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VEGAS

He roto una de mis reglas principales, no tener sexo vainilla con mis sumisos. Si lo pienso bien ni siquiera es la primera norma que rompo con Pete, ninguno de mis sumisos anteriores tuvo una sala segura para que pudiera hablarme con total libertad. Ninguno de ellos me hizo sentir nunca que debía cuidarlo más allá de nuestras sesiones, no sé qué coño me pasa, pero tengo que parar.

Pete tiene una herida muy grande por sanar y yo estoy roto de tantas formas que realmente no sé qué pueda ofrecerle aparte de mi dominación. Mi cuerpo late por él, quiero hacerlo mío por completo, pero necesito la seguridad de un contrato, que los términos estén claros y no tengan bordes difusos, como los tiene mi relación con él en estos momentos.

No pude evitarlo, poner su cuerpo sobre el piano y comérmelo vivo. Mi mente se nubla cuando está demasiado cerca y lo dejo pasar los límites que jamás deberían cruzarse. Si alguna vez llega a asomarse a mi alma sé que lo que viera en ella lo haría salir corriendo despavorido, no quiero que sepa quién se esconde detrás de los trajes de firma y la fachada de perfecto control que me he creado. Me aterra pensar que pueda ver más allá de las cicatrices y acaba tocando mi corazón que está en carne viva. Control Vegas, todo se resume en controlar todos y cada uno de los detalles de mi vida, de esa manera no hay malos momentos ni dolores innecesarios.

Por eso después de hacerle el amor, no, nada de amor, después de follarlo sobre la alfombra lo mandé a su cuarto a descansar, su mirada interrogativa no me pasó desapercibida, pero decidí ignorarla y huir a mi despacho.

Ahora son las ocho y media y estoy esperando a que Pete baje a desayunar. Y cuando lo hace entra con dudas y se sienta a la mesa frente a la comida que he preparado para él.

—Buenos días Pete, ¿has descansado bien? — le pregunto sin dejar de leer el periódico dominical.

—Buenos días, he dormido bien, gracias señor — me dice con un tono triste y a la vez cansado en su voz, creo que este fin de semana debe terminar y dejarlo pensar en las posibilidades.

—Hoy me ha surgido un inconveniente en el trabajo y debo ir a la oficina, el coche está preparado para llevarte a tu casa, nos veremos el viernes que viene si todavía quieres seguir con esto — le explico, dándole a elegir.

—Muy bien señor, entonces me voy ya — me dice levantándose como un rayo sin mirarme en ningún momento.

Debería haber hecho algo, haberlo tratado con respeto, pero nuestra noche anterior me ha aterrorizado tanto que me quedo totalmente paralizado en mi sitio viendo como Pete sale de mi casa como si fuese un extraño.

¡Mierda! Soy un imbécil, esto se me está yendo de las manos, estoy en terreno desconocido y eso no me gusta en absoluto, si no puedo controlar lo que siento ¿cómo voy a controlarlo a él?

Me levanto con la sensación de que he perdido mi oportunidad con Pete, después de esto no querrá saber nada de mí, cogerá la opción que le di y acabará con esta relación.

En el fondo sé que me lo merezco, no sé cómo he podido cagarla tanto en tan poco tiempo.

Mi domingo se convierte de repente en una sucesión de horas de no dejar de pensar en ese pequeño chico con su cara de ángel y su cuerpo para el pecado. No me abandona esta maldita sensación de que he dejado escapar lo único que me ha hecho sentir vivo en mucho tiempo. Casi lo tenía, casi me había entregado su precaria confianza y yo la vuelvo a romper como si no me importara en absoluto. Pero no es verdad, me importa mucho, me importa y por eso tengo que arreglarlo.

Llamo a Kinn, necesito su consejo y a alguien con quien beber para no parecer aún más patético emborrachándome solo.

En cuanto mi primo llega a casa sabe que he hecho alguna mierda de las mías, siempre acabo estropeando todo lo bueno que hay en mi vida.

Le cuento nuestro fin de semana y cuando le digo lo que hice esta mañana, me mira con cara de pocos amigos y me arrea un guantazo que encajo como puedo, al fin y al cabo, me lo merezco.

—Joder Vegas, vas a tener que arrastrarte y suplicar si quieres volver a tener alguna posibilidad con Pete — me dice y de eso no me cabe la menor duda, pero no sé por dónde empezar.

