ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄᴀᴛᴏʀᴄᴇ

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Después de que Miles haya despertado, emprendieron camino hacia el cobertizo de transporte, obviamente siendo guiados por Alex.

Llegaron a una colina, donde eran ocultos por unos cuantos arbustos.

—Ahí esta, el cobertizo de transporte —susurró Alex— tiene todo tipo de vehículos. Hay que robar uno, en el cruzar en cañón, y llegar a la estatua del jaguar.

—De acuerdo, veo el cobertizo de transporte, veo el cañón, pero aún no puedo ver la estatua, y es extraño ya que es la cosa más importante en Jumanji y es gigantesca —termino de explicar Bethany mientras observaba el mapa.

—Eso dijo ella —dijo Refri mientras despegaba los binoculares de sus ojos.

Todos colgaron a verlo.

—¿Estas ebrio Refri? —le preguntó Spencer.

—¿De que estas hablando? No, claro que no.

—Si lo esta —dijo Miles con una pequeña risa.

—Bebí tres margaritas pequeñas —se quejó.

—Eso dijo mi amiga y la tuve que arrastras hasta su casa —volvió a decir Miles elevando una ceja— Y ademas, eres de la mitad de tu tamaño real.

Bethany asintió de acuerdo con su hermano.

—¿Y que importa? ¿Qué importa? —se volvió a quejar, haciendo que los Walker soltaran un suspiro y rodaran los ojos.

A veces daba miedo lo mucho que se parecían hasta expresándose.

—De acuerdo, Alex ¿Que hacemos aquí? ¿Como pasamos a esos guardias? —preguntó Spencer ignorándolos.

—La última vez esperé hasta que se fueron

—¿Cuanto tiempo pasó?

—Tres semanas

—¡Vamos a morir! —dijo preocupado Refri

—De acuerdo, plan B —volvió a hablar Spencer, volviendo a ignorar a Refri.

—Tal vez en otro lado haya una puerta, pero primero hay que distraer a esos chicos.

Bethany los volteó a ver un poco emocionada

—Lo tengo, distraer chicos es a lo que me dedico yo, el juega videojuegos —dijo apuntando a Spencer— yo distraigo chicos —se señaló a ella misma.

—Bethany, lamentó mucho informártelo, pero, no cuentas con las... herramientas

Bethany rodó los ojos antes de hablar.

—No habló de mi —dijo mientras se hacía a un lado, dejando visible a la única persona detrás de ella.

Miles

Quien, por cierto, estaba mordiéndose una uña.

—¿Que? —dijo cuándo entendió todo.

—Tienes que bajar y coquetear con ellos, y retener su atención para colarnos.

—¡No! Yo no puedo bajar para coquetear con unos soldados raros que ni conozco —dijo intentando convencer a su hermana de que era una pésima idea.

—Lo sé nene, pero por ahora no tenemos otra idea —Bethany también intentaba convencer a su hermano de que bajara.

—No estas entendiendo, es enserio que no puedo.

Tomó la mano de su hermana y la alejo un poco de los chicos.

—Odio coquetear, soy bueno haciéndolo, pero odio hacerlo.

—Pero te he visto varias veces hacerlo.

Jumanji: Es hora de empezar el juego | Spencer GilpinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora