Muy temprano Leo ya estaba despierto, recién acababa de tomar una ducha y ya estaba terminando de desayunar. Unas tostadas con alguna mermelada y es que su café lo comprara camino al trabajo.
— Chicos, no quiero llegar tarde a mi primer día en el trabajo. Por lo tanto les interrogare en otro momento, no se salvarán, Rose, gracias por el hospedaje y estos días han Sido geniales, nos vemos pronto — Leo tomo su saco y sus llaves y con todo el entusiasmo del mundo salió de allí.
No había dejado siquiera reaccionar a sus amigos, fue todo demasiado rápido. No comprendían siquiera como podía existir un ser en el mundo que un lunes empezará con tanta energía.
Sin más, Jungkook y Rose procedieron a sacar cada uno sus maletas y volver a casa para retomar sus trabajos. Ellos habían hablado sobre lo ocurrido la noche del sábado, pero sin embargo quisieron enterrar por ahora todo aquello. Demasiado deberían contar cuando su amigo Leandro comience con sus preguntas, interesado en saber cómo terminaron la noche. Además de ebrios, hay mucho más que confesar.
En otra escena...
— ¿Estás segura Jennie? — preguntaba Irene a su amiga, la cuál estaba del otro lado del mostrador con un rostro de preocupación.
— Si, eso creo. No lo sé. En fin... ¿Ustedes cómo terminaron aquella noche? — pregunto con curiosidad
— Eh, nosotras te contaremos pero no ahora — decía ahora Jisoo, al momento que recibía una llamada telefónica y cuando miro la pantalla se alejo intentando disimular, fracasando en ello.
— Vale y a esta que le ocurre? — Jennie hablaba mientras limpiaba unos vasos.
— Te sere sincera, no tengo idea, desde ayer que ese celular no para de recibir textos y cada tanto llamadas, pero bueno amiga, yo me voy que el trabajo me espera y hoy estoy a pie.
— Vale linda, ve con cuidado, nos veremos pronto — decía Jennie para ver a su amiga salir del local.
A los segundos tuvo que ver a su otra amiga, que de lejos le hacía señas que debía irse, su celular seguía pegado a su oreja, Jennie le lanzó un beso con su mano a forma de despedida y se lo devolvió para tomar su cartera y salir de allí de inmediato.
Siguió ordenando unas cosas hasta que escucha la puerta abrirse nuevamente. Pensó que su amiga había olvidado algo pero cuando levanta su vista al frente se encuentra con la mirada de Leandro sobre ella.
Jennie no pudo evitar sonreír al instante y este simplemente se acercó a los asientos que estaban frente al mostrador pero no se sentó de inmediato si no que se inclino y le dió un suave beso en su boca, la peli naranja un poco asombrada de aquello, saboreo sus propios labios y volvió a sonreír.
— Buenos días mi hermosa — decía Leo ahora sí tomando asiento.
— Buenos días mi guapo... — contesto ella — Déjame adivinar, vienes por tu café, ¿para empezar con energía el trabajo?
— Bueno, no solo por el café, venía también por tu beso — le respondía el chico y tomo su mano para acariciarla suavemente.
Jennie le miro con amor y acaricio su mejilla, para momento después proceder a prepararle el café a su chico.
— Aquí tienes, no permitas que se enfríe. Ten un buen día hoy y suerte — le decía con una sincera sonrisa — mejor y apresúrate que se te hará tarde — ahora fue ella quien se acercó a besarlo por unos cortos segundos.
— Ten por seguro que será un gran día cariño — respondía el mientras se levantaba llevando consigo el café y saliendo del local.
Jennie pudo escucha el auto tocar el claxon tres veces y solo pudo reír por lo bajo. La felicidad duro poco cuando los clientes habituales comenzaron a llegar y debia borrar todo pensamiento de su cabeza para poder concentrarse en sus trabajo.
En la empresa, el señor Manoban se acercaba a su nieto con una carpeta.
— Leandro, que gusto ya verte por aquí — lo abraza — realmente me pone contento.
— Yo estoy igual de contento abuelo, estoy revisando las últimas carpetas, ¿Quieres que revise la que traes? — pregunto el al momento de ver qué su abuelo traía bajo el brazo una nueva carpeta.
— Oh no, bueno si quiero que la revises pero está no es de la empresa — dijo sonriendo el hombre mayor
— No comprendo entonces...
—Bien, el sábado he visitado a un muy bien amigo, me ha contado que hay una hermosa casa no muy lejos de aquí la cual no se ha podido vender aún.
— Vaya, ¿crees que este en malas condiciones o algo por el estilo? Podría pasarme a verla luego...
— En realidad, todo lo contrario, está en muy buenas condiciones, creeme, que he pasado ayer. El motivo por el cual no se vende, es su precio elevado.
— Joder, ¿De cuánto estamos hablando abuelo? — pregunto Leo algo preocupado.
— Esa pregunta es lo de menos al momento de darse sus gustos hijo, su precio lo vale, en la carpeta hay varias fotografías de la casa y los papeles para arreglar la compra.
Leo abrió la carpeta y saco su contenido, viendo unas cuantas fotografías de... ¿La casa?
— Abuelo, está no es una casa, es inmensa, una maldita mansión, no me quiero imaginar el precio.
— Vamos Leo, creías que estarías viviendo en una casa de una habitaciónz baño y cocina? Y ¿dónde guardarias tu carro? Y tus niños ¿dónde dormirían? Y tú mujer, ¿Dónde descansará con sus amigas las tardes? Me sorprende que no estés pensando en grande hijo.
Había logrado sorprender a Leo, en parte si tenía razón, pero no era necesario una mansión como aquella. Se sentiría una hormiga allí dentro.
— Abuelo aún nisiquiera estoy casado, mucho menos he tenido hijos, se que sería agradable un hogar como este para darme el gusto el día que decida formar una familia pero de verdad creo que es muchísimo dinero... Es una belleza por fotos y de ir a verle no quiero imaginar lo que sería estar allí, pero lo mejor sería optar por algo más pequeño...
— Tonterías, la vida te sorprende cuando menos te lo esperas y lo mejor es que estés preparado. Ten y antes que digas qltoz por el momento se irá descontando de la mitad de tus ingresos por los primeros meses, luego veremos las ganancias en la empresa como siguen, quizás y nos sorprendas a todas y realmente comiences a dormir sobre un colchón de billetes.
El señor Manoban lanzo sobre el escritorio un juego de llaves y una tarjeta.
— No podías perderte está oportunidad muchacho, este hogar te estaba esperando a ti. Firma esos papeles y me los haces enviar con tu secretaria, debo cerrar todo negocio con mi escribano — le dejo allí a su nieto, quien estaba mudo, mientras el tomaba camino a su oficina.
— Joder... Debo de trabajar en modo Dios para poder saldar la humilde morada... — se decía Leo así mismo mientras revisaba los otros papeles donde estaban todos los datos de la propiedad.
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Más feliz que una lombriz 😭😻🥳Cómo siempre es un placer, un abrazo y no olviden votar y comentar para llegar a más personitas.
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Leandro Manoban
FanfictionLisa, una joven de 23 años intersexual, comienza un cambio en su vida para sentirse libre, a esto se le suma conocer a Jennie, la chica que le robaría el aliento. Advertenciass. +18 Contenido sexual alto GIP