A la mañana siguiente, observe una densa niebla a través de la ventana y sentí la claustrofobia. El desayuno con sheun fue silencioso y nos deseamos suerte mutuamente. sheun se marchó primero, directo a la comisaría.
No quería llegar demasiado pronto al instituto, pero no podía permanecer en la casa más tiempo, por lo que me puse el anorak, y me encaminé hacia la llovizna. El ruido de mis botas de agua nuevas me resultaban enervante y añoraba el sonido habitual de la grava al caminar.
Una vez dentro del coche, me sentí cómoda y resguardada. la tapicería de los asientos aún conservaba un ligero olor a tabaco, gasolina y menta. El coche arranco sin problemas y la radio, a pesar de ser anticuada, funcionaba.
A pesar de no haber estado antes, me resulto fácil localizar el instituto. Se encuentra junto a la carretera, como la mayoría de las cosas en el pueblo. A simple vista, no parece una escuela, pero un cartel confirma que es el instituto de Forks. Estacione frente al edificio que indica "Oficina principal".
Al entrar en la oficina principal me di cuenta que era acogedora, con sillas plegables, una alfombra con motas anaranjadas , noticias y premios en las paredes.
Una pelirroja regordeta con gafas estaba sentada en un escritorio. Llevaba una camiseta de color púrpura que, de inmediato, me hizo sentir que yo iba demasiado elegante. La mujer pelirroja alzó la vista.
— ¿Te puedo ayudar en algo?
—Soy jennie kim —le informé, y de inmediato advertí en su mirada un atisbo de reconocimiento.
Me esperaban. Sin duda, había sido el centro de los cotilleos. La hija de la caprichosa ex mujer del jefe de policía al fin regresaba a casa.
—Por supuesto —dijo. Rebuscó entre los documentos precariamente apilados hasta encontrar los que buscaba. —Precisamente aquí tengo el horario de tus clases y un plano de la escuela.
Recibí varias hojas en el mostrador y revisó las clases y las rutas recomendadas en el plano. También recibí un comprobante de asistencia para que los profesores lo firmaran al finalizar las clases. La peliroja me sonrió y me deseó que disfrutara de Forks, le devolví la sonrisa más convincente posible.
Examine el plano en el coche, intentando memorizarlo. Guarde el plano en la mochila, me la eche al hombro y salí del coche con la capucha puesta. Observe con alivio que mi chaqueta negra no llamaba la atención entre los jóvenes en la abarrotada acera.
Localice fácilmente el edificio número tres. Al entrar al aula, note que mi respiración se aceleraba, pero me calme al contener el aliento. Colgué mi abrigo en una percha. Entregue el comprobante al profesor, el Sr. Mason, quien me miró embobado. Me puse colorada y me envió a un pupitre vacío sin presentarme al resto de los compañeros.
Me mantuve concentrada en la lista de lecturas entregadas por el profesor, la cual incluía autores como Bronte, Shakespeare, Chaucer y Faulkner. Aunque ya los había leído todos, encontraba la selección aburrida. Al sonar el timbre, un chico flacucho y pelo grasiento se acercó a mí desde un pupitre al otro lado del pasillo.
—Tú eres jennie kim , ¿verdad?— Parecía demasiado amable, el típico miembro de un club de ajedrez.
—jennie — le corregí. En un radio de tres sillas, todos se volvieron para mirarme.
— ¿Dónde tienes la siguiente clase? —preguntó. Tuve que comprobarlo con el programa que tenía en la mochila.
—Eh… Historia, con Jefferson, en el edificio seis. —Mirase donde mirase, había ojos curiosos por doquier.
—Voy al edificio cuatro, podría mostrarte el camino —demasiado amable, sin duda—. Me llamo dawn —añadió.
Sonreí con timidez.
—Gracias.
