Xiao Yun vivía prisionero en un lugar desconocido junto a la pequeña. Yang Zi venía todos los días esperando algo a respuesta de Xiao Yun y para darle le de comer a Xiao Yun, y la comida que recibía él, la compraría con la pequeña Xuan Lu.
Y debes en cuanto le hablaba de su pequeño hijo. — Tienes un pequeño hermano menor, Xuan Lu. —
— ¿De verdad? — La niña miraba a su padre con cierta emoción qué casi nunca mostraba.
El hombre asintió feliz. — Tu pequeño hermano se llama Zhan, si alguna vez llegas a conocerlo, prometeme que lo cuidaras. —
La pequeña castaña sonrió levemente, alzó sus brazos. — ¡Xuan Lu cuidará de Zhan Zhan! —
El hombre sonrió ampliamente, hablar con Xuan Lu durante este encierro era algo divertido pero aún así, planeaba escapar, claro que junto a su hija. No pensaba dejar a Xuan Lu con esa loca de Yang Zi.
El hombre suspiraba de tristeza pues extrañaba a su familia, a su esposa y a su hijo. Xuan Lu notaba esto y hablaba de forma que Xiao Yun no comprendía. — Papá, es mejor si escaparas sin mi. Mamá no podría hacerme nada aunque quisiera. —
— ¿Qué dices Xuan Lu? No pienso dejarte. —
La niña sonrió. — Papá... Hoy.... Mamá enloquesera. Es mejor si te vas. —
El hombre abrió los ojos de la sorpresa.
Justo la mujer apareció en frente de ellos. — Ya esperé demasiado Xiao Yun. — La castaña traía una mirada indiferente.— Yang Zi, déjanos ir, ¿Qué ganas con todo esto? —
— Hago esto porque quiero que me ames. Te lo dije hace años Xiao Yun. —
Xiao Yun no podría dejar a su hija, pero tampoco podía dejar a si a Yang Zi, no la amaba y tampoco podía dejar así a su esposa y a su hijo. — Yang Zi... Déjame ir... —
La mujer traía el rostro sombrío. — Entonces, ya que decidiste. Si no eres mío no serás de nadie. — Traía un cuchillo en la mano. Era aquel mismo cuchillo con el que se mató en el otro mundo. Ese cuchillo era su arma espiritual desde que llegó a este mudo.
— Yang Zi, suelta eso... No estas bien... —
— Es cierto... No lo estoy. Si no me amas, no dejaré que ella te ame. ¡Te he amado mucho o más que ella! — Se fue acercando a Xiao Yun paso tras paso.
Xiao Yun estaba aceptando que Yang Zi se acercara con su arma. La había lastimado, había lartimado a Yang Zi sin darse cuenta. Sabía que lo único que ella quería era amor. Pero él no podía proporcionarle eso, el amor qué ella esperaba tener de él sería falso.
Si muriera... Dejaría desamparados a su esposa y a sus hijos. Derramó lágrimas de tristeza. Nunca odio a Yang Zi, solo sentía pena por ella, él la quería, cuando la vio pensó en ella como una amiga o una hermana pero solo como eso.
Yang Zi no comprendía, y al parecer, no quería comprenderlo.
Cuando Yang Zi alzó el cuchillo para apuñalar a su víctima. Algo pequeño se interpuso. La mujer y el hombre abrieron los ojos con sorpresa.
— ¡Xuan Lu! — El hombre sostuvo el cuerpo de su hija que derramaba sangre tras la puñalada. Xiao Yun estaba preocupado mientras que la mujer mantuvo su rostro sin emociones.
Xiao Yun al ver la actitud tan fría de Yang Zi reclamó. — ¿Realmente eres humana? ¡Acaba de apuñalar a tu hija! —
Yang Zi miraba con frialdad. — Esa niña nunca me importo. Si no me servía, igual la iba a matar. —
Xiao Yun miró con miedo a esta mujer. Sabía cual era su destino en estos momentos, morir.
La pequeña mano de Xuan Lu sostuvo la mano de Xiao Yun. Llamando así la atención del hombre. — Papá está bien... No voy a morir. Mamá aún no lo sabe... — La niña hizo señal de que no diga nada.
El hombre se encontraba sorprendido.
