Capítulo 11

3K 312 31
                                    

Lo primero que miro al despertar fue a su esposo sentado en una banquilla a un lado de la cama sosteniendo su mano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Lo primero que miro al despertar fue a su esposo sentado en una banquilla a un lado de la cama sosteniendo su mano.

Quería hablar o moverse, sin embargo su cuerpo parecía no reaccionar. Aún sentía su cabeza doler, no era tanto como lo hizo en el parque, este era un dolor soportable.

Con un poco de esfuerzo logró que su dedo índice se moviera un poco, su esposo estaba despierto, sin embargo mantenía sus ojos cerrados y la mano de su esposo entre las suyas, y en cuanto el omega logró mover su dedo índice inmediatamente sintió el leve movimiento y dirigió su vista al omega que yacía despierto, aunque su cuerpo aún parecía demasiado débil y delicado como para moverse o hablar.

El alfa sonrió al instante, sus ojos se llenaron de lágrimas, se levantó y besó la frente de su esposo, estaba tan aliviado de que pudiese despertar, esas horas fueron una eternidad para él.

Ya había perdido a su omega más de una vez, tenía mucho miedo de volverlo a perder de nuevo y para siempre.

El omega no podía decir nada, pero al ver a su alfa de nuevo, hizo que sus lágrimas salieran sin cesar.

Sus recuerdos dolían...

— Bien, encárgate de la junta de mañana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Bien, encárgate de la junta de mañana. — BangChan terminó de revisar los papeles que su secretario le había entregado.

— Bien, con su permiso me retiro — el omega hizo una reverencia y salió de la oficina.

BangChan desde la mañana se sentía impaciente, como si estuviera esperando algo, nunca se había sentido así de agitado, su corazón latía a mil por hora. Algo le decía que saliera de la oficina una y otra vez, ¿¡qué diablos estaba pasando con el?!

Sin poder aguantar más estar en esa oficina salió de allí, ¿a dónde? Ni siquiera él sabía, solo quería salir de allí y ya.

— Oh, joven Lee- —su secretario estaba apunto de preguntarle que deseaba, ya que BangChan no acostumbraba a salir de su oficina cuando era temprano, siempre pedía las cosas que quería estando allí.

— Solo saldré a caminar — avisó adivinando lo que su secretario preguntaría.

— Bien — el omega hizo una reverencia.

El omega del diablo - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora