Capítulo 21: No, no estás bien.
"Qué tenía que hacer para que lo nuestro no se nos fuera de las manos?
¿Qué tenía que hacer para que no te marcharas más de lo que ya te habías ido?
¿Qué tenía que hacer para que siguieras amándome?
¿Qué hizo que decidieras hacerme sufrir sin tomar en cuenta cómo me sentiría?
¿Qué tengo que hacer para soltarte?
Y sobretodo, ¿Qué debo hacer para dejarme de hacer tantas preguntas?"
24 de diciembre del 2021.
Tengo cuatro días siendo obligado por Álvaro a escribir lo que siento y además, a venir a un parque londinense, ya que según lo que le dijo su psicólogo "eso lo ayudará a mantenerse distraído y evitar autodespreciarse" o algo así le dijo.
¿Está funcionando? Pues no lo sé, pero todo lo que he escrito hasta ahora sólo grita "¿qué hice mal para merecer tu desprecio, tus mentiras y tu engaño?".
En medio de la constante insistencia de Álvaro de hacerme venir a este parque tan lejos de Tottenham (ya que así no habría forma de encontrarme a Isabella y podría despejarme), decidí traer mi cámara para al menos aprovechar que tengo libertad de pasearme por Londres. Quizás exageré un poco con la cantidad de fotos que he tomado, pero era esto o irme al trabajo de Álvaro... Aquí al menos tengo algo de paz, supongo.
Ciertamente, me siento mal por tener a Álvaro cuidando de mí, se supone esta sería la navidad más tranquila y alegre de él, incluso quería regalarle algo, pero sólo me he dedicado a llorar y preocuparlo estos días.
Me hace sentir mal andar dando lástima en su departamento y en esta ciudad.
Otras personas que también están preocupadas por mí son Angélica y Alessandra. Angélica llegó hace tres días a Londres y al primero que se encontró en el departamento fue a mí, no en el mejor de los estados que digamos (estaba borracho y llorando).
Me preguntó en repetidas ocasiones antes de ayer y ayer si quería volver a Madrid para estar en casa, que no tenía problema en darme para el boleto si eso implicaba que estaría mejor. Sin embargo, rechacé su propuesta. Y aquí estoy, en un parque tomándole fotografías a todo lo que me parece interesante.
Por otra parte, Alessandra ha intentado hablar conmigo estos últimos días, pero no sé, no me siento esencialmente cómodo hablando de cómo me siento por mensaje... Aunque, en realidad no me siento cómodo hablando en voz alta sobre cómo me siento, no ahora.
He pensado mucho en si debería volver a Madrid después de hoy o quedarme aquí hasta enero. Por un lado, quiero volver a mi casa y al menos llorar en mi habitación sin sentir como desde afuera sienten lástima por mí, y por otro lado, pienso en Álvaro, quien me tuvo que insistir para que viniera a Londres y aparte pagó mi pasaje de ida y vuelta.
Vasca de mierda, aparte de joderme emocionalmente, me jodió la navidad.
***
—Entiendo que estés preocupado por mí, pero no necesito seguir yendo a un parque a tomar fotografías ni escribir lo que pienso, estoy bien.
—No, no estás bien, estás negando tu dolor—alude Álvaro.
—Ni que alguien hubiera muerto, estás exagerando.
—No estás entendiendo. Amabas a Isabella, Rodrigo, estuviste dispuesto a hacer algo como aceptar una relación a distancia con tal de tenerla a ella en tu vida. Entiendo perfectamente que no la superarás únicamente escribiendo y tomando fotos, pero tampoco es sano que no te permitas sentir o expresar lo que sientes en este momento y sólo hacer de cuenta que "estás bien"—contesta, haciendo énfasis en lo último.
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La Única Excepción
Roman pour AdolescentsCumpliendo con el mismo papel de los clichés románticos que me gusta leer, apenas la ví sentí un ansía por querer conocerla, aunque eso provocara un desastre a mi alrededor. Ella tenía el poder de destruirme en cualquier momento, sin embargo, prefir...