Yang Zi le arrebato de sus brazos, a su pequeña. Miro su cuerpo cubierto de sangre y la arrecostó en el suelo. — Esa cosa es molesta. Tengo que matarte Xiao Yun. —
El azabache no podía morir de esta forma, no quería morir así. Así que sostuvo Yang Zi sin que ella se diera cuenta, arrebatado le así el cuchillo. Pero en vez de utilizarlo para defenderse de Yang Zi, apuntó a su estómago, apuñaladose y acabando con su vida, en frente Yang Zi qué no comprendía cual era el sentimiento que estaba sintiendo en este momento.
Xiao Yun no hubiera podido salvarse de la muerte, Yang Zi... Lo quería matar y ella como un dios, podría hacerlo. Su destino tal vez era la muerte. El hombre yacia en el suelo y pudo ver el rostro de su pequeña hija quien todavía estaba consciente, vio como la niña dejó caer lágrimas de sus ojos. Él también comenzó a llorar, no podría ver a sus hijos crecer y ya no podría ver a su querida esposa. Fue cerrando los ojos para poder al fin descansar.
La mujer que miraba el cuerpo del hombre que más amó en el suelo, cayó al piso, con un sentimiento más extraño. Sus ojos se aguaron, sentía tristeza. Lo perdió, perdió a Xiao Yun, podía sentir que ya no podría ni regresarlo a la vida pues... Su alma estaba rota.
La niña quien miraba a su madre derrumbarse se levantó del suelo. — ¿Esto es lo que querías? —
Yang Zi volteo lentamente hasta mirar aquellos ojos fríos de la niña. Podía ver algo de ella. Esa niña no estaba viva. — ¿Quién eres? —
— Soy Xuan Lu, tu hija. — Pronunció manteniendo su expresión seria. — Y la reencarnación del Dios original de este mundo. —
Yang Zi palideció. Ella sabía perfectamente que había un dios de este mundo antes de ella, pero según sabía, había muerto.
— No puedo morir así como así, soy un dios, aunque de cierta manera ya me mataste. Además de que heredé tus poderes y este mundo, ya es mío este mundo. Pero... Todo lo que hiciste... ¿Sabes las consecuencias de tus actos? —
Una ráfaga de aire mandó a volar a la niña. — ¡Te encerraré en un lugar donde nadie pueda verte! —
Yang Zi usó sus poderes para sellar a la niña, y nunca pudiera volver a aparecer. La niña una era muy joven como para poder ganar a su madre así que fue sellada. El alma de Xuan Lu fue sellada dejando un cuerpo vacío.
Yang Zi agotó la mitad de su energía sellando a su hija. Usando sus fuerzas deambulo cerca del hogar que era de Xiao Yun. Xiao Yun se hizo polvo al fallecer, era mejor hacerlo así, no necesitaba hacer una cepultura para él, él siempre estaría en su corazón.
Al entrar a la vivienda, cruzó miradas con el pequeño niño que se parecía a Shen Xian y a Xiao Yun. Lo miró con indiferencia, con su mano derecha tocó sus cabellos haciendo que caiga en un largo sueño. Suplantando sus recuerdos. Justo llego aquella mujer que le había robado el amor de Xiao Yun. La mujer pelinegra frunció el ceño y fue a sostener a su hijo dormido.
— Quiero matarlo. Quiero matar a tu hijo.—
Shen Xiao con miedo se interpuso entre ella y su hijo. — ¡No te atrevas a tocarlo! ¡Y dime donde esta mi esposo! —
Yang Zi rió, cayeron lágrimas de su rostro. — Él... Está muerto. —
Shen Xian abrió los ojos ligeramente más y cayó al suelo sin poder creer lo que está mujer le estaba diciendo.
— Prefirió morir a que estar conmigo. Te amaba demasiado, qué afortunada. Lástima que te encontrarás con él. — Yang Zi usó sus poderes para desaparecer a Shen Xiao. — Descuida, tu hijo no morirá fácilmente, no podré hacerlo si veo a Xiao Yun en él. —
Vio a aquel niño dormido. Distorsiono sus recuerdos, estaba dispuesta a cambiar el futuro de este niño, quería hacerlo tan infeliz, quería que él sufriera lo que ella sufrió. Una vida sin amor.
Bueno este es el último capítulo del pasado y ahora regresamos al presente.
Gracias por leer^^
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Cambiando Nuestra Historia [Yizhan] (En Edición)
FantasyWang Yibo era un estudiante de preparatoria de tan solo 17 años, al que últimamente sus compañeros están molestando por parecerse a un personaje de una novela de romance el cuál tiene su mismo nombre. La novela trataba de un triángulo amoroso. Wang...