—Pues empieza por disculparte, y te lo advierto si piensas que no puedes tratarlo como se merece más vale que te quites del medio, esto no es un juego para él, Porsche me ha contado su historia y ese chico no podrá soportar más palos. Sé honesto con él y sobre todo contigo mismo Vegas — me advierte.

Sé que Kinn tiene razón, pero solo pensar en no verlo más o que simplemente me odie, es algo que no puedo tolerar. Es hora de empezar a ganarme de nuevo la confianza de ese chico que se ha metido a fuego bajo mi piel.

Le mando un mensaje de texto con una disculpa y espero que me responda. Después de una hora de espera y sin recibir respuesta me voy a la cama intentando fraguar un plan que me lleve de nuevo ante Pete Saeghtam.


PETE

Cuando me levanto después de nuestra noche fantástica siento una opresión en el pecho, anoche ni siquiera acaba de bajar de mi orgasmo cuando Vegas se ha levantado de la alfombra, me ha dicho que me vaya a mi habitación y se ha largado corriendo a su despacho. Quizás estoy teniendo unas expectativas muy altas con respecto a nuestra relación. Hubiese jurado que habíamos conectado, que por un momento hemos sido nosotros mismos y había funcionado. Pero ahora estoy en esta mesa con el desayuno dispuesto ante mí y un hombre que casi no conozco leyendo el periódico relajadamente. Con una voz fría que ni siquiera reconozco me dice que me vaya.

Una punzada de dolor me atraviesa, ¿quién se ha creído que es para tratarme de esta manera? Me levanto y sin mirarlo me despido saliendo por la puerta portando la poca dignidad que me queda. ¿Esto es lo que me espera cada vez que nos acerquemos un poco? Pues que se lo meta por donde le quepa porque no voy a permitir que nadie me humille y mucho menos un hombre al que acabo de conocer y del que realmente no sé nada.

Mi ira va en aumento mientras el coche me aleja de esa maldita casa. Que confíe en él me pide, pero sin dar nada a cambio, cuando me acerco un poco al verdadero Vegas se asusta y sale corriendo, pues se acabó no quiero cobardes en mi vida, ya he tenido suficiente.

Tardo muy poco en llegar a mi apartamento, con mis cosas, mi lugar, uno que diseñé a partir de los gustos de Arm y los míos propios un sitio donde de verdad estoy a salvo.

Perdóname Arm por querer olvidar mi dolor, por querer poner un punto y final a nuestro amor, ahora más que nunca sé que eso no será posible.

Mi domingo lo paso relajadamente en el jardín, con una cerveza fría disfrutando de la brisa fresca y el olor a romero que tanto le gustaba a Arm. Mañana me espera un día largo de trabajo, tenemos que contratar a un asesor financiero competente y ponernos las pilas con los cambios en el diseño. Nuestro proveedor de placas solares nos ha enseñado el nuevo producto que está lanzando al mercado, más eficiente y con materiales más respetuosos con el medio ambiente, pero requiere pequeñas modificaciones en nuestro diseño inicial. La verdad, estoy muy entusiasmado con este nuevo reto, más gente se verá beneficiada a corto plazo y nuestra empresa puede seguir creciendo.

Vuelvo a mi aburrida vida de siempre, como diría Porsche, pero aun así ésta es mi vida y así he elegido vivirla, sin sobresaltos, pero segura y armoniosa.

Después de un baño relajante, dejo mi teléfono cargándose en la mesita de noche y me meto en mi cama, mi cómoda y familiar cama blanca. Casi estoy cayendo en un profundo estupor cuando la señal de notificación de entrada de mensajes me despierta. Espero que sea importante para que alguien me moleste a esta hora.

Un mensaje de Vegas brilla en mi pantalla, dudo si abrirlo, porque no creo que haya nada que pueda decirme para que le perdone como me ha tratado, pero la curiosidad puede conmigo y acabo abriéndolo.

Un simple mensaje "Lo siento Pete, no fue mi intención faltarte al respeto" Muy bien Vegas, pero lo hiciste, así que ahora no me interesan tus disculpas 12 horas después.

Borro el mensaje que no me molesto en contestar, he vuelto a mi verdadero yo y estoy feliz con eso, no necesito nada de lo que Vegas me quiera ofrecer.

Carpe Diem [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora