La historia trata sobre lo que paso después de que los chicos de casi Ángeles regresaran del viaje del futuro, especialmente se centra en Mar y Thiago. En esta versión Paz no les dice a Mar y a Thiago que Mar está embarazada
Inicio 08/06/2023
Fin...
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—Buen día, señora Marianella. Le estamos hablando del colegio del menor Bruno Tobías Bedoya Agüero. Para informarle que su solicitud para realizar el examen de conocimiento ha sido acepta. Si usted asi lo desea, a partir de mañana puede pasar a recoger el papel donde dice la aceptación y la fecha en que deberá de realizar el examen.
(...)
De eso hace casi un mes. Miro el departamento que ya está completamente vacío, dejar ir este lugar se siente nostálgico, muchos cumpleaños, reuniones, aquí vi crecer a Bruno cuatro largos años, lo fuimos convirtiendo nuestro hogar y se sentía tan raro dejarlo ir, pero sabía que era dejar ir para que algo mejor llegara a mi vida y en Argentina estaba esperándome nuestro próximo hogar.
—¿Estás lista? - dice Thiago agarrándome por la cintura una cintura que es casi inexistente, acaricio mi barriga de casi seis meses y me volteo hacia el
—Estoy lista, vamos - digo dándole una pequeña sonrisa.
Él se agacha y toma la última caja que hay en el departamento, los dos salimos, caminamos a la par hasta el ascensor. Bruno, que ya está en el carro, sonríe al vernos llegar. Thiago se encarga de subir la caja, mientras que yo subo al carro, él va a manejar. El transcurso es en total silencio, sabe que necesito un momento, por qué con las hormonas, todo me hace llorar, pero esto no es fácil y aún hoy, después de casi cinco meses, me cuesta asimilar que nada de esto sea un sueño.
La parte trasera del carro está totalmente llena, solo queda el espacio donde va Bruno, sobre el capote del carro, hay más cosas y es que aunque Thiago se fue llevando varias cosas, cada vez que venía, aún quedaban muchas, muchas otras las mande por correo.. Una vez que llegamos al lugar, soy la que se baja, no sin antes darles una mirada
—En seguida vengo - ellos asienten.
Antes de entrar al lugar, miro el lugar, detallo la fachada. Y aunque está cerrado me dan ganas de llorar, tomo una gran bocanada de aire e ingreso. Cierro los ojos, pero cuando lo veo salir de la oficina con un cártel y globitos de despedida, las lágrimas brotan, sollozo y él camina más de prisa hasta llegar a mí y abrazarme.
—Ey peque no llores... Solo quería darte una linda despedida. Creo que no lo he conseguido - niego mientras lo abrazo escondiendo mi cara en su pecho
—Yo...- los sollozos no me dejan hablar, estamos un par de minutos asi hasta que mi llanto se controla, pero no del todo - Tengo mucho miedo Santi... Hace años que no estoy en Argentina, tengo mido a no adaptarme, a fracasar y estancarme
Él me sonríe y niega mientras me abraza con una pequeña sonrisa.
—Eso no va a pasar peque, mira todo lo que lograste sola - dice señalando con sus manos el taller - Y ahora, acompañada y rodeada de amor, sé que seguirás logrando grandes cosas.