ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄɪɴᴄᴏ

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—¿Eddie? —preguntó el hombre en el suelo.

—¿Y tú quien eres? —preguntó ahora el hombre calvo.

—Mi nombre es Milo.

—¿Milo?

—Por todos los santos ¿Que...?

Miles miraba asustado como ambos hombres miraban sus cuerpos, haciendo que él recordara que sus amigos y el hicieron lo mismo al llegar.

—Esto no está pasando —susurró cerrando los ojos.

—¿Tu quien eres? —preguntó nuevamente el abuelo Eddie.

En el cuerpo de Bravestone, claro.

—Creo que usted es el abuelo de Spencer

—Si, obvio, ¿no crees? —dijo con obviedad.

—Y usted es Milo —continuó Miles.

—Desde luego que si.

—Soy Miles. Spencer y yo... —intentó explicar el chico, pero el abuelo Eddie lo interrumpió.

—¿Tu eres el noviecito?

En eso, se escuchó un sonido proveniente de los árboles al lado de ellos.

—¡Cuidado! —grito el ahora pelirrojo.

Y tal como creyó el chico.

Alguien cayó de los árboles, aterrizando sobre Milo, derribándolo.

Ambos comenzaron a levantarse, aún aturdidos por el golpe.

—¡Eso dolió como el mismísimo carajo! —grito la persona.

Milo terminó de levantarse del suelo, evidentemente impactado por lo que acababa de pasar.

—¿Bethany? —preguntó Miles.

—¿Que? ¿No me...? —el chico abrió los ojos como platos— No. No, no, no, no, no, no ¡Quela! ¡No! ¡No! ¡No! ¡No! ¡Esto no puede estar pasando! —gritó, haciendo que su voz se escuchara ligeramente en la jungla.

—¡¿Refri?!

—¡Si! ¡Soy el Refri! ¡Con un demonio!

El chico comenzó a pensar.

—Bien, algo salió mal —concluyó.

—¡¿Tu crees?! —preguntó sarcásticamente Refri.

Giro la cabeza para mirar a los otros dos hombres a su lado, mirando primero al nuevo "Ratón" Finbar.

Abrió mucho los ojos cuando medio comprendió lo que sucedía.

—Santo... Esperen. Si yo soy... Entonces tú... ¿Spencer? —dijo apuntando al otro hombre.

—¿Porque todo el mundo está diciéndome Spencer? —preguntó harto.

—¡No! Ese es el abuelo Eddie —comenzó Miles nervioso— y ese —señaló al otro hombre— es Milo.

—Mucho gusto —dijo el último con una sonrisa.

—¡¿Que?! ¿Entonces en donde esta Bethany?

El contrario se encojo de hombros, bastante preocupado por su hermana.

—¿Y donde esta Spencer?

—¡No lo sé! ¡El videojuego no nos dejó elegir personajes!

—¡Porque esta averiado!

—¿Estamos muertos? —preguntó el abuelo Eddie.

—Justo yo le preguntaba eso —dijo Milo— yo me morí, y me convertí en una especie de niño explorador bajito y musculoso.

Jumanji: Es hora de empezar el juego | Spencer GilpinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora