T R E I N T A Y D O S

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Emily


La planta de tratamiento de aguas está por las afueras, vamos en mi coche hasta allí. Es tal y como lo dibujó Scott, además de que es un lugar sucio y maloliente, lo que nos puede dificultar su búsqueda. Bajamos allí abajo, lo único que vemos son tuberías y más tuberías, pero ni rastro de un lugar parecido a un laboratorio.

— ¡Liam! —grito.

— ¿Vosotros podéis oler algo? —pregunta Malia.

—Demasiados productos químicos —responde el alfa.

—Entonces es posible que tardemos.

Y no se equivoca diciendo eso Malia, no dejamos de dar vueltas durante unas horas, llegamos a hacer señales pero siempre acabamos en el mismo lugar, y no hay rastro de una entrada o algo parecido. Decidimos separarnos y así abarcar más lugares o rincones de este laberinto de tuberías.

— ¡Hayden! —escucho gritar a Scott.

— ¡Liam! —grito ahora yo, llevamos así un buen rato mientras corremos.

Finalmente todos aparecemos en el mismo punto asustándonos de nuestros propios pasos. Me estoy empezando a poner nerviosa, es posible que no sea la zona correcta o simplemente se haya confundido y yo necesito saber que Liam está a salvo.

—Tenemos que asegurarnos de no estar cubriendo la misma zona —dice un Scott algo cansado.

— ¿Necesitas tu inhalador? —pregunta Malia preocupada.

—Espera —arruga sus cejas y mira dirección contraria a nosotros—. Creo que oigo algo.

—Solo son las luces, ¿verdad? —habla Malia también luchando por conseguir aire.

—Scott, esto es inútil —digo entre respiraciones—. Llevamos casi dos horas recorriendo el lugar, y no hay rastro alguno. ¡No hay nadie aquí!

—Sé que hay algo.

— ¡Si, agua! No los vamos a encontrar nunca.

—Emily, te digo que oigo algo.

Todos escuchamos atentamente, y es cierto, suena a electricidad, algo que en este lugar no debe de ser muy común.

—Vamos por aquí —seguimos al alfa.

Corremos durante un rato más, pero todo es igual, absolutamente todo. De hecho, el lugar donde descanso para respirar ya ha sido señalado por lo que ya hemos pasado por aquí.

—Enserio chicos, ya hemos pasado por aquí —concluyo.

— ¿Qué estamos haciendo? —Comienza a decir Scott algo turbado— No dejamos de dar vueltas por este sitio, subimos y bajamos túneles pero es imposible. Es imposible que vayamos a encontrar a... —pausa para respirar, más bien para intentar coger aire y no ahogarse, ¿es el asma?

—Scott, necesitas tu inhalador —repito.

—No...

—Scott, ¡usa tu inhalador! —inquiere Malia.

Cuando ya no puede más, apoya sus brazos en el suelo sacando el inhalador del bolsillo y lo presiona en su boca.

—Esto es culpa mía —dice entonces, Malia y yo nos miramos—. Tienes razón Emily, jamás los encontraremos, es culpa mía.

Comienzo a sentirme mal, él está haciendo todo lo que puede para que encontremos a Liam y a Hayden, conoce lo mismo que Malia y yo, incluso más porque ha estado viendo los recuerdos de Corey. Puede que antes me pasara gritándole.

—Scott —me pongo a su altura—. Escucha, estoy muy nerviosa, nunca he estado en una situación parecida. ¡Pero tú sí! Y por lo que me han contado siempre lo has logrado, has confiado en ti y en tu manada, y es por eso que eres un verdadero alfa. Confío en ti y sé que al final los encontraremos —él me mira a los ojos procesando todo lo que acabo de decirle de forma sincera—. Sigamos buscando, ¿vale? —le tiendo mi mano para que se levante, al principio lo duda pero tras unos segundo la acepta y se levanta para seguir buscando.

Por mucho que demos vueltas en el lugar, sigue todo igual y sin rastro de voz o algo sobre Liam. Llegados a este punto, tras tres horas y media, estamos en el momento de pensar otra cosa. Sin embargo, un tono de llamada procedente de mi móvil nos interrumpe, se trata de Theo y con buenas noticias. Ha encontrado a Liam y a Hayden. Por lo visto, la bestia que me atacó aquella noche en el instituto había salido de una pared en una vieja casa abandonada, Parrish estuvo allí. Corey confesó mientras nosotros estábamos en los túneles, que recordaba haber estado en un sótano de una casa abandonada y Theo pensó que podría tratarse de esa casa y que era muy probable que estuviera allí.

Llegamos a la casa de Scott, puedo respirar nada más entrar a la casa y ver a Liam en el sofá con Hayden durmiendo al lado. Corro hasta Liam para abrazarlo, por muy pesado que sea, por muchas discusiones que tengamos, jamás podría vivir sabiendo que él ya no está.

— ¿Estás bien? —Le pregunto cogiendo su cara y mirándole a los ojos, él asiente aunque yo le reviso sintiéndome mi madre—. ¿De verdad?

—Sí, Em, estoy bien, tranquila.

— ¿Y Hayden? —pregunto ahora por ella.

—Bueno, espero que bien.

Scott y Malia abrazaron a Theo cuando entraron, agradeciendo lo que ha hecho y por ayudarnos en la búsqueda. Nos ha sorprendido a todos para bien y puede que tarde o temprano pertenezca a nuestra manada. Dejo a Liam de lado cuando recuerdo que yo he sido la única que no le ha agradecido su ayuda, me levanto del sofá y me posiciono delante de él. Nos miramos a los ojos hasta que me lanzo a sus labios, no me importaba que todos lo supieran, en realidad hacía tiempo que quería gritarlo y esta situación era el momento perfecto para hacerlo real.

—Gracias —pronuncio nada más separarnos mirándole de nuevo a sus increíbles ojos.

—De nada —coloca un mechón de mi pelo tras mi oreja.

Enredo mis brazos en él y apoyo mi cabeza en su pecho para abrazarlo.

TEEN WOLF: FURIA | I ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora