Capítulo 25

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— ¡¡Ahh!!

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— ¡¡Ahh!!

Más y más gritos desgarradores se escuchaban en el matadero.

Nayeon ya no soportaba más torturas, y ahora, la persona que menos pensó sería capaz de hacerle algo mantenía un hierro caliente en su pierna.

¿Cómo Jisung era capaz de hacerle eso? ¡un loto blanco como Jisung parecía haberse convertido en un demonio sin piedad!

— ¡Detente Jisung! ¡¡Ah!!

Este empujo el hierro caliente haciendo que entrará más en la pierna de esta.

— ¡¿Cómo puedes?! ¡¡Por favor...!! — las lágrimas de esta caían.

Pero Jisung no escuchó sus súplicas, porque ya no podía seguir siendo esa persona de corazón piadoso con quienes no lo merecían, y un ejemplo de eso era su hermanastra, si no hubiese sido por ella, en primer lugar sus padres no estuvieran muertos y su esposo no estuviera tan destrozado.

Era tan increíble el saber que la lengua de una persona podía causar estragos.

— ¡¡Por favor Jisung!! — la mujer lloraba sin cesar.

¡Jisung era un monstruo sin piedad!

¡¿En qué momento?!

¡En el pasado Jisung no se atrevía a tocarle un pelo!

¡Y ahora era una bestia!

Nayeon seguía pensando en la maldad de Jisung, hasta estos fueron interrumpidos cuando escuchos un pequeño sollozo.

Así levantó la mirada para ver a un herido Jisung.

— Si no fuera por ti... — este sollozo con la cabeza baja. — ellos estarían vivos...

— ... — Nayeon guardo silencio.

— Si no fuera por ti, mis hijos, pudieran haberlos conocido...

Otro golpe se escucho en el matadero cuando el alfa enfadado entró con su padrastro casi arrastrándolo.

— ¡Padre...! — Nayeon quiso soltarse pero las cadenas la tenían atadas.

Jisung volvió a sonreír al verlo.

— ¡Nayeon! — el hombre quiso ir hacia ella, pero su cuerpo estaba débil.

— Traélo. — ordeno levantando la mirada y viendo a Minho, quien asintió y arrastró al hombre más cerca de su hija.

Y así seis hombres más entrando con una inmensa jaula, en la cual yacían dos tigres.

— Ah... — Nayeon jadeo aterrorizadada temiendo lo peor, pero pronto su vista fue obligada a ver a Jisung por este mismo.

— Mira Nayeon. — Jisung sacó un montón de billetes atados y se los puso en la cara a esta.

El omega del diablo - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora