Capítulo 19 - Hablando se entiende la gente

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Olía a café.

Delicioso café recién hecho.

Eso hizo relamerse los labios, deseoso de darle un trago, aunque un calorcito le instaba a quedarse un poco más en la cama.

Entreabrió los ojos y allí lo vio.

Zoro.

Solo con verle ahí ya se le formó una sonrisa y sentía como su corazón se dilataba, los latidos parecían tener una razón para hacer que ese músculo funcionase, que sensación tan rara y a la vez se sentía tan bien que no quería dejar de sentirla.

No había tenido pesadillas esa noche, estaba completamente descansado, les prepararía un buen desayuno a todos y...

- ¡Desayuno! – Se incorporó de golpe cayendo entonces en la cuenta de que olía a café sin ser el responsable de ello – Oh mierda, oh mierda...

Cogió lo primero que apareció en su armario y se visitó a la velocidad de la luz antes de salir de su cuarto y ver que efectivamente ya estaba ella en la cocina.

- ¡Lo siento, lo siento mucho, Robin! – Se disculpó mil veces más al ver a la morena sonreírle con su humeante taza de café ya en sus manos.

- Buenos días, Sanji-san. No te disculpes, ¿has dormido bien?

- ¿Cómo no me voy a disculpar? Esta es mi labor... me gusta tenerte todo preparado en cuanto llegas. – Respondió mientras iba sacando todos los ingredientes necesarios para ir preparando el desayuno para el resto, que normalmente el siguiente era Brook - ¿Quieres tostadas?

- Gracias, – estiró su sonrisa al verle tan nervioso – pero antes deberías ponerte bien la camiseta.

- ¿Eh? – Se miró a si mismo, estaba del revés. Se sonrojó y se la recolocó como debía, que vergüenza. – G-gracias por avisarme.

- Tómatelo con calma, ya sabes que aun falta para que se levanten. – Apoyó el codo en la mesa y se dedicó a observarle – Estás de buen humor.

- ¿Sí? – Preguntó, pero tenía razón, lo estaba.

- Aunque estás alterado no paras de sonreír, ¿has tenido un buen sueño?

- ¿Sueño? Pues...

- Ey, – se escuchó el habitual saludo del peliverde saliendo de la habitación de Sanji – quiero caf... oh.

- Buenos días, Zoro-kun. – Saludó Robin con una sonrisa mucho mas grande de lo que solía hacer ella al haber descubierto algo tan interesante de buena mañana.

- Mierda... - Masculló rojo como un tomate, iba sin camiseta y ella ya se imaginó el resto.

- ¿Qué manera es esa de saludar a una dama, marimo maleducado? – Le regañó el otro.

- Voy al baño. - Le ignoró escapando de allí.

- Ahora entiendo tu buen humor. – Se rio la arqueóloga tras tener delante de ella la tostada que le preparó su nakama.

- Hemos dormido juntos, como en la isla del festival, – respondió con una gran sonrisa – cuando pasa la noche a mi lado duermo del tirón.

- Me alegro por ti. – Era evidente que hubo algo más, pero no iba a insistirle. Apareció Chopper que era quien había estado de guardia y apenas unos minutos después lo hizo Brook.

La cocina se iba llenando de gente y eso le encantaba a Sanji, era su lugar favorito del barco y tenerlos a todos allí comiendo sus platos le llenaba de felicidad.

Luz en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora