Capítulo VIII

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Yunho había pasado tres días terminando los detalles para empezar el cortejo. Le gustaba tener todo planeado.

Había hecho una cajita, era de color negro con decoraciones doradas, envuelta en un listón café claro, parecido al color de los ojos de Jongho; contenía dos preciosas margaritas, un postre de manzana que se veía delicioso. Un cuarzo color rosa, junto a un anillo con una pequeña piedra incrustada de tonos lilas y azules.

No era la gran cosa. Yunho había visto los regalos que otros alfas solían darles a sus omegas para iniciar su cortejo, y el de Yunho era muy pobre. Esperaba que le gustará a Jongho.

Se miró una última vez en el espejo. Vestía un pantalón negro, como ya era costumbre, y una camisa negra, junto con sus tenis negros que no podían faltar. Quería verse algo formal pero sin verse tanto.

Miró la hora en su celular, eran las siete y media de la noche. Ya debía ir a buscar a Jongho, ya que la recepción que había hecho era a las ocho. Suspiro y salió de su habitación.

- Bien, chicas, no se bien a qué hora vuelva. No sé qué haremos después.

Haerin y Hannie estaban en la sala viendo una película, cuando Yunho habló voltearon a verlo para después alzar una ceja.

- Lleva condones, recuerda.- Hablo Haerin. Volviendo a meterse un puñado de palomitas a la boca.

- Ay, Haerin. Jesús, no, no haremos eso. Eso no se hace la primera noche del cortejo-. Explicó Yunho.

- Claro.- Respondió la gemela alfa.

Yunho bufó. Se acercó a ellas para darles un beso en la mejilla, para luego salir de la casa. Mientras se subía al auto le envió un mensaje a Jongho avisándole que ya iba para la universidad. Miró al cielo pidiéndole al universo que todo saliera bien, que no se le olvidará todo lo que tenía para decir.

[...]

Tomo su celular cuando lo escucho vibrar. Era un mensaje de Yunho:

Yun: Estaré allá en veinte minutos.

Jongho respiró y se miró en el espejo otra vez. Vestía un pantalón negro y una camisa negra, con unos cuantos botones abiertos. No se ve nada mal, pensó. Esperaba que fuera lo suficientemente formal, pero no tan formal. No sabía a dónde lo llevaría Yunho, y quería verse bien para cualquier lugar al que decidiera llevarlo.

Los veinte minutos pasaron volando. Recibió otro mensaje de Yunho:

Yun: Estoy afuera, omega.

Sonrió y se despidió del beta que estaba acostado en su cama viendo una película en su laptop.

Cuando vio al alfa jura que pudo haberse mojado. Pero tiró todo pensamiento impuro a la basura. No quería arruinar la ropa que llevaba puesta. Pero, le era casi imposible hacer eso. El alfa se veía ardiente. Se veía como todo un alfa. Y su aroma tan fuerte no ayudaba mucho. Mientras más se acercaba el omega, más fuerte era el olor del alfa.

Inhaló profundamente.

Alfa.

- Hola, alfa-. Saludo Jongho, con una sonrisa de oreja a oreja.

- Omega.- Dijo por saludó Yunho.

Se dieron un rápido beso en los labios. Jongho con sus brazos enredados en el cuello del alfa, y las manos de este en su cintura.

Se subieron al auto después de eso. Y para Yunho le era muy difícil manejar. Tenía a un lado a Jongho, oliendo tan maravillosamente, no tenía ni idea de porque su aroma se había intensificado otra vez, pero le encantaba. Y además la forma en que vestía, era digno de admirar también.

Lovesick [2ho]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora