Leandro Manoban

Esta pasando? Parte 2

Las tetas de Jennie ahora estaban contra el gran ventanal que daba vista a los grandes y altos edificios de la ciudad, podía observarse desde allí arriba los carros y personas pasar. 

Era embestida una y otra vez mientras le excitaba la idea de que alguien de los edificios cercanos pudieran verle en plena acción, siendo cogida sin parar y con fuerza, solo de imaginarlo se mojaba aun mas. 

— Como me encantas Jennie — hablaba Leo mientras repartía besos en la espalda de la chica. 

Jennie estiraba su brazo hacia atrás para acariciar el cabello mojado de Lee, era algo difícil debido a las sacudidas que recibía cada que entraba y salía el pene de su interior. Afuera había comenzado a cubrirse el cielo, comenzando a bajar la temperatura y se podían observar caer las primeras gotas de lluvia. 

Pero en la habitación del hotel, los dos cuerpos unidos solo sentían calor, su piel ardía con cada movimiento dado. 

Ahora Jennie estaba acostada en el suelo y Leandro entre sus piernas, dando lentas pero profundas penetraciones mientras jugaba con sus pechos y hacia gemir a la peli naranja una y otra vez.

Permanecieron así un rato hasta que no les faltaba mucho para venirse, Leo ahora se sentaba apoyándose hacia atrás en sus brazos mientras Jennie se sentaba de espaldas sobre el, moliéndose contra el gran miembro del chico, desde esa postura obtenían una penetración mas profunda por lo que Jennie se sentía totalmente llena. 

Leandro empezó a moverse un poco desde abajo, logrando así gran placer en su chica, escuchaba los gritos de la hermosa mujer sobre el y entendía que estaba por obtener su tercer orgasmo. Con un aumento de velocidad en los movimientos y luego de varios gemidos y gritos de ambos, lograron correrse juntos, sintiendo mucho mas placer que las dos veces anteriores. 

Cualquiera pensaría que en esta vez el coño de Jennie recibiría menos semen por ser la tercer vez que eyaculaba en un par de horas pero este no era el caso de Leo, su interior obtuvo unos cuantos chorros de liquido caliente y blanco dejándola totalmente satisfecha. 

Agitados y ya cansados decidieron tomar un baño juntos, se ayudaron mutuamente a enjabonar sus cuerpos y lavar sus cabellos, a lo cual Leandro no pudo evitar tener una nueva erección pero sin buscar tener sexo de nuevo, solo se dedico a consentir a su chica para cuando terminaron su ducha, secarla y alcanzarle una bata para que estuviera cómoda. 

— ¿Tienes planes para mañana? — preguntaba Leo mientras acurrucaba en su pecho a Jennie. 

— Para mañana nada, salvo por la noche que tengo una cena con mis padres — responde ella muy relajada mirando la televisión encendida. 

— Se me ha ocurrido que podríamos ir al planetario, luego almorzar en un buen restaurante y si te parece bien después dar un paseo por el parque,  te regresare temprano a tu casa para que puedas cenar con tu familia sin retrasos — invitaba el pelinegro 

— Pues me ha encantado la idea — respondía Jennie feliz 

— ¿Si? ¿segura? ¿No es muy cursi no? — hablaba un preocupado Leo

— Es tierno, muy lindo, de verdad me encantaría compartir juntos — decía ella depositando un suave beso en sus labios. 

— Perfecto entonces, mañana temprano pasamos por ropa limpia y comenzamos nuestra cita — hablaba mientras acariciaba la mejilla de la peli naranja hasta que ambos cayeron en un profundo sueño. 

La cita al otro día fue estupenda, había salido todo de maravilla y sin ningún inconveniente, tanto Jennie como Leo estaban felices. Cuando fue hora de llevar a la chic a su casa, se despidió no sin antes recordarle lo hermosa que la encontraba y cuanto cariño estaba sintiendo por ella cada día que pasaba. 

Escuchar esas cosas para Jennie resultaba nuevo, nunca le habían tratado de tal manera que se sintiera tan mimada, protegida y deseada. 

Leandro volvía a la cabaña, era la ultima noche que pasaría allí, mañana después de salir de la empresa pasaría con su abuelo a ver su nuevo posible hogar. 

Se percato que sus amigos dormían, debía enterarse como terminaron la noche del sábado, les haría interrogatorio mañana en algún momento, presentía que se llevaría algunas sorpresas.