Necesitaban enfrentar a Yang Zi una vez por todas. Sus recuerdos ya estaban completos, tenían el libro, ¿Qué podría faltar a parte de Yang Zi?
En los pasadizos de la preparatoria, apenas eran las ocho y media de la mañana. Las clases mágicamente se detuvieron gracias a Xuan Lu, mientras ambos chicos caminaban y miraban a sus alrededores buscando a aquella chica. Con tan solo mirar al frente la encontraron, cruzaron miradas, mientras la del castaño era algo severa, el azabache traía un rostro sereno. La chica solo sonreía descaradamente.
— Si que lograron engañarme. — Dijo con un mirada filida y su sonrisa torcida. — Pensé que al fin habían aceptado que no podía cambiar la trama pero veo que todavía tiene esperanzas. Pero... Creo que terminarán cuando acabe con esto. — Alzó su mano derecha en la que traía un libro azul, los chicos al verlo, se ex saltaron, era su novela. Yibo frunció el ceño.
— ¿Cómo tú...? —
— Soy un dios, obvio tengo que saber de la existencia de todo lo que me rodea, sean humanos u objetos. — Aquella chica sonrió victoriosa. Pero de un momento a otro su sonrisa se borró al ver que el libro que estaba en su mano derecha desapareció.
Su atención se dirigió por todos lados buscando aquel libro pero se detuvo cuando escuchó aquella voz familiar detrás de ella. — ¿Buscabas esto? — La castaña de cabello corto traía el libro en sus manos tranquilizando a los chicos.
— Tú... — Yang Zi frunció el ceño, desprendida furia de ella.
— Qué fácil fue engañarte... Hace tiempo que no te veo cara a cada... Madre... — Xuan Lu miro con una sonrisa torcida a Yang Zi. Al ser sellada por varios años, usó telepatía para comunicarse con Yang Zi mientras estaba sellada. Claro que no dejó de hacerlo para evitar sospechas cuanto rompió el sello. Yang era tan idiota que ni cuenta se dio, también debió haber sido por su falta de experiencia como dios.
"Dios" se le denomina a al ser casi inmortal el cual es destinado a protecer el mundo que se le fue encomendado. Normalmente los dioses anteriormente fueron un simple mortal, pero gracias al dios supremo, el cuán domina el mundo real, lograron llegar a convertirse en dioses. Son convertidos en dioses como castigo o recompensa por sus santos en su vida humana. Suicidios, castigo, condenado a proteger un mundo. Asesinados, recompensa, liderar el mundo a bien más la inmortalidad y poder interactuar libremente con los demás a pesar de ser un dios. Asesinos, castigo. Maltrato, recompensa. Así es como se decidió, claro que no todos lograban convertirse en dioses sólo las personas con mucho sufrimiento o las personas sumamente buenas y puras.
Aproximadamente un Dios domina un mundo unos tres millones de años, ya que ese es su promedio de vida, no envejecen pero eso no les impide la muerte, a no ser que un dios sea asesinado, ¿Cómo rayos se asesina a un dios? Pues con un arma celestial, ¿Qué Mierda es eso?, pues es un arma que sólo tienen los dioses que cometieron suicidio y asesinato, usando aquel artefacto que usaron para quitarse la vida o para quitarle la vida a alguien más. Sólo esa arma es capaz de matar a un dios.
Xuan Lu en su vida pasada después de tres mil años de vida, murió, pero milagrosamente renació, y nació como la sucesora de este mundo, que coincidencia. Apenas cinco años estuvo apuntó de morir cuando trató de salvar Xiao Yun pero prefirió ser impenetrable ante el dolor pues sabía perfectamente algo, Yang Zi era ambiciosa, malvada e inconsciente de todo lo que causaba y algo más importante, inexperta. Ella obviamente no sabía que el arma que tenía era un arma celestial y al momento de sellar a Xuan Lu, selló también su herida por lo que simplemtne se curó y pudo seguir reuniendo poder para liberarse del sello.
— Maldita... — Yang Zi desprendió una gran cantidad de energía haciendo que los chicos caigan al suelo, la única que no cayó fue Xuan Lu.
De pronto escucharon un montón de pasos, personas acercándose, al parecer estaban siendo controlados por la castaña. — Juro que acabaré con ustedes... —
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Cambiando Nuestra Historia [Yizhan] (En Edición)
FantasyWang Yibo era un estudiante de preparatoria de tan solo 17 años, al que últimamente sus compañeros están molestando por parecerse a un personaje de una novela de romance el cuál tiene su mismo nombre. La novela trataba de un triángulo amoroso. Wang...