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Se escuchaban los sollozos de una mujer. Traía los cabellos alborotados y desordenados, su piel se encontraba pálida por el frío y traía cortaduras y moretones en en ella. Temblaba y murmura a en voz baja. — Ayuda....

Abrazaba sus piernas y en una de sus manos traía un cuchillo. Su vista estaba nublada y mirando a la nada. Dejo de abrazar sus piernas y continuó llorando. Levanto la mano en la que traía el cuchillo. Lo miro con tristeza y apuntó a su estómago.

Una lagrima cayó de la comisura de sus ojos. Con su última fuerza se apuñaló a sí misma cayendo al suelo completamente. Su mirada perdida ni siquiera expresaba dolor. Ella deseaba sentir esta paz a la que se le llama 'morir' aunque hubiera deseado haber sido feliz y no haber sido maltratada por la vida.

Pensó que algún día alguien vendría a ayudarla, pero ese alguien que una vez imaginó, nunca vino. Solo fueron sus esperanzas las que la mantenían viva hasta que las perdió al pasar de los años. Sentía que su vida estaba perdida y sin rumbo. Su cuerpo ya no dolería más, ya no le dolería...

Fue cerrando los ojos con delicadeza. Sentía como por fin estaría lejos de las personas que la odiaron y repudiaron por el simple hecho de existir.

Ahora era una pequeña luz que estaba desapareciendo. Hasta que escucho una voz.

— La vida que te he dado, solo yo puedo quitártela. Comprendo tu sufrimiento y te compensare con ello. Tu vida se convertirá en una misión o un castigo por haber decidido irte sin mi consentimiento. Tu regalo y tu castigo.

No entendía el porque de aquella voz, no sabía quien era pero contestó. — Yo... Me haré cargo de mi castigo...

Cualquier cosa para no regresar a ese infierno. Aquella voz la escucho y la volvió a su forma humana. Ella pudo ver sus manos, toco su rostro y se preguntaba si seguía viva.

Crearé un mundo para que lo guíes . — Volvió a escuchar aquella voz. — Te encargarás de ver por el bienestar de las personas y que cumplan con su destino. Podrás verlos, tocarlos, incluso interactuar con ellos pero no acercarse demasiado a ellos. Podrás vivir una vida normal con ellos pero no modifiques sus destinos. Si alguna persona termina siendo tu alma gemela, podrás estar con ella. Y este mundo se heredarán a tus descendientes. Este es el regalo y el castigo que te dejo.

La mujer escucho atentamente cada palabra. Sintió como su cuerpo de pronto se volvió liviano. Luego cayó por la oscuridad hasta llegar al suelo. No siento dolor al caer, era como si fuese una pluma. Miro a sus alrededores y vio lo similar que era este lugar a su antiguo mundo. Comenzó a reír de la satisfacción.

Este sería un nuevo comienzo para ella.

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— Zhan...

— Yibo, descuida estoy bien. — Sonrió cálida mente y con su diestra acarició la mejilla derecha del castaño para darle tranquilidad.

Yibo se tranquilizó al escuchar las palabras del azabache.— Zhan... Yo...

Zhan bajo la mano de la mejilla del castaño. Sabía que quería decir. Pero él también quería decirle lo mismo. — Yibo... ¿Sabes lo que sucede en la historia original?

Yibo suspiro. — Yo... Si.. Lo sé.

— Yo también lo sé. — Sonrió debilmente dejando a Yibo perplejo. — Seguro te preguntaras que como lo sé. Te lo diré pero luego quiero escuchar tu versión ¿De acuerdo?

El castaño asintió levemente mirando atentamente al azabache que todavía se encontraba en su regazo. — Yo lo viví, de alguna manera... Después... De morir... Volví aquí, al pasado. Más bien alguien me envió aquí. Con mis recuerdos antes de mi muerte. Y bueno... Aquí estoy. Al inicio solo quería vivir tranquilo y evitar mi muerte pero... Algo cambió y... Terminé siendo tu novio.

Cambiando Nuestra Historia [Yizhan] (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora