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—Buenas tardes, señor Thiago, lamento informales que su hijo tuvo un infarto y aunque intentamos revivirlo, no pudimos hacer nada. Ya se lo notificamos a la madre

—¿Qué? ¿Quién está con ella? - dice Thiago algo alterado

—Creo que es la madre de ella - Mar y él miran al doctor sin poder creerlo - Necesito que arreglen el papeleo, para saber que es lo que se va a hacer con el cuerpo del pequeño

Hay personas que no tienen delicadeza al decir ciertas cosas y después estaban los doctores, aunque no generalizo, no digo que todos sean asi. Mar mira a Thiago con preocupación, pues parece perdido en sus pensamientos.

—Tiene que hablarlo con la mamá del bebe, ¿A dónde debe acudir una vez que decidan al respecto?

—Bueno, tiene que ir a recepción, ahí les darán indicaciones de todo - Mar asiente

—Está bien, gracias - dice y se enfoca en Thiago que ha perdido todo color del rostro - Thiago...

—¿Qué hago con esto que estoy sintiendo, Mar? - ella lo abraza por los hombros

—Sacarlo, yo estoy aquí para sostenerte - los ojos se le cristalizan, apenas conecta con los de él, que están rojos por retener las lágrimas - Conmigo no tienes que ser fuerte Thiago

—No puedo, no puedo, tengo que ir a ver a Soledad, saber como está y seguir con todo lo demás - se para apresurado, pero Mar lo toma del brazo y hace que se vuelva a sentar alado de ella - Mar, yo...

—Está bien, sé que necesitas ir a verla, pero también necesitas calmarte - dice mientras coloca cada una de sus manos en las mejillas de él, mientras sus miradas conectan - Thiago no tienes que ser fuerte por ella, también era tu hijo el que acaba de fallecer ¿Que sientes?

—Culpa. Mucha culpa, cuando ella me dijo que estaba embarazada, hice de todo menos ponerme feliz, los meses pasaban y veía como la panza le crecía, sabía que ahí estaba creciendo mi hijo, pero la felicidad jamás llego... Y me siento una mierda por eso, por qué tal vez todo esto fue un castigo divino, pero ella... Ella lo quería, lo anhelaba tanto, por mi culpa el bebe se murió

—No Thiago, no es tu culpa, Dios no castiga. El que la noticia no te pusiera feliz no es algo malo, cuando yo me entere de que estaba embarazada tampoco me puse feliz - él la mira sin creer lo que le dice, ella le da una pequeña sonrisa. — Lo primero que sentí fue miedo, mucho miedo, después mucho enojo, con vos, con el destino, con Dios, porque todo parecía terminar para mí. A todos cuando nos llega esa noticia nos invaden todo tipo de sentimientos, pero... Creo que es más importante lo que hacemos después, vos le dijiste al bebe que le darías todo de ti para que fuera un niño feliz, desde que supiste del accidente que estás aquí, estuviste con Soledad en todo momento, no la has dejado sola y eso es porque vos sabías que era tu hijo, y estoy segura de que apena lo viste nació algo aquí por el - dice tocándole el pecho, en el lado donde está el corazón - Porque era parte de vos y eso lo sabías. No fallaste, porque tampoco dejaste a su suerte a Soledad en el embarazo, aunque la noticia no te agrado, vos estabas en negación y aun asi te hiciste cargo. No era un tema de no quererlo Thiago, solo no asimilabas lo que pasaba.

—¿Y qué hago con la culpa que estoy sintiendo? - ella suspira

—Nada, solo tienes que dejar que pase, no te diré que el tiempo lo cura todo, porque no, hay heridas que jamás cierran, pero tienes que aprender a vivir con eso, que esto sea una lección, para mejorar, para ser mejor persona y pensar mejor las cosas. Hazlo por él, por ti.

Los ojos se le llenan de lágrimas, sin poder retenerlas, se larga a llorar, Mar se acerca más a él y lo abraza, lo abraza fuerte hasta que logra calmarse.

Una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora