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Estaba decidida, está vez daría todo por el todo aunque la pudieran rechazar, sabía que no le quería de la misma que ella le quería, pero estaba dispuesta a hacerlo.

Debía planear bien lo que haría a continuación, quería que fuera lo más perfecto que existiera a pesar de haber una posibilidad de que no se haga realidad, sabía que el porcentaje de que funcionara era más bajo que cualquier otra opcion pero no perdía nada con intentarlo.

Sabía que sus sentimientos no eran correspondidos, sabía que la princesa la veía como un experimento, así como también sabía que realmente estaba perdiendo el tiempo y sus esperanzas, pero no podía evitarlo.

Había decidido está vez a rendirse completamente, entregar su amor esperando finalizar con ello de una vez por todas, porque ella le gustaba mucho pero si no iba a ser tomada en serio entonces dejaría que ella la rechaza de manera formal, en una cita.

Porque esperaba que al romperse su corazón también rompiera las esperanzas de conseguir algo a futuro, cortar de raíz esos sentimientos que meses había estado guardando dentro de si con la añoranza que ella le correspondiera.

Debía dejar de soñar, además era alguien fuerte, tenía amigos que la podían apoyar ahora, podía salir adelante si se sentía decaída o mal, podría superar su corazón roto de una vez por todas.

— ¿Estás segura de esto? — le pregunto su mejor amigo.

— Claro que sí — sin dudar le respondió.

— Es solo que estos meses has sido muy feliz, si esto llega acabar tú...

Dejo la frase al aire para que ella pudiera interpretarlo, miedo de que saliera dañada.

— No puedo salir más dañada, si esto realmente acaba me dolerá, pero puedo curarme, nadie se ha muerto por tener un corazón roto — a pesar de parecer convencida, sonaba a un discurso que había practicado — me dolería más fingir que todo sigue igual que siempre cuando espero por más.

La entendía, un rechazo solia doler mucho, pero no compartía lo que pensaba, creía fielmente que su amiga merecía todo el amor del mundo y que al lado de ella lo conseguiría, pues desde hacía meses se le notaba más feliz que nunca, al principio pensó que era por todas las cosas nuevas que estaban pasando, pero cuando le confesó que se comenzó a sentir celosa de una pony en específico por su reciente cercanía con la princesa termino por confesarle que llevaban tiempo en un tira y afloja que no las llevaba a nada, se sentía agotada.

Pero a pesar de eso, ella se mostraba feliz, radiante, eso sin titulo la tenía en las nubes de felicidad, no quería que ella perdiera eso.

— Está bien, sabes que te estaré esperando en la oficina toda la noche de ser necesario, búscame pase lo que pase.

— Lo prometo.

Se despidieron de un abrazo, y termino por preparar el lugar, la cita iba a ser simple, una comida al atardecer en el aire libre con comida comprada en Zephyr Heights, en una parte no muy explorada del bosque de la herradura cubierto con mini cristales para darle el toque.

Se sentía animada, llevaba tiempo planeando está cita, había pasado por una fase similar al duelo comprendiendo que necesitaba definir lo que sentía y saber lo que la princesa sentía, a sabiendas que ella no le quería como esperaba que lo hiciera. En ese tiempo se resigno a qué todo iba a terminar en algún momento y no podía evitarlo, prefería ser ella quien diera un paso adelante con esto porque la princesa no lo haría.

Se sentía feliz a pesar de todo, recordando los meses anteriores con cariño, una presión en su pecho no haría que cambiarán las cosas, si sentía un vacio al pensar que nada podría continuar se lo quedaría para ella, abrazaría el dolor que estaba sintiendo con todo el cariño que aún tenía.

Zipp y SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora