XII

115 14 0
                                    

VEGAS

Las once y media y Pete no ha llegado. He llamado mil veces a la floristería para asegurarme que ha recibido mis rosas y mi mensaje. Después de que la dependienta me haya repetido hasta la saciedad que el recibo de entrega estaba firmado y sellado, me rindo a la posibilidad de que haya decidido no venir.

En el fondo sé que me lo he ganado a pulso, no he sabido tratarlo como se merece y ahora tengo que pensar en otro plan para volver a conquistarlo.

Me paseo de un lado a otro intentando tranquilizarme cuando la cortina se corre y Pete me saluda desde la entrada del reservado. Está precioso, su chaqueta de cuero es lo más sexy que he visto nunca y ese jersey de cuello alto enmarca sus preciosas facciones como una obra de arte.

Siempre me deja sin palabras, me besa, me dice que no quiere a ningún dominante que no sea yo y se sienta en la silla después de quitarse la chaqueta. ¿Se dará cuenta de lo que produce en mí cada vez que me mira?

Me mira como esperando mi próximo movimiento, está aquí en busca de respuestas y de lo que yo le diga esta noche depende toda nuestra futura relación.

—He pedido un poco de vino para mí, para ti tienes agua y refrescos, escoge lo que quieras — le digo sirviéndome una copa, necesito algo de coraje líquido en mi cuerpo para lo que viene a continuación.

—Gracias — me dice bebiendo un sorbo de agua, está claro que no va a ponérmelo fácil.

—Siento mucho lo del domingo Pete, de verdad — empiezo. 

—Ya te dije que eso está olvidado — me dice escuetamente. 

—Siempre he creído que soy un buen dominante, que llevo mucho tiempo en esto y que nada puede hacerme perder el control — le digo. 

—Control, ¿es eso lo único que te preocupa? — me pregunta, sin acritud, con sincera curiosidad.

—Si controlo a las personas que me rodean controlo mi propia vida — le respondo sin pensarlo mucho.

—El control sin más es un sentimiento muy vacío Vegas — me replica.

—No siempre ha sido así, pero cuando tu vida es una sucesión de acontecimientos horribles que no puedes controlar, solo sufrir sus consecuencias, aprendes a atacar primero y preguntar después — le resumo.

—Yo te conté por qué he estado tres años en un limbo existencial, la confianza tiene que ser mutua o esto no funcionará Vegas — me responde muy tranquilo.

—Mi infancia no es algo que me guste recordar, fue una mala época que marcó mi carácter de manera permanente. Mi padre era un hombre posesivo y muy dominante en contraposición a mi madre que es todo dulzura y entrega. De esa disfuncional relación nací yo, y cuando eso sucedió mi padre pasó de dominante a dictador. Cada día era algo diferente, mi madre había olvidado algo que le había pedido, había pasado demasiado tiempo atendiéndome o simplemente no se vestía a su gusto, entonces estallaba la guerra. Al principio se limitaba a castigar a mi madre dentro de su cuarto de juegos, después dejó de esconder su maltrato. Me fui haciendo mayor y llegó el día que me interpuse entre ellos y acabé con un golpe bastante feo en la cabeza. No puedo decir que no me lo esperaba, pero me sorprendió lo que me dolió es que mi padre, esa persona que se supone debe protegerte te ponga la mano encima.

>> No quiero hacerte esto muy largo, cuando cumplí quince años llegué a mi casa después de celebrarlo con mis amigos, ese mismo día le había contado a mi madre que era gay y no sé cómo mi padre se enteró de esa conversación. Los encontré en el salón, mi padre blandía un látigo de tiras de cuero negro, iba usarlo para dañar a mi madre y sin pensarlo cubrí su cuerpo con el mío. No puedo explicar con palabras la clase de dolor que sentí. Un calor abrasador me atravesó desde el hombro hasta la cadera. Cuando mi padre vio lo que había hecho me miró con odio y volvió a azotarme en el mismo sitio mientras me insultaba, me decía que era una deshonra tener un hijo maricón y ese segundo latigazo abrió mi carne como si fuese mantequilla. No recuerdo mucho más, solo el grito horrendo que salió de mi garganta y la detonación del arma que mi madre usó contra mi padre.<<

Carpe Diem [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora