Capítulo 16

2.3K 254 14
                                    

— ¿No te ha comunicado nada?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— ¿No te ha comunicado nada?

— No, pero se que pronto habrán noticias.

— Shin dio la orden para que también asesinaran a su yerno, contrató a un buen francotirador que dicen nunca falla.

— Bueno, si no fue su yerno fue él, estamos haciendo un favor, si su yerno muere el podrá vivir, se acabaría el problema, y si es lo contrarío sería igual, aunque tendríamos más beneficios sin Sunno en nuestro camino.

— Exactamente, si alguien va a morir será su yerno, él es quien tiene sangre traidora, además no creo que Sunno sea tan idiota como para entregarse él en vez de a su yerno. Sería una completa humillación ser asesinado delante de todas las mafias como un traidor, y sabes que las humillaciones son las que Sunno más odia, así que no creo que él se entregue por su yerno.

— Por favor, Sunno mato a una mafia entera por un maldito animal, ¿no lo creen capaz de eso?

— Bueno... eso sí.

— Todos sabemos que a este punto Sunno ya debe de estar muerto. — Los ocho mafiosos que habían planeado el ataque hablaban tranquilamente mientras bebían.

 — Los ocho mafiosos que habían planeado el ataque hablaban tranquilamente mientras bebían

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Parece que el dispositivo ha sido desactivado.

— Maldita sea. — Lev paso una mano por sus cabellos ya nerviso. Al parecer Sunno había desactivado el collar por lo que no podían rastréarlo y saber dónde estaba o para dónde iba.

En ese momento escucharon el ruido de muchos autos acercándose.

Lee Sunghoon bajó de uno de los autos y se acercó a Lev, buscó con la mirada a Sunno sin embargo no lo vio y inevitablemente se preocupó.

— ¿Donde está? — preguntó.

— No sé donde esta. — Contestó entre dientes.

— ¿Qué quieres decir con eso?

— Al parecer desactivó el collar, es imposible rastreárlo.

Sunghoon apretó los puños y empezó a sudar frío.

El omega del diablo - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora