Capítulo 4

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Chucho

Chucho supo al instante que esos "policías" que Michael había llamado no tenían nada de policías. Para empezar, no llegaron en patrullas, si no en convoyes militares donde venía gente vestida de forma militar color negro blindadas con capuchas cubriéndoles los rostros, con enormes armas de fuego. Nada de la típica pistolita que traían los policías, si no metralletas y fusiles de calibres altísimos, e incluso algunos traían lo que parecían varias FIM-92 Stinger, que eran misiles de tierra de muy alta potencia.

También llegaron varias patrullas, pero solo un par que fueron opacadas por los sujetos que parecían auténticos mercenarios dispuestos a hacer explotar el lugar. Y en cuanto abrieron fuego, todo se convirtió en una masacre aplastante para los Lirios. Todos los que se encontraban fuera de la base fueron aniquilados en solo un par de segundos, y los que lograron ponerse a cubierto no tardaron en ser alcanzados por una brutal lluvia de balas que terminó destrozando hasta las paredes de concreto.

Trataron de abrir fuego contra ellos, y repelerlos, ya que en cantidad les ganaban a los mercenarios, pero la potencia de ataque fue tan brutal, que por cada mercenario que caía, cinco lirios lo hacían. Había un hombre que parecía estar dándoles órdenes a los mercenarios; de quizá unos cuarenta años, de cabello largo y barba descuidada. En un principio traía capucha que le cubría el rostro, pero después de un tiempo de iniciado el combate, terminó por quitársela, quizá para así tener más visibilidad, aunque conservaba unas gafas de protección para que el polvo que se levantaba y las esquirlas que salían volando no le lastimaran los ojos.

Chucho se encontraba entre los arbustos junto con Nelly, mirando el espectáculo de sangre y destrucción desde la distancia. La brutalidad era tal, que cuando comenzaron a lanzar los misiles hacia la base, Chucho se preocupó de verdad por sus amigos quienes habían entrado a la línea de fuego sin medir las posibles consecuencias.

-Esto está mal... ¿estas seguras que llamamos a la policía? -le pregunto Chucho a Nelly, nervioso.

-Tu viste el número que marque -le replicó Nelly, quien también miraba atónita el espectáculo tan brutal-. Pero sin duda, esos no son policías...

-Tenemos que salir de aquí antes de que termine por explotar todo. Llamarle a Michelle por la radio y decirle que cancele la misión; estos sujetos van terminar matando a todo el mundo...

-¿Sabes qué? A la mierda -exclamó Nelly de golpe, saliendo de su escondite, corriendo hacia la base.

-¡¿Qué estás haciendo?! -le gritó Chucho, corriendo detrás de ella, alarmado.

Nelly pasó entre el humo y las explosiones, escabulléndose entre el fuego cruzado para que ninguno de los dos bandos que se estaban matando entre sí la notaran. Chucho trató de seguirla sacando su arma de su bolsillo. Pero por un descuido, se topó con un lirio de frente, chocando con él al no verlo por la estela de humo. Cuando este se levantó molesto, dispuesto a asesinar a Chucho, algo cayó en sus pies, y le hizo explotar en un montón de pedazos.

 Cuando este se levantó molesto, dispuesto a asesinar a Chucho, algo cayó en sus pies, y le hizo explotar en un montón de pedazos

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Crónicas de un criminal. La danza de la muerte (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora