Capítulo 9

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Sus labios mantenían el contacto sin embargo no era nada intenso, era un beso tímido que no se atrevía a cruzar ese límite de toque

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Sus labios mantenían el contacto sin embargo no era nada intenso, era un beso tímido que no se atrevía a cruzar ese límite de toque.

Pero si Jisung no daba otro paso, entonces lo tendría que dar Minho.

Acercó a Jisung a el haciendo que quedará sentado sobre sus piernas, suavemente tomó su pequeña cintura acercándolo mientras con la otra mano tomo su mentón para profundizar el ya no tan inocente beso.

Los labios de Jisung eran tan adictivos para el alfa, eran tan suaves y delicados que jamás se cansaría de besárlos. Poco a poco aquél inocente beso se convirtió en uno sediento y desesperado por el toque del otro, sus lenguas metidas en la boca ajena, mordiendo los deliciosos labios, mientras tocaban descaradamente el cuerpo del otro, sin sentir el tiempo pasar.

Jisung levantó su mano dirigiéndola a la espalda de Minho vagando por ella hasta llegar a su nuca la cual presiono para hacer el beso más intenso y salvaje de lo que ya era.

Ambos se separaron del beso para tomar aire, sus respiraciones eran pesadas. Minho se acercó esta vez al cuello de Jisung para empezar a besarlo sosteniendo con más fuerza su cintura.

Mientras el beso cada vez se hacia más intenso, Jisung sintió su cabeza dar vueltas, unos enormes mareos que en su vida no había sentido, lo atacaron tan repentinamente. Separo sus labios de los de Minho y recostó su cabeza en los hombros del alfa suspirando y tratando de que los mareos que continuaban pararán de una vez.

— ¿Ocurre algo? — pregunto en casi un susurro Minho, pensó que tenía dolor de cabeza por lo que no lo quería poner peor.

— No... no es nada. — respondió Jisung al sentirse un poco mejor.

Minho se sintió confundido y preocupado, en el tiempo que llevaba con Jisung había sido un omega saludable, aparte no le había aclarado nada con su respuesta. No sabía que era lo que sentía, ¿tal vez se sentía cansado? No comprendía por qué su cambio tan repentino.

Mantuvo silencio y abrió la puerta del auto para salir con el en brazos. Jisung parecía empezar a quedarse dormido por lo que subió con el directo a la habitación donde lo recostó cuidadosamente, tratando de no interrumpir su sueño.

Después de tomar una ducha se recostó a su lado y se quedó dormido también a las pocas horas.

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El omega del diablo - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora