Capítulo 5

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Minho se quedó congelado, sin saber que hacer en ese momento, respiró profundo tratando de controlarse así mismo para luego voltear y ver al omega el cual estaba muy sonrojado sin dirigirle la mirada

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Minho se quedó congelado, sin saber que hacer en ese momento, respiró profundo tratando de controlarse así mismo para luego voltear y ver al omega el cual estaba muy sonrojado sin dirigirle la mirada.

— Tú... si así lo quieres entonces, durmamos juntos.

Jisung levantó la mirada viéndolo y notando como las mejillas y orejas de este se ponían rojas.

Asintió para luego sentir como Minho se acercaba a él poniéndolo más nervioso y acelerando su corazón como si fuese a salir del pecho.

Antes que Minho se acercará más se detuvo y se dirigió al otro lado de la cama para acostarse sin dirigirle nuevamente la mirada, haciendo que Minho sonriera levemente al ver las mejillas color carmín del dulce omega quién se recostó en la cama cubriéndo su cuerpo y cara con la gran sábana blanca.

Sin decir nada se acostó igualmente en la cama viendo al omega quien cubría su cara sonrojada con la gran sábana.

— Han Jisung... — llamó en un susurro Minho.

Ante su mención Jisung se quitó la sábana que cubría su rostro para ver a Minho y esperar su pregunta o algo que este dijese.

Pero para su sorpresa Minho mantuvo silencio y a cambio se acercó a él haciendo que recostará su cabeza en su pecho. Dándole el calor que tanto anhelaba.

Jisung estaba aún más sonrojado mientras sentía pequeñas palmaditas en su espalda como si de intentar hacer dormir a un bebé se tratará.

Y al ser abrazado de esa forma tan tierna y acogedora no sintió cuando se quedó dormido, era sorprendente ya que le costaba conciliar el sueño, pero el cuerpo de un omega era como un bebé cuando estaba en los brazos de su alfa destinado.

A la mañana siguiente los rayos de sol entraron, el canto de las aves se escuchaban por todo el lugar, ya que la mansión quedaba ubicada cerca del mar con la vista a un extenso bosque.

Jisung abrió los ojos despacio, pero cuando estaba dispuesto a levantarse se dio cuenta que aún seguía en los brazos de Minho. No sé lo espero, ya que usualmente al levantarse Minho ya no estaba a su lado, sus nervios se activaron rápido y sus mejillas y orejas se tornaron carmín.

«¿Que debo hacer? Si me levanto ahora el se despertará... ¿entonces tendré que fingir dormir hasta que el se levante?»

Era un momento crítico para el nervioso omega que estaba en los brazos de ese alfa que causaba que su cuerpo se estremeciera cada que estaba cerca de el.

¡Pero ahora estaba en sus brazos! ¿Que se suponía que debía hacer? No lo quería despertar por que vería su cara que lo traicionaba siempre al tornarse roja como un tómate.

Decidió mantener la calma y intentar bajar su cuerpo poco a poco para liberarse de los brazos de aquel alfa que parecía dormir profundamente, aunque era un poco riesgoso ya que rosaria su cuerpo con el de el, pero no tenía más opción, así que trataría de ser lo más cauteloso posible.

El omega del diablo - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora