Presentante

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Cale espera impacientemente en la villa del Super Rock, cuando un destello cubre la habitación y aparecen tres figuras. Eruhaben, Ron y Rashieel.

-Ron, ¡¿encontraste algo de Choi Han?!

-No te apresures, pequeño punk, ya te contaremos.

-¡Yo no! me voy a dormir. Maldición...yo, un dragón, me siento como un chico de los recados.

Rasheel sale murmurando molesto de la habitación y Eruhaben toma asiento enfrente a Cale mientras Ron va por algo de té.

-La torre alquimista y la cueva están completamente destruidas, no hay nada o nadie allí.

-¿Quieres decir que?...

-Si, tampoco los enemigos, parece que una tremenda batalla se libró en ese lugar, pero el daño es tanto que no se puede saber nada con exactitud.

-...

Cale frunce el ceño con preocupación.

-No te preocupes Cale, si el joven que buscas fue el causante de la destrucción de ese lugar, estoy seguro de que debe estar bien, ni siquiera la estrella blanca debería poder eliminar a alguien tan formidable fácilmente.

-Eso... eso es cierto, Choi Han es muy fuerte.

Como la única persona que sabe la verdad sobre Cale en este mundo, Eruhaben trata de simpatizar con Cale y su preocupación por el que debe ser un amigo en el otro mundo, por eso trata de mejorar su ánimo, pero nota que es inútil, el imposible que el bastardo de buen corazón se calme solo con eso, así que cambia deliberadamente el tema de conversación.

- Por cierto, té importaría explicar ¿qué es exactamente eso y porque lo salvaste?

Eruhaben señaló a la persona que estaba sentada en silencio en el otro lado de la habitación.

- Ah, él es el dragón mestizo, era un sirviente de la estrella blanca.

- ¿Mitad dragón? suena como una aberración de la naturaleza, además ¿No significa eso que tal vez nos traicione para regresar con él?

El dragón mestizó que continuó en silencio se estremeció cuando escuchó a Eruhaben llamarlo aberración.

- No lo hará, él sabe que no le espera nada más que la muerte si regresa allá.

- Aun no entiendo cómo es posible la existencia de tal criatura, supongo que es obra de esa estrella blanca.

Eruhaben se acercó lentamente al dragón mestizo, pese a sus duras palabras, no había odio en sus ojos, solo curiosidad.

- Bueno, no importa lo que seas, si intentas hacer algo imprudente no saldrás de aquí con vida.

Luego de esa advertencia, Eruhaben le dio la espalda al dragón mestizo y se marchó de la habitación.

- ¿De verdad está bien si me quedo aquí?

- Está bien, pero no será gratis, deberás trabajar por tu comida.

- hmm lo entiendo.

- Además, hay alguien a quien debes conocer.

Un atisbo de miedo pasó por los ojos del dragón mestizo, pero luego desapareció como aquel que da por sentado un destino trágico, sin embargo Cale no dijo nada al respecto y salió de la habitación.

- Raon, llévame por favor a la residencia de mi padre, el Conde Henituse.

- Por supuesto, humano.

En el momento que Cale y los niños llegan a la puerta de la residencia del conde, nota el ajetreo, incontables caballeros y guerreros caminan de una lado hacia otro.

- ¡Hyung-nim!

- Basen

Cale noto como Basen se aproximaba rápidamente.

- ¡Hyung-nim! ¡¿Estás bien?! escuche que en el palacio-

- ¡Cale!

Cuando Basen se puso frente a Cale y pregunto afanosamente su condición, Cale escucho una voz preocupada que lo llamaba desde lejos. entonces vio a al distancia como el conde se aproximaba corriendo.

- Uf, Cale, uf ¡¿Dónde has estado?! ¿estás bien?

- Padre, cálmate primero.

Cuando Deruth recuperó el aliento, tomó a Cale por los hombros.

- No tienes que esconderte hijo, pase lo que pase nosotros no permitiremos que seas entregado al imperio o a los dragones.

- Padre, eso no-

- No importa si debemos enfrentarlos solo nosotros, haré todo lo que esté en mi poder para que estés bien, somos fuertes.

Cale no pudo evitar sonreír por las palabras de Deruth.

- Es cierto, somos fuertes.

- Lo ves, he contratado a tantos mercenarios como he podido y otros cuantos están por llegar.

Cale recordó algo y miró a su alrededor, escaneando visualmente el entorno en busca de alguien.

- ¿Qué te parece?

Lamentablemente no encontró a la persona que buscaba.

- Está bien, hmm... avisame si un mercenario joven de cabello rosa se presenta.

- ¿uh? entiendo.

Además, hay alguien a quien debo presentarles.

- ¿Aquí?

Cale sonrió significativamente.

- Lo sabrás pronto.

Una vez adentro, el conde Deruth, La condesa Violan, Basen y Cale, se encontraban en la oficina privada del conde la cual está dotada de un artículo mágico que la hace que impide que el sonido se filtre hacia afuera.

- Raon, presentate, ustedes también niños.

El joven dragón quitó su magia y posteriormente saludó energéticamente.

- ¡Hola!, mi nombre es Raon Miru, tengo 4 años.

Luego los pequeños gatos tomaron sus formas humanas y On saludó cortésmente.

- Nosotros somos On y Hong.

-...

-...

-...

Aparte de Cale los demás tenían cara de desconcierto y se habían quedado sin palabras. Por su parte Cale había decidido que lo mejor sería presentar a los niños lo más pronto posible y permitirles crear más vínculos familiares para el futuro incierto.

-Hijo, esto...yo...

- ¡¿ Es un dragón?!

Deruth que intentaba formular una oración fue interrumpido por la asombrada voz de Basen.

- Así es y yo soy el guardián de los 3.

- Nuevamente, hubo silencio en la habitación por unos segundos, hasta que se escuchó la voz de la condesa Violan.

- Iré a la cocina y solicitaré que preparen 4 comidas.

- No te preocupes madre, comimos recientemente.

Por un momento Violan no pudo esconder su expresión de tristeza por esas palabras, pero rápidamente recuperó la compostura.

- Entonces, ¿se quedaran a dormir?¿Verdad?

- Bueno, en realidad tengo que ir...

- Cale, te vez algo pálido, lo mejor será que descanses por hoy.

El contundente todo de Violan no le dejó a Cale lugar para refutar.

- Está bien madre, me quedaré esta noche.

- Perfecto, iré a prepararlo todo incluyendo la ropa de cama para los pequeños.

Cale quiso explicar que él carga siempre todo lo necesario, además que los pequeños duermen en sus formas de gato, pero la condesa ya se había marchado.

Una vez más, pero nada es igualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora