*XVIII

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El cielo comenzaba a oscurecer y a tronar, haciendo enfasis de que pronto comenzaría a llover. Las nubes se convertían en un color gris claro y el olor a tierra mojada era agradable para muchas personas.

Todos los lugareños comenzaron a cerrar sus locales y otros tanto las ventanas de sus casas, con el propósito de evitar que entrara el agua.

Pero esto no les importaba a Connor y Nines que aún seguían corriendo rápidamente tras las personas que huían de ellos con agilidad.

Sin parar ya llevaban bastante tiempo y ambos comenzaban a cansarse.

Cómo los contrarios se metían entre callejones y saltaban algunas paredes, ellos tenían que hacer lo mismo, pero no podían alcanzarlos por más rápido que fueran.

Nines sabía que aquellas personas tenían información relevante para su investigación, por eso no los dejaría escapar tan fácil.

Connor era un poco más lento que Nines y siempre iba detrás de él, aunque se defendía bastante al seguirles el paso gracias a su resistencia.

Aún así, comenzaba a sentir su cuerpo caliente y jadeaba para mantener aire en sus pulmones tanto como era posible. También sentía como sus piernas picaban y pronto estás no podrían seguir corriendo.

De repente una punzada en su cabeza hizo que sus ojos vieran completamente en negro haciendo que por inercia, parará de correr para recuperarse cerrando fuertemente sus ojos.

Nines al ver a su compañero detenerse, le agarro del brazo jalandolo hacia él.

-¡Connor, no podemos parar ahora, sigue corriendo casi los atrapamos!

Tan pronto como el dolor apareció se desvaneció y abriendo los ojos, volvió a ver cómo si nada, así que soltándose de Nines siguieron corriendo para retomar la persecución.

De pronto los sospechosos doblaron una esquina haciendo que se perdieran de vista rápidamente. Pero Nines no se preocupó, ya que conocía el camino y sabía que se encontrarían un callejón sin salida.

Creyendo que por fin los habían atrapado una vez doblando esa esquina, gran fue su sorpresa al no encontrar nadie ahí haciendo que ambos pararan su carrera.

Como la pared del fondo era demaciado alta, no podían haberla saltando y como iban detrás de ellos, no podían haber escapado, por lo tanto la conclusión era lógica. Aquellos individuos se encontraban en ese callejón pero escondidos en la oscuridad.

Sabían que los estaban esperando y como el cielo no ayudaba a entrar la luz, estaba bastante oscuro el lugar, por lo tanto era peligroso si los contrarios tenían armas.

De pronto un crujido en el cielo se escuchó y momentos después comenzó a llover. Primero caía unas gotas pequeñas y suaves, pero luego el cielo comenzó a caerse de tal manera que en cuestión de segundos ambos ya estaban completamente mojados y sabían que no pararía por un buen rato.

Connor seguía jadeando y su cuerpo sudaba mucho, más de lo que recordaba cuando hacía ejercicio, pero lo que le extraño fue como un calor le estaba invadiendo lentamente por todo su cuerpo y un dolor en la cabeza le estaba haciendo ver borroso.
Talvez le daría temperatura, no había nada de que preocuparse.

-Nines...- Habló de la nada Connor en un susurro algo preocupado.

Pero Nines que miro desde su hombro por unos segundos a su compañero, intentando el también no jadear por la carrera, sacó su revolver y le hizo una señal a Connor para que no hiciera ruido.

El contrario obedeció y agarrando una vara de acero que se encontraba cerca de un contenedor de basura, se colocó detrás del más alto para avanzar silenciosamente por el callejón.

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⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

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La Herencia del Alfa~💙Hannor💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora