*III

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La despedida fue atroz, jamás había visto a mi hermana tan mal.
Estaba agotada, desesperada y triste.

Habían pasado ya dos días desde que nos citaron la herencia y conocimos a Sr. Anderson.

Todo fue tan rápido y yo estaba asustado, más que asustado estaba aterrado, toda mi vida cambiaría de un día a otro y no sabía qué podría pasarme. Si el destino sería bueno conmigo o no.

Mil y un cosas pasaban por mi mente en ese momento, mientras empacaba. En realidad no tenía muchas cosas que llevarme, pero quería hacer algo de tiempo antes de irme para siempre de aquél cálido lugar al que una vez llame hogar, lleno de momentos felices con mi familia que ahora todo era solo un simple recuerdo.

El señor Anderson me aclaró que el me proporciona todo lo que necesitará y no me haría faltaría nada. Pero pensar nuevamente en la idea de vivir a base de un Alfa que ni siquiera conocía me hacía enojar.
Ahora entendía por qué Markus simplemente huyó.

Estaba terminando de guardar lo último que había en mi habitación, cuando vi a mi hermana recargada en la orilla de la puerta observándome con tristeza.

Cuando terminé corrió a abrazarme para no soltarme por un tiempo, para ser sincero yo tampoco quería dejarla ir, era la única familia que me quedaba y ahora no la tendría cerca.

Aún así no quería depender de ella ni de nadie. No quería ser una carga para nadie, aunque eso significa irme de mi hogar.

-Connor te amo hermano mío.

-Yo también te amo Chloé.

Cuando salimos fuera de la casa, Kamski y el Sr. Anderson esperaban afuera junto a un hermoso y elegante carruaje listo para irnos.

Le di mis maletas al chófer y respire hondo listo para subirme, pero una mano en la mía me hizo voltear, era Chloé.

-No quiero que te vallas Connor.

Ver su rostro me hizo recordar cuando éramos niños y yo tenía que irme a trabajar con mamá para ayudarle a conseguir pan en la mesa.
A pesar de que ella era mayor que yo no podía evitar a veces sentir lo contrario.

-Tranquila, no te libraras tan fácil de mi- Reí bajó, pero ella comenzó a llorar nuevamente, preocupándome de que llegara a caer en depresión o ansiedad por tanto estrés que le provocaba la situación.

-Ey ya no llores, o te arrugaras- dije en broma. -Tranquila no me voy a morir o algo así jaja.
Pero ella solo tapo sus ojos con sus manos llorando más fuerte.

-Lo lamento tanto ¡Pero es que no puedo evitar sentir que te he defraudado y no mereces esto!

-Chloé- Dije tranquilo -Tenemos que dejar fluir las cosas, ambos no sabíamos que algo así pasaría tan pronto, pero por algo pasan las cosas y estoy seguro de que nuestros padres por algo confiaron en él, así que debemos confiar en su palabras ¿Okay?

Ella se tranquilizó y respiro hondo sonriendo de forma hermosa.

-No había visto cuánto haz crecido Connor, estoy muy orgullosa de ti.

-Y yo más de ti- Dije besando su frente de forma cariñosa.

-Connor, es hora de irnos- Dijo tranquilo Sr. Anderson.

-Prométeme que no dejaras de mandar cartas.

-Lo haré.

-Y no olvides visitarme tan pronto como te instales ¿De acuerdo?

-Por supuesto e iremos a comer a una de esas hermosas cafeterías de la cuidad llena de gente elegante que solo se reúne para criticar a los demás.

-Cuenta con ello.- dijo Kamski alegre -Yo también me apunto.

La Herencia del Alfa~💙Hannor💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora