capitulo 44

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Estuvimos allí tumbadas, ensimismadas cada una en nuestras meditaciones. Transcurrieron los segundos, y estaba tan perdida en mis pensamientos que casi había olvidado su presencia. Entonces, jisoo saltó de la cama sin mediar aviso alguno y cayó de pie con un ágil movimiento. Sorprendida, volví rápidamente la cabeza para mirarla.

—Algo ha cambiado.

Su voz era acuciante, pero no me reveló nada más. Alcanzó la puerta al mismo tiempo que Jimin. Con toda seguridad, éste había oído nuestra conversación y la repentina exclamación. Le puso las manos en los hombros y guió a Alice otra vez de vuelta a la cama, sentándola en el borde.

— ¿Qué ves? —preguntó Jimin, mirándola fijamente a los ojos, todavía concentrados en algo muy lejano. Me senté junto a ella y me incliné para poder oír su voz baja y rápida.

—Veo una gran habitación con espejos por todas partes. El piso es de madera. Irene se encuentra allí, esperando. Hay algo dorado... una banda dorada que cruza los espejos.

— ¿Dónde está la habitación?

—No lo sé. Aún falta algo, una decisión que no se ha tomado todavía.

— ¿Cuánto tiempo queda para que eso ocurra?

—Es pronto, estará en la habitación del espejo hoy o quizás mañana. Se encuentra a la espera y ahora permanece en la penumbra.

La voz de jimin era metódica, actuaba con la tranquilidad de quien tiene experiencia en ese tipo de interrogatorios.

— ¿Qué hace ahora?

—Ver la televisión a oscuras en algún sitio... no, es un vídeo.

— ¿Puedes ver dónde se encuentra?

—No, hay demasiada oscuridad.

— ¿Hay algún otro objeto en la habitación del espejo?

—Sólo veo espejos y una especie de banda dorada que rodea la habitación. También hay un gran equipo de música y un televisor encima de una mesa negra. Ha colocado allí un vídeo, pero no lo mira de la misma forma que lo hacía en la habitación a oscuras —sus ojos erraron sin rumbo fijo, y luego se centraron en el rostro de Jimin—. Ésa es la habitación donde espera.

— ¿No hay nada más?

Ella negó con la cabeza; luego, se miraron el uno al otro, inmóviles.

— ¿Qué significa? —pregunté. Nadie me contestó durante unos instantes; luego, Jimin me miró.

—Significa que el rastreador ha cambiado de planes y ha tomado la decisión que lo llevará a la habitación del espejo y a la sala oscura.

—Pero no sabemos dónde están.

—Bueno, pero sí sabemos que no le están persiguiendo en las montañas al norte de Washington. Se les escapará —concluyó jisoo lúgubremente.

— ¿No deberíamos llamarlos? —pregunté. Ellos intercambiaron una mirada seria, indecisos. El teléfono sonó. Jisoo cruzó la habitación antes de que pudiera alzar el rostro para mirarla. Pulsó un botón y se lo acercó al oído, aunque no fue la primera en hablar.

—Jin —susurró. A mí no me pareció sorprendida ni aliviada—. Sí —dijo sin dejar de mirarme; permaneció a la escucha un buen rato—. Acabo de verlo —afirmó, y le describió la reciente visión —. Fuera lo que fuera lo que le hizo tomar ese avión, seguramente le va conducir a esas habitaciones —hizo una pausa—. Sí —contestó al teléfono, y luego me llamó—. ¿Jen?

crepúsculo (jenlisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora