Capítulo 12

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Ryuu

1979

Las semanas después de la muerte de Akiro fueron devastadoras. El cuerpo de la niña fue incinerado, y después de un funeral más que deprimente, llevaron sus restos al templo de la ciudad, donde podría descansar en paz. El ambiente familiar tampoco era nada bueno. Ryuu no hablaba, no comía, y apenas y si dormía, mientras que su madre rompía en llanto y entraba en fuertes ataques de pánico casi todo el día. El padre de Ryuu trato de superar la trágica pérdida, mostrándose positivo y fuerte en la situación, pero Ryuu podía escucharle llorar encerrado en el baño, cuando pensaba que todos estaban dormidos.

Con Yuki, la relación se iba deteriorando poco a poco. Pese a que la chica lo buscaba continuamente para poder pasar tiempo con él, y ayudarle con el asunto de Akiro; este nunca estaba en casa, y cuando sí, se encontraba demasiado cansado como para hablar con alguien. Y eso, a la larga, fue rompiéndole el corazón a la pobre muchacha.

En cuanto al caso policial, aunque por algunos días siguieron con la investigación al buscar a estos pandilleros, parecía que habían desaparecido del mapa. No había noticia de ellos, ni apariciones. Nada; y finalmente después de un par de días más, decidieron archivar el caso. En realidad, lo importante para la policía era que apareciera la niña; y al hacerlo, perseguir a los asesinos quedaba en segundo plano. Así que, el caso había dejado de tener importancia para ellos. Y eso terminó por afectar mucho a la familia de Ryuu. El saber que su pequeña Akiro nunca recibiría la justicia que merecía, les rompía el corazón.

Y pasar las fechas navidad y año nuevo sin duda fue de lo más difícil. En la cena, una fiesta que se supone debería ser algo cálido y alegre, se tornó en un ambiente frio y deprimente. Ninguno de los miembros de la familia se dignó a decir una palabra, comieron en silencio, y después de un par de minutos, la madre de Ryuu se soltó en llanto, sin poder probar ni un bocado de la comida.

La casa se había vuelto más silenciosa. Eso era lo que Ryuu menos podía soportar. Y a la larga, en soledad, en tristeza, y melancolía al mirar la habitación ya oscura y fría de su hermana; un extraño y violento sentimiento comenzó a revolotear por su cabeza.

Resignarse y perdonar... eso lo haría antes de morir.

Comenzo a salir de su casa, cada vez más constante, y por muchas más horas. Sus padres pensaron que por fin su hijo comenzaba a salir adelante tras la tragedia, ya que antes apenas y podía salir de su cuarto, pero no contaban que los planes de Ryuu eran bastante distintos a lo que ellos pensaban.

Ryuu no se la pasaba vagando por las calles sin un sentido fijo. Lo que hacía era buscar información. Tenía al menos dos nombres por los cuales empezar: Hiroto y Shun. Iba a bares de mala muerte, o calles donde sabía que había traficantes haciendo de las suyas. Si alguien pudiera encontrarlos, serían ellos.

-Estoy buscando a un tal Hiroto, de la pandilla llamada Kuroi ¿sabes algo dé él? -le pregunto una vez a un traficante en un callejón, pero este solo negó con la cabeza, haciéndose el tonto.

-¿Por qué lo preguntas? Llevo ya un rato sin saber nada de él o de su pandilla, Algunos dicen que se fueron de la ciudad.

-Le debo algo de dinero, y quisiera pagarlo antes de meterme en problemas con él -le respondió Ryuu, con frialdad e indiferencia.

-Lo siento, no sé nada de ellos, aunque si quieres puedes darme el dinero y en cuanto lo vea se lo daré.

-Sí, claro, como no -Ryuu se dio la vuelta, dejando al traficante en su callejón sin decir una palabra más.

Se la pasaba en las calles y barrios bastante peligrosos, lleno de ladrones, asesinos y proxenetas, tratando de encontrar información, hasta que finalmente logro encontrar una pista. Al parecer, esos pandilleros se la pasaban frecuentando prostíbulos en la ciudad, siendo bastante fanáticos de esa clase de lugares. Pero al no recibir respuesta de cuales en específico, no tuvo más opción que ir visitando cada uno de la ciudad, hasta que lograra encontrar algo de suerte.

Crónicas de un criminal. La danza de la muerte (3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora