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Cuentan que antiguamente los angeles vagaban por la tierra, cuidando de los terrestres para evitar algún posible daño, debido a que estos no podían defenderse de los mágicos.

Hubo un momento en aquella época los rumores sobre un ángel enamorado de un terrestre, tanto que decidió botar sus plumas y entregarse a un impuro juramento.

Hoy en día solo existen especulaciones sobre lo ocurrido, era una leyenda que pasaba de generación en generación, nadie creía del todo en esa historia, pues al final todo fue borrado por un ser celestial.

Juramento negro — nuestro secreto

Un ángel estaba en el piso herido, la gran altura de la caída provocó que su memoria se difuminara, no sabía dónde estaba o que debía hacer, solo miraba a todas partes desorientado.

Luego de estabilizar un poco sus pensamientos sus ojos vieron una capilla no muy lejos, su instinto le decía que debía ir allí, la imagen de dos grandes seres escuchándola desbloqueo pequeños fragmentos de lo que suponía eran recuerdos, quizás ahí era donde podía obtener respuestas.

Contuvo el aliento mientras se sostenía en sus cuatro cascos estabilizando su equilibrio con sus alas, a pasos lentos se dirigía a aquel lugar.

Miro el detalle de que habían más seres, solo que estos no poseían alas como ella, vestían ropajes oscuros y peinados extravagantes, los cuales no parecían notar su presencia.

Su visión se distorsiono unos momentos en los que su cuerpo perdió fuerza cayendo rendida en el suelo, agotada y sintiéndose impotente contenía sus lágrimas, reprochandose el no poder llegar a la capilla.

Intentaba hacer memoria, pero lo único que tenía claro era que tenía maestras, vivía en el reino de las nubes, debía cumplir un propósito de momento inexistente y estaba abandonada.

El dolor de su cuerpo aumento cuando intento levantarse haciéndola gemir, cerro sus ojos pensando que sería su fin, agradeció el color anaranjado que indicaba el atardecer observado con anterioridad fuera precioso, eso le trajo un poco de paz.

— ¿Te puedo ayudar?

Abrió los ojos exaltada, tomando una posición de defensa que hizo doler aún más su cuerpo por el brusco movimiento de forma automática, más el ver unos ojos brillantes y un casco extendido a su dirección le hicieron perder las fuerzas cayendo de nuevo al piso sentada.

Supo que le hablo de nuevo porque movió los labios, el sonido de su voz entraba por sus orejas pero no lograba procesarlos, encontró un tono dulce saliendo de esa boca, también preocupado.

Buscando unas últimas fuerzas en su cuerpo extendió su casco para tomar el contrario que le impulso a levantarse, el contacto hizo que sintiera calor en su rostro y su corazón comenzaba a bombear más rapido.

Sus ojos no querían despegarse de los de ella, encontrandolos únicos porque reflejaban tranquilidad, poco a poco su vista dejo los ojos de ella para centrarse en los detalles de la cara, su cabello en un peinado elevado y su ropa oscura como el resto de habitantes.

¿Qué tenía ella? ¿Por qué no podía dejar de mirarla? Sabía que eso debía ser la menor de sus preocupaciones, pero no podía evitarlo.

Señales de alerta comenzaron a aparecer en su mente, indicándole que estaba a punto de cometer un error.

¿Qué tipo de error sería querer seguir admirandola?

Imperdonable

“Amor”

Trago saliba cuando una voz atrás suyo lo susurro, pero le encontró sentido, aquello que comenzaba a sentir solo podía deberse al amor que estaba creciendo dentro suyo con el hecho de solo verla.

Zipp y SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora