Extra 2: La injusta vida del loto blanco

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Jisung no podía creer que tuviese un padre tan hermoso, su sonrisa era igual a la de él, tan preciosa y cautivadora

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Jisung no podía creer que tuviese un padre tan hermoso, su sonrisa era igual a la de él, tan preciosa y cautivadora.

Jisung sonrió, y pronto esa sonrisa se convirtió en una risa llena de tristeza, mientras reía sus lágrimas salían sin cesar, su mano fue llevada a su boca para callar sus sollozos.

— Padre... perdóname... — sollozo —. Perdóname... arruine tu vida... si no hubiese aparecido tu jamás habrías terminado así... mi vida habría tomado sentido si tú hubieses estado en ella...

Si su padre al que llamaban traidor, lo hubiese criado, Jisung sabía que su niñez habría sido como debía haber sido, y que tendría a su padre ejemplar, una persona a la que todos llamaban traidor cuando él había sido traicionado por el destino.

Su padre era una persona herida que no pudo tener lo que amaba, no pudo tener a la persona que amaba, su sonrisa fue su traición, pues llevó a la obsesión de una persona perversa que no comprendió que su corazón estaba ocupado.

Jisung retrocedió algunas páginas para ver si encontraba más información sobre su padre, así fue como continuó leyendo.

La magia negra de mi madre, poco a poco fui notando como parecía estar haciendo efecto.

Mi A-Yi se alejó un poco de mí, y cuando nos reuníamos sonreía muy poco a comparación de antes, también hablaba menos, y a veces, podía notar cómo no podía escucharme, o quedaba inmóvil por unos segundos, me sentía culpable por no decirle nada, pero, ¿cómo le podía decir que mi propia madre le estaba causando eso?

Pero notaba que él intentaba controlarse delante de mí, fingir que todo estaba bien, cuando podía ver el miedo en sus ojos.

Yo sabía que él podía ver todo, podía sentir que algo andaba mal, pero más sin embargo se mantenía callado frente a mí.

Jisung no se imaginaba estar en tal situación, se sintió horriblemente mal cuando estuvo unos momentos en la mansión Han, no imaginaba tener que ser aterrorizado todos los días a cada segundo.

Jisung leyó un poco hasta llegar a un punto que le hizo nacer interés, era el momento de la grabación...

A-Yi me dijo que iría a entrenar por tres días a un lugar un poco lejano, así que por primera vez le pregunté si podía acompañarlo, se mostró sorprendido pero a la vez muy feliz, pues siempre iba solo a sus entrenamientos lejanos.

Y por supuesto me dijo que sí, se iría al siguiente día, así que esa noche le dije a padrastro donde estaría para que no se preocupara.

Así finalmente al siguiente día fui con él a su entrenamiento.

Estaba grabando tan tranquilamente, podía sentir la brisa hacer bailar mis cabellos, y me agradaba esa sensación, quería grabar a A-Yi, pero, ¡como siempre nunca se dejó! No entiendo porque no le agrada.

El omega del diablo - Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora