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- ¿Crees que te voy a hacer daño?

Su voz sonó afligida porque en ningún momento se le pasó por la mente que la pony terrestre podía o tenía la intención de hacerle daño, fue ingenua, claramente Sunny se mantuvo alerta a su lado mirando con nerviosismo su cuerno, fingiria que no le dolió.

- ¡No! Osea... Si pero... Espera - se puso nerviosa, no podía evitarlo - sé que no me harás daño, te ves muy amable - su mente trabajaba para darle alguna respuesta coherente - ¡Y simpática!

No quería que se generar algún tipo de conflicto entre ellas, Sunny debía controlar sus nervios para no tenerle miedo más se le hacia muy difícil.

¿Cómo puedes controlar los miedos que llevas en tu interior? Los tenía de años y solo hace poco se había dado realmente cuenta.

- ¿Entonces? - Izzy volvió al semblante que tenía al principio, una sonrisa en su rostro y una mirada curiosa.

- Mi padre siempre me dijo que no debía temer a los otros ponys porque todos eramos amigos - Sunny hablaba con nerviosismo - por lo mismo crecí repitiendo sus palabras, deseando vivir en un mundo como fue hace muchas lunas.

Comenzó a caminar en círculos calmando sus nervios, Izzy solo la miraba intentando adivinar lo que diría.

- Pero siempre en mis clases me contaban como solo bastaba un cuerno de unicornio para acabar con muchos terrestres, lo ignore por mucho tiempo hasta que en una clase la maestra mostró imágenes de una guerra - trago con dificultas al recrear la imagen en su mente - o quizás no era una guerra no lo se bien... A lo que voy es que fue muy grotesco, lo que más resaltaba era un cuerno brillando con sangre mientras atacaba a terrestres.

Unas náuseas las invadieron, en ese momento siendo tan pequeña las imágenes cobraron vida en su cabeza y se movieron, su imaginación recreo la escena de ese dibujo perturbandola aún más.

Se quiso disculpar con ella, porque ella no tenía la culpa, más comenzó a sudar frío reviviendo el detalle de la imagen una y otra vez, está vez cambiando la imagen de ese unicornio cualquiera por la de Izzy.

Viéndola afectada la unicornio suspiro, se quedo al lado de ella sonriendo leve, recordó un poco de su actitud cuando fue a la ciudad pegaso por primera vez, era igual.

Sacudió un casco delante de la pony terrestre y cuando tuvo su atención comenzó a respirar pausado, indicándole que debía imitarla.

Cuando la terrestre regulo su respiración volvió a sonreírle en grande.

- Está bien, puedo entenderte...

- Entonces... - decidió cambiar de tema - si no tienes magia ¿Qué vamos a hacer? ¿Los pegasos aún tienen la suya? - de repente Izzy la detuvo y comenzó a olfatearla - ¿Qué es lo que haces?

- No hueles feo - dijo con la intención de distraerla al verla de nuevo respirando rápido.

- ¿Por qué debería oler feo?

- Desde pequeños se nos dijo que los pony terrestres olían a sardina podrida - explico haciendo gestos - eso se debía a que se fueron a vivir en la playa y adquirieron su mal olor... Pero tú... No hueles mal.

- ¿Qué más dicen los unicornios de los ponys terrestres? - funcionó.

Quería saber, al parecer los terrestres no eran los únicos que mentían a su comunidad para que se mantuvieran alejados.

- Que son holgazanes y que no son los más brillantes del mundo, es todo.

Izzy vio una mariposa por lo que comenzó a seguirla.

Zipp y SunnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora