía que estaba traicionandolo, pero le resultaba muy díficil sacar a Pete de su mente y comenzaba a pensar en cómo se estaría sintiendo el chico ya que lo dejó solo en pleno inicio de un proyecto así que sin pensarlo más tomó la decisión de dejarlo atrás y ser profesional.
Pero cuando quiso disculparse con él y ayudarlo nuevamente con dicho proyecto un nuevo sentimiento invadió su cuerpo, uno con el que no estaba familiarizado incluso estando con Tay, un sentimiento que lo hizo tener miedo de perder la atención del pelinegro: los celos.
Cuando llegó a la oficina de Pete el lunes por la mañana se llevó la sorpresa de verlo trabajar en compañía de un chico completamente extraño para él pero definitivamente no lo era para Pete ya que su interacción era como de dos grandes amigos, aunque en la mirada del otro joven se veía claramente el interés que tenía por el pelinegro.
Y por alguna razón se sintió irritado.
Entró en la pequeña sala donde se encontraban trabajando y al ver que ninguno de los dos había notado su presencia se aclaró la garganta ahora sí logrando llamar la atención de ambos, tuvo que admitir que la reacción de Pete no fue la que esperaba pero después de todo era su culpa.
—Vegas, ¿Qué haces aquí? —preguntó el pelinegro un tanto sorprendido.
—Vine a, bueno, quería saber cómo va el proyecto.
—Va muy bien, no gracias a ti de hecho.
Tal como esperó, estaba molesto.
—Claro, yo...
Se detuvo al instante en que llevó la mirada al otro chico junto a Pete, quien precisamente lo miraba fijamente.
—¿Podemos hablar a solas?
Pete miró al chico junto a él y con un ligero asentimiento de cabeza le indicó que se retirara.
—Hasta luego —dijo cuando pasó al lado de Vegas y posteriormente salir de la sala.
—Tienes que saber que tengo mucho trabajo que hacer así que no puedo atenderte durante mucho tiempo.
El pelinegro se cruzó de brazos y clavó su mirada en los ojos de Vegas, haciéndolo sentirse intimidado ya que no lo había visto molesto anteriormente pero extrañamente le parecía fascinante esa parte de él.
—Vine a pedirte una disculpa, fue imperdonable dejarte solo en pleno comienzo de este gran proyecto en el que se supone estaríamos juntos, no tengo ninguna excusa para mi comportamiento y si aun estas de acuerdo me gustaría trabajar nuevamente contigo.
Pete lo observó en silencio durante unos segundos antes de responder con seriedad:
—¿Acaso te hice algo?
—¿Disculpa?
—Huiste como si hubiese hecho algo mal, sin ninguna explicación y dejándome a mi todo el trabajo que ambos luchamos por tener, si cometí un error discúlpame pero fue tan poco profesional comportarte de esta manera como un adolescente cuando en realidad eres un adulto con responsabilidades y me sorprende que te comportes así porque eras como una inspiración para mi.
—No hiciste nada mal —se apresuró a decir.
—Si quieres seguir con el proyecto adelante, te haré llegar tu parte y yo haré la mía, así que si me disculpas regresaré a trabajar con Arm.
—¿Arm? ¿De dónde salió?
—Se puede decir que tuvo compasión por mi al verme atorado de trabajo y me ofreció su ayuda la cual ha sido maravillosa.
—Pete, en serio discúlpame, quiero que volvamos a trabajar juntos porque somos un excelente equipo y lo sabes.
—Yo estoy comprometido con mi trabajo, tú no.
—Eso no es verdad.
—Dime una cosa, ¿Tu distancia tuvo que ver con tu novio?
—¿Qué?
¿Su novio? No entendía por qué Pete tenía ese pensamiento cuando estaba muy lejos de ser verdad, por Dios, si supiera que la razón por la que se alejó fue porque no soportaba verlo sin sentir algún tipo de deseo hacia el, si de por sí le estaba resultando complicado verlo a los ojos.
—No entiendo a qué te refieres.
Una ligera sonrisa se formó en los labios de Pete y ladeó la cabeza sin dejar de mirarlo.
—Sólo era curiosidad.
Si bien Vegas no se quedó conforme no lo siguió cuestionando ya que el pelinegro le dió la espalda para recoger sus cosas.
—Nos vemos luego, si es que no vuelves a ignorarme —dijo cuando se giró para verlo de nuevo.
—¿Te vas?
—Casi es hora de desayunar.
—Perfecto, permiteme acompañarte.
—Lo siento, tengo planes con Arm y lo he hecho esperar mucho así que si me disculpas, me iré ahora.
Sin nada más que decir y sin darle una última mirada, Pete caminó hacia la puerta y salió de la sala, dejando a Vegas con una sensación de incomodidad y enojo hacia el mismo.
¿Era posible que Pete cambiara muchísimo en unas cuantas semanas? Había sido cortante con él y rechazó su compañía cuando anteriormente rechazaba la de otras personas para acompañarlo a él, ni siquiera le sonrió o le preguntó cómo estaba.
Pero lo que más le inquietaba a Vegas era:
¿Por qué le molestaba tanto esa actitud?
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Hola hola!!!
Mil disculpas por haber tardado demasiado en actualizar y sé que es un capítulo corto y puede que no sea el mejor, pero haré todo lo posible por volver a esta historia que sin duda es mi favorita 🫢
Agradezco muchísimo por la espera y por sus comentarios, en serio ustedes me motivan a continuar escribiendo y no teman porque no es algo que piense dejar.
Besitos ♡
@_xxann
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H e a t h e r
FanfictionPor obra del destino Vegas y Tay mantienen una relación amorosa a pesar de que nadie lo aprueba, todo se desmorona cuando el Theerapanyakul consigue un nuevo socio quien inevitablemente desarrolla sentimientos hacia él. Tay cansado de los problemas...