Después de la muerte de su madre, Han Jisung un joven omega, queda completamente solo e indefenso ante los maltratos de su padrastro y hermanastra quiénes lo utilizan como un esclavo, pero un día todo cambia cuando las deudas de su padrasto llegan a...
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— Jóvenes Lee. — una doctora entró a la habitación donde yacía Jisung, y a su lado Minho.
Al parecer, los bebés serían ochomesinos ya que, no habían durado el tiempo adecuado para nacer, pero incluso así, ellos ya estaban en camino. Al principio pensaron que se podía tratar de los bebés dando señales con ese tipo de dolor que su llegada sería pronta, más sin embargo, la cosa iba enserio, y las contradicciones ya empezaban, aunque Jisung todavía no sentía un dolor exagerado.
Por el momento no se podía poner la epidural ya que los médicos habían dicho esta era puesta ya en trabajo de parto y ya se tenían que haber alcanzado al menos cuatro centímetros de dilatación que era cuando el dolor daba inicio, aunque para eso los médicos estaban muy pendientes, ya que después de todo ellos serían los que irían viendo cual sería el momento más adecuado, aunque obvio estaba que no se podía poner cuando ya tuviera ocho centímetros.
Aunque eso era lo que tenían planeado...
Ya que los medicos no pensaron encontrarse con una PARA NADA agradable sorpresa en la sangre de Jisung...
Eso era lo peor que habían descubierto...
Y temían mucho el como reaccionaría el matrimonio al enterarse.
Ya que serían dos doctores los que estarían atendiendo el parto, dos betas, una mujer y un hombre, el mismo que había llevado el control de Jisung que era más experimentado, y otra chica que era la anestesista.
— Vera señor Lee... — el doctor aclaró la garganta.
— ... — Minho ya se estaba preocupando.
— Lee Jisung apenas tiene dos centímetros de dilatación, por lo que estamos a tiempo de la cesárea si eso es lo que desea. — el médico explicó.
Minho frunció el ceño, aunque rápidamente al escuchar un quejido de Jisung se volvió a acercar a la camilla.
Jisung ya estaba teniendo más contracciones.
Él doctor bajo la cabeza preocupado.
— Joven Lee, puede salir un momento me quedaré con su esposo ¿bien? — la beta hablo acercándose a la pareja.
— No. — Minho respondió sin verla.
— ... — la beta suspiró.
— Joven Lee, tengo algo que decirle, no sé preocupe, ella se quedará con su esposo y será rápido. — esta vez el beta hablo.
— Lee Minho, ve con él, puede ser importante. — Jisung dijo con voz baja.
— Pero Sung, si me voy-
— Estaré bien. — Jisung acarició los cabellos castaños de este.
— ... — Minho sentía una preocupación inexplicable, y todo aumentaba al saber que el médico tenía algo que decir